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JOSEPH PUDER

¿Por qué es solamente el estado judío, y no Irak o Siria, el que es presionado para dividirse en partes?

Los Assad en Siria y Saddam Hussein, el musulmán suní ahora fallecido, son ejemplos de minorías gobernando sobre poblaciones mayoritarias que no son de su propia etnia o rama religiosa. La caída del Irak de Saddam fue como Humpty Dumpty: una vez roto no puede reunirse nuevamente. En la guerra civil siria, la mayoría musulmana suní está determinada a terminar el gobierno dictatorial de Assad a través  de violencia y alborotos sin precedentes. Las atrocidades son perpetradas tanto por el régimen de Assad como por el Estado Islámico han fracturado a Siria. Millones de iraquíes y sirios son hacia las costas de Europa. Es justo preguntar el motivo por el cual Estados Unidos y el Occidente en general no están apoyando abiertamente las nuevas realidades en el Levante.

Los gobiernos de George W. Bush y Barack H. Obama han exhibido dobles raseros hacia Israel con respecto a la “solución de dos estados.” Uno puede preguntar en forma legítima, ¿por qué no aplicar la solución de tres estados a Irak y la solución de cinco estados a Siria? ¿Por qué es que, según Obama, el estado judío puede dividirse en partes (dos estados), mientras las creaciones coloniales artificiales de Irak y Siria deben seguir siendo estados unitarios? En el caso de Israel, el territorio que ocupa desde el Río Jordán al Mediterráneo fue reconocido por la Liga de las Naciones como la patria histórica de los judíos.

El secretario colonial inglés, Winston Churchill, escribió en junio de 1922 que “los judíos están en Palestina por Derecho y no por Tolerancia.” El texto del mandato de la Liga de Naciones (24 de julio de 1922) confiando el Mandato a Inglaterra dice: “Visto que ha sido dado por lo tanto el reconocimiento a la conexión histórica del pueblo judío con Palestina y las bases para reconstituir su hogar nacional en ese país; y visto que las principales potencias aliadas han seleccionado a su Majestad Británica como el Mandatario para Palestina…”

Charles Krauthammer resumió en The National Post (20 de marzo del 2015) las razones por las cuales es imposible en este momento una solución de dos estados al conflicto palestino-israelí. “La realidad fundamental sigue siendo: Esta generación de liderazgo palestino -desde Yasser Arafat a Mahmoud Abbas- nunca ha puesto y nunca pondrá su firma a un acuerdo de paz definitivo dividiendo la tierra con un estado judío. Y sin eso, ningún gobierno [israelí] de ningún tipo aceptará un estado palestino.”

Israel está siendo rodeada por fuerzas yihadistas en Gaza (Hamás) y en Líbano (Hezbolá).

En el Sinaí, afiliados del Estado Islámico están tratando de desestabilizar al gobierno del Presidente al-Sisi de Egipto, y al Reino Hachemita de Jordania del Rey Abdullah. En Siria, tanto el Estado Islámico como el régimen de Assad con sus aliados iraníes amenazan a Israel. Si Israel evacúa la Margen Occidental (Judea y Samaria) para satisfacer la solución de dos estados, ésta caerá probablemente en manos de Hamás. Los centros de población e infraestructura industrial de Israel estarán entonces dentro del alcance de los cohetes de Hamás. Además, la Autoridad Palestina gobernada por Mahmoud Abbas está tambaleante y con poca legitimidad. La solución de dos estados sólo puede funcionar sólo si los palestinos aceptan a Israel como un estado judío, sacan de la mesa el “derecho al retorno” palestino, y sólo cuando el Medio Oriente encuentre un mínimo de estabilidad regional que pueda permitir a Israel asumir riesgos.

Con Irak y Siria es una historia diferente. Luego del baño de sangre en Siria que mató a 250,000, pocos quisieran vivir bajo el régimen dictatorial de Assad o el califato asesino e intolerante del Estado Islámico. Los kurdos, después de Kobane, quieren la independencia y tal vez una fusión con el Gobierno Regional de Kurdistán (GRK) en Erbil (norte de Irak). Los alauitas (10 al 15% de la población de Siria) cuya base está en el noroeste de Siria, esperan que la mayoría suní se cobre venganza por los ataques letales que el régimen de Bashar Assad perpetró contra ellos. Ellos también quisieran un estado independiente o alguna forma de federalismo relajado. La mayoría árabe suní quiere gobernar nuevamente Siria. Pero esa Siria tendría que ser sin aproximadamente 1.8 millones de cristianos, o el 10% de la población que preferiría unirse a sus correligionarios en un Líbano cristiano extendido. Los kurdos, alauitas, y drusos (el grupo más pequeño) de igual manera no quisieran vivir en un estado dominado por árabes suníes fundamentalistas.

Con Irak y Siria es una historia diferente. Luego del baño de sangre en Siria que mató a 250,000, pocos quisieran vivir bajo el régimen dictatorial de Assad o el califato asesino e intolerante del Estado Islámico. Los kurdos, después de Kobane, quieren la independencia y tal vez una fusión con el Gobierno Regional del Kurdistán (GRK) en Erbil (norte de Irak). Los alauitas (10 al 15% de la población de Siria) cuya base está en el noroeste de Siria, esperan que la mayoría suní se cobre venganza por los ataques letales que el régimen de Bashar Assad perpetró contra ellos. También quisieran un estado independiente o alguna forma de federalismo relajado. La mayoría árabe suní quiere gobernar nuevamente Siria. Pero esa Siria tendría que ser sin aproximadamente de 1.8 millones de cristianos, o el 10% de la población que preferiría unirse a sus correligionarios en un Líbano cristiano extendido. Los kurdos, alauitas, y drusos (el grupo más pequeño) de igual manera no quisieran vivir en un estado dominado por árabes suníes fundamentalistas.

Uno puede imaginar fácilmente cinco estados (o pequeños estados) en Siria: un gran estado árabe suní en Centro y Este de Siria, limitando con la provincia Anbar de Irak (la cual contiene algunas de las mismas tribus); un estado kurdo en el rincón noreste de Siria que limita con el GRK en el noreste de Irak; un estado alauita en el noroeste de Siria junto al mar Mediterráneo, un nuevo estado cristiano que reuniría a los disminuidos cristianos de Líbano (quienes en una época lideraron Líbano y para quienes fue creado el estado en 1943 por los franceses) y a los sufrientes cristianos sirios, en una región extendida territorialmente que abarcaría desde Beirut hacia el norte, incluyendo la zona de Monte Líbano. También los drusos preferirían un pequeño estado independiente en torno al Jabal Druso en el suroeste de Siria.

Salman Shaikh, director del Brookings Doha Center, dijo sobre Siria (6 de enero del 2015):”Tenemos que reconocer que Siria ahora es un estado quebrado, fragmentado y dividido.” Un cambio de régimen en Damasco y la desaparición del régimen de Assad traerá finalmente un fin a una Siria unitaria.”

Jeffrey Goldberg (enero/febrero 2008), escribiendo en The Atlantic, señaló que: “Fue Winston Churchill quien, a raíz de la Primera Guerra Mundial, ató juntas tres provincias del derrotado y disuelto Imperio Otomano, adoptó el nombre de Irak y lo legó a la rama sin suerte de la tribu hachemita de Arabia Occidental. Churchill finalmente llamaría uno de sus peores errores a la inclusión forzada de los kurdos en Irak, pero para entonces no hubo nada que él pudiera hacer respecto a ello. Los británicos, junto con los franceses, dieron al mundo el Medio Oriente moderno. Además de fabricar el país llamado ahora Irak, el gran acuerdo del Medio Oriente achicó Turquía, a mediados de la década de 1920, al tamaño de la Península de Anatolia; otorgó lo que ahora son Siria y Líbano a los franceses; y mantuvo a Egipto bajo control inglés.”

La situación en Irak ha sido clara desde la caída de Saddam Hussein. Sólo un dictador brutal podía mantener unido a Irak. Apareciendo en PBS News Hour, David Brooks del New York Times (30 de mayo del 2015) opinó: “Doy crédito a Joe Biden. Él renunciará a ello, pero años y años atrás, probablemente 2006, 2007, tuvo una idea de un Irak federal relajado. Y eso, en retrospectiva, me parece una idea más inteligente. Hemos tratado de mantener unido a este país, pero los chiíes realmente no están compartiendo el poder con los suníes. Ellos no están dispuestos a dar a las fuerzas suníes las armas y otras cosas que ellos necesitan para derrotar al ISIS. El sistema político está  todavía fracturado. Los soldados claramente no creen en ese país. [.]”

Los últimos gobiernos estadounidenses han presionado a Israel para que negocie para una solución de dos estados impráctica. Ellos, al mismo tiempo, han insistido en mantener a Irak y Siria como estados unitarios cuando está claro que estos estados artificiales, creados por el Acuerdo Sykes-Picot de 1916, están colapsando y son ingobernables. Ha llegado la hora de que Estados Unidos apoye las esperanzas de independencia de los kurdos y otros, mientras apoya los derechos históricos de Israel a Judea y Samaria y sus necesidades genuinas de seguridad.

Fuente: Front Page Magazine

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México