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EDUARDO HADJES NAVARRO PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

 

Queridos amigos, ¿Cómo inicio este comentario de manera que no se malinterpreten mis palabras y se piense que me estoy apartando de mi sufrimiento compartido con todos y cada uno de los que en estos momentos, están viviendo los horrores de las guerras civiles y yihádicas que asolan parte de Medio Oriente y Noráfrica?

Nosotros, como judíos, habiendo sido el pueblo que más ha sufrido las persecuciones y expulsiones, somos especialmente sensibles al dolor y sufrimiento que causa el tener que abandonar el hogar protector, justamente para salvar la vida, tanto propia como de los seres queridos, es por eso que les imploro no malinterpretarme. Mis últimos dos comentarios han versado sobre la tragedia que se está viviendo en el entorno al Mediterráneo, debido a las migraciones masivas y cómo hubo que esperar que la foto de Aylan impactara a Europa, sus gobernantes y habitantes, abriéndoles los ojos ante la tragedia que se estaba viviendo, para que reaccionaran y comprendieran que no podían seguir permaneciendo indiferentes a lo que resulta imposible describir en toda su magnitud, por la maldad, dolor y muerte que ello implica.

El problema es que, luego del primer impacto desgarrador, se han empezado a dar situaciones que simplemente, no logro entender y, por noticias leídas, son muchos los que comparten mi inquietud. Monseñor Emil Nona, Arzobispo de Mosul, en Irak, preocupado por lo que acontece con sus feligreses, ante la indiferencia del Mundo, incluido El Vaticano, y viendo la facilidad con que miles de musulmanes están ingresando a Europa, declara que los cristianos del mundo se verán enfrentados al mismo sufrimiento que ellos están viviendo, a manos de los extremistas musulmanes si no toman “decisiones fuertes y valientes” “nuestros sufrimientos hoy son el preludio de lo que ustedes, europeos y cristianos occidentales, también sufrirán en el futuro cercano.”

Declaraciones más fuertes aún ha formulado en Hungría el Obispo Laszlo Kiss-Rigo, destacando cómo es permanente escuchar a los migrantes al enfrentarse con la policía que trata de regular su ingreso, con el grito de guerra tan famoso entre los yihadistas “Allahu Akbar (Alá es grande)

La gran duda que me salta es el no entender por qué ningún estadista se ha preocupado de lo que le están diciendo quienes también están viviendo esta terrorífica realidad, pero son ignorados, aparentemente, por ser cristianos y no musulmanes.

¿Por qué nadie se preocupa de ver y trata de solucionar la causa de esta inusitada migración, aun cuando dudo que alguno de ellos, no lo sepa? En Siria, han dejado que se complique el panorama, donde vemos un número tal de grupos combatientes, que resulta difícil saber a quién se debería respaldar. Si descartamos a Bashar al Assad y al EI, aún nos quedan una infinidad de grupúsculos, donde todos se pelean con todos y, la vida humana, ya carece absolutamente de valor. ¿Cómo nadie hizo nada, cuando esto se veía venir con tanta anticipación?

Para enredar más la cosa, Rusia está armando abiertamente al tirano, aduciendo que con eso, está impidiendo que más sirios huyan a Europa, en circunstancias que la mayoría de los que salen, lo hacen ante los reiterados y mortíferos ataques del ejército y aviación leales a Al Assad.

Luego del primer golpe periodístico de la publicación de la foto ya mencionada, Europa se puso de pie y todos, casi sin excepción, estuvieron dispuestos a prestar su ayuda solidaria, que pudiera solucionar o, como mínimo, aminorar, el dolor de quienes estaban huyendo de la crueldad satánica, en manos del Presidente y/o militantes yihadistas, todos ellos, dotados de una crueldad ilimitada.

Hasta ahí, todo es comprensible. Lo que no logro entender, son las formas adoptadas para concretar dicha ayuda. Liderados por los gobernantes de Alemania y Francia, se inició un llamado a toda Europa a asumir una actitud que, lejos de ser una ayuda a los migrantes, como podría ser tratar de solucionar el origen del problema, se está transformando en un inminente peligro, tanto para la vida, economía y costumbres del viejo continente, así como, a no muy largo plazo, la seguridad y la vida de los propios europeos.

Me explico. Si nos remontamos a estos últimos 10 años, hemos venido escuchando como la totalidad de los líderes del extremismo islámico, están anunciando que se ha iniciado la invasión de Eurabia. Ya no hablan de Europa, pues para ellos, se trata de la yihad o guerra santa que tiene por objeto, recuperar este Continente, de manera que sea poblada sólo por seguidores de Alá, para luego continuar con el resto del mundo.

No tienen el recato de disimular, ya que, simplemente, anuncian que todos los infieles (aquellos que no comulgan con el 100% de sus ideas religiosas) pueden y deben ser asesinados sin piedad alguna y Eurabia, partiendo por España y los países vecinos a Turquía, serán los primeros. Lo que están haciendo en la actualidad, demuestra la seriedad de sus afirmaciones.

Igualmente, en forma reiterada, han anunciado que la invasión ya se inició, sin derramar una gota de sangre, siendo los 55 millones de musulmanes que viven en Europa, sólo la vanguardia. Acorde a esto, vemos que estas comunidades musulmanas que se han asentado en todos los países europeos, se radican en guetos auto impuestos, en los cuales, han exigido y logrado, imponer sus costumbres, leyes y voluntad, al punto que en la gran mayoría de ellos, impera su propia ley, idioma y tradiciones y no la de la respectiva nación, al punto que las policías, no se atreven a ingresar, salvo que lo hagan con grandes desplazamientos de integrantes fuertemente armados
¿Se han percatado que desde que se inició esta ola migratoria, se han detenido los atentados, protestas y manifestaciones, por parte de las comunidades musulmanas ya radicadas en Europa? ¿No podría interpretarse como una sincronización que busca desviar la atención del peligro que ellos representan para los países que les han abierto sus puertas, dándoles servicios y garantías de las cuales nunca disfrutaron en sus propias naciones?

Está claro que son miles los desplazados que realmente huyen de la muerte, pero, quien puede garantizar que junto a ellos, no se están acoplando yihadistas debidamente entrenados tanto para cometer atentados terroristas como para movilizar, voluntaria o forzadamente, a las comunidades musulmanas ya entronizadas en Europa.

Refuerza esta duda, las cifras que son elocuentes. En los inicios, los que huían a Europa, eran miles. Al recrudecer el conflicto en sus países de origen, se vio incrementado este número de migrantes, hasta que la foto de Aylan, llevó a gobiernos europeos a manifestar que las puertas de sus países, se abrían solidarios, para recibir a todo el que golpeara en ellas, en busca de salvación.

Actuar muy meritorio y digno del mayor reconocimiento, pero, cuando ésta idea solidaria, lleva a extremos de que barcos europeos, recorran el Mediterráneo y cada cosa que logra flotar, con “migrantes” que exceden ampliamente la capacidad imaginable, son encontrados, de inmediato son recogidos y transportados a Italia, de donde se reparten a los distintos países europeos, juntándose con los que cruzan a la frontera húngara, para ser llevados en trenes a Alemania, quien, en su entusiasmo reivindicador, llegó a declarar que recibiría a 800 mil sirios. Nadie piensa en que estos musulmanes, busquen países musulmanes para asentarse y eso, a nadie le sorprende.

El domingo, supe una noticia increíble. Un barco griego encontró una embarcación con 483 migrantes frente a las costas libias. Fueron recogidos y llevados a Italia. No a Grecia como sería lógico, sino a Italia y yo me pregunto: Si estaba en las costas de Libia ¿no sería más lógico y razonable, recogerlos, para salvarles la vida, para ser llevados a Libia, de donde estaban partiendo?

¿Está preparada Europa para recibir en forma indiscriminada y sin ninguna clasificación, a cientos de miles o, incluso a millones de musulmanes, para que en conjunto con los 55 millones ya viviendo en sus tierras, logren formar una mayoría musulmana que los desplazará y asesinará así como lo está haciendo ya en Medio Oriente y en África, sin que nadie los ataje?

¿Estarán el Arzobispo Nona o el Obispo Kiss-Rigo, para recordarles que no quisieron escucharlos, cuando lo advirtieron?

David ben Jaim