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Los acontecimientos violentos en la mezquita Al-Aqsa, sobre el Monte del Templo en Jerusalén, durante la festividad judía de Rosh Hashaná, fueron provocados por el grupo conocido como Al-Mourabitoun (y la rama Al-Mourabitat, de las mujeres), que está aliado a la filial norte del Movimiento Islámico Israelí, dirigido por el Jeque Raed Salah. Los disturbios han creado una atmósfera muy tensa en Jerusalén y provocaron extensa actividad diplomática árabe dirigida a asegurar la condena internacional de Israel.

 

YONI BEN MENACHEM

Por ahora, esta actividad no ha dado frutos especialmente. Pero con Yom Kipur y la festividad musulmana de Id al-Adha, ambas esta semana, podrían brotar las tensiones en una ola de ataques palestinos de represalia en el área de Jerusalén, como ataques a vehículos o apuñalamientos.

La Autoridad Palestina y Jordania están compitiendo entre sí en apelar a los estados árabes y a la comunidad internacional, y en emitir condenas a los hechos sobre el Monte del Templo. Jordania, en concordancia con su tratado de paz con Israel, se ve a sí misma como custodio de las mezquitas, mientras que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, se ve a sí mismo como representante de los palestinos basado en su condición de líder de la OLP. El rey Abdullah de Jordania ha estado amenazando en forma sutil en que si Israel no cesa sus actividades en el Monte, Jordania tomará medidas tales como retirar a su embajador de Tel Aviv o convocar al embajador israelí en Aman al Ministerio de Relaciones Exteriores jordano para una reprimenda y advertencia.

El 15 de septiembre del 2015, Abbas llamó al rey Abdullah y le pidió que presione al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que se reúna en forma urgente por lo que ha estado sucediendo en al-Aqsa. Jordania es actualmente el único estado árabe que se encuentra en el Consejo de Seguridad.

El 14 de septiembre, el Comité Ejecutivo de la OLP se reunió en Ramallah y decidió continuar los contactos con la Liga Árabe, Jordania, y la Organización Islámica con el objetivo de cooperar en la cuestión del Monte del Templo. Khaled Mashal, jefe del politburó de Hamás, llamó a Abbas y afirmó que Israel estaba tratando de imponer una división entre horarios de rezo judíos y musulmanes en el Monte como lo había hecho con anterioridad en la Cueva de los Patriarcas en Hebrón. Según un anuncio de Hamás, Mashal exigió que Abbas reúna en forma urgente al marco temporario de la OLP, el cual incluye a Hamas y a la Yihad Islámica, para formular una política y estrategia unificadas con respecto a al-Aqsa.

Abdullah ha estado hablando por teléfono con el presidente Sisi de Egipto, en un intento por reclutarlo también para la campaña árabe sobre la cuestión del Monte del Templo.

Hasta ahora, aparte de condenas y declaraciones, Jordania y la AP no han tenido éxito en lograr que se reúnan, ya sea el Consejo de Seguridad o la Liga Árabe.

Sin embargo, la situación en Jerusalén oriental es explosiva, y depende mucho de lo que haga Israel en el terreno. Lo que se necesita es un fortalecimiento masivo de la policía en Jerusalén y sobre el Monte, mientras se proscribe del Monte a los activistas de Al-Mourabitoun.

A medida  que se aproximan tanto las festividades judías como las musulmanas, esta semana será un momento especialmente sensible sobre el Monte del Templo. Sólo una política israelí firme, y presencia policial masiva que impida los actos violentos, pueden calmar la tormenta.

*Yoni Ben Menachem es un analista principal en Medio Oriente para el Jerusalén Center for Public Affairs y ex Director General y Jefe de Redacción de la Autoridad de Transmisión de Israel.

Fuente: The Jerusalem Center for Public Affairs

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México