Una abrumadora mayoría en el Parlamento Europeo aprobó una resolución que pide el etiquetado de los productos procedentes de los asentamientos israelíes, diferenciándolos de los fabricados del otro lado de la Línea Verde.

anotace_-_yellow_star_of_david-285x300DAN MARGALIT

En esa resolución se anuncia una nueva era de diplomacia violenta contra Israel. El proyecto de ley no es vinculante, por ahora, hasta que la Comisión Europea – y los muchos antisemitas que la integran decidan al respecto. Sin embargo, impulsa este esfuerzo no deseado, que sólo perjudicará las posibilidades de reanudar las negociaciones de paz con los palestinos.

Para la Unión Europea, este asunto tiene mayor prioridad que lidiar con la avalancha de inmigrantes musulmanes y el creciente número de incidentes antisemitas en las ciudades europeas. La UE ha logrado distraerse de sus problemas poniendo la marca de Caín en las industrias de los asentamientos que proveen los medios para muchos palestinos.

El etiquetado de productos es una forma vergonzosa de boicot. Los ingenuos entre nosotros creen que es sólo una manera de diferenciar entre lo que se produce dentro de la Línea Verde y lo que se fabrica más allá de esa línea. Están equivocados en cuanto a los fundamentos, así como sobre cómo sucederán las cosas, porque los gerentes de supermercados en Oslo no tendrán paciencia para averiguar la diferencia entre Tel Aviv y Ariel, por ejemplo. Esto afectará negativamente a todas las exportaciones israelíes.

La resolución del Parlamento Europeo tampoco distingue entre bloques de asentamientos y otras comunidades alejadas en Judea y Samaria y más allá de la valla de seguridad. Mediante estas acciones, la UE ha decidido no actuar de buena fe en lo referente a Israel.

El etiquetado por parte de la UE es una flagrante iniciativa anti-israelí, aunque el gobierno de Israel ha complicado este asunto aún más al negarse actuar de forma preventiva y no escuchar a la opinión pública. Un gran número de personas, de todas partes del mundo judío y de todos los segmentos de la sociedad israelí – incluyendo su servidor – han abogado por una congelación temporal o permanente de la construcción fuera de los bloques de asentamientos, pero el gobierno se negó a hacerlo. Al parecer, esta intransigencia sólo ayudó a los enemigos de Israel a continuar sus ataques. Quizás ahora Israel apruebe una política más moderada, pero ya es demasiado tarde.

El gobierno se daría por bien servido si por un lado dialogara con representantes de la UE para determinar medidas concretas por parte de Israel con respecto a la empresa de los asentamientos para evitar un boicot europeo; y conseguir el apoyo del mundo judío para socavar tal boicot, en caso de que se materialice.

Europa ha decidido adoptar una actitud hostil, discriminando a los judíos una vez más a través del boicot. Aunque me gustaría ver que la construcción se limite a los bloques de asentamientos, creo que lo más adecuado sería hacer un esfuerzo consciente para comprar productos de los asentamientos.

Los esfuerzos de etiquetado liderados por la Representante de Política Exterior de la Unión Europea Federica Mogherini es la versión actual de la Estrella de David amarilla. Cuando la primera estrella amarilla fue introducida en la Alemania nazi, el famoso corresponsal de Haaretz Robert Weltsch dijo que los judíos deberían llevarla con orgullo. Debemos adoptar el mismo enfoque en lo referente al etiquetado de productos fabricados en los asentamientos.

Fuente: Israel Hayom/Traducido por Esti Peled

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico