Enlace Judío México asistió a una plática de orientación sobre esta enfermedad en el auditorio del Hospital Ángeles de Interlomas. Una de las intervenciones fue impartida por el  Dr. David Resnikoff, Psiquiatra, experto en Demencia con experiencia en Psicopediatría.

ELENA BIALOSTOCKY PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Siempre que oímos de la enfermedad de Alzheimer sentimos un cierto temor porque no sabemos mucho del tema.

Enlace Judío México asistió a una plática de orientación sobre esta enfermedad en el auditorio del Hospital Ángeles de Interlomas. La plática fue impartida por el  Dr. Alonso Riestra, Neurólogo con subespecialidad en Neurología del Comportamiento, la  Dra. María del Rocío Ibarra, Psicóloga con especialidad en Neuropsicología, y el  Dr. David Resnikoff, Psiquiatra, experto en Demencia con experiencia en Psicopediatría.

La ponencia fue presentada con base a preguntas y respuestas entre los médicos. El primer tema que se presentó fue “La Memoria”: “La memoria es una función muy compleja que no se limita a recordar hechos, sino que implica mucho más, como factores de atención, factores que pasan a lo largo de la vida; por ende, podemos recordar muchos hechos que pasamos a lo largo de la vida. La memoria no sólo se pierde en las personas de edad avanzada, sino que hay varios factores que pueden alterarla. Hay muchos tipos de memoria, como la verbal, de los hechos, la autobiográfica, o las no verbales como la habilidades, las destrezas, los hábitos” dijo María del Rocío Ibarra.

El Dr. Resnikoff comentó: “Cada vez que me hacen ésta pregunta más dudas se me presentan, ¿Cómo es que yo estoy hablando automáticamente, sin pensarlo? Eso es parte de mi memoria”.

“No hay ninguna explicación de cómo de lo orgánico viene el fenómeno mental; sí sabemos que el cerebro es muy importante, fundamental, crucial para todos los procesos cognitivos, para el pensamiento y demás. Tenemos teorías que son bastante sólidas con respecto a que el cerebro participa en la actividad mental. Pero ¿cómo realmente sucede esto? Ya codificada la información ¿cómo de la experiencia de un órgano se desprende una experiencia material interna? Esa es una de las grandes preguntas que hay en ciencia y filosofía. El cerebro tiene que escoger qué guardar y qué no. Hay que reconocer cuando es pérdida de memoria y cuando se está presentando alguna enfermedad”, dijo Riestra.

Luego agregó: “La memoria es un fenómeno neurológico, psicológico. Muchas veces los familiares del paciente llegan a la consulta comentando que su familiar “tiene memoria selectiva: olvida lo que quiere; no creo que se le olviden tanto las cosas”.

Al respecto, Ibarra comentó: “Es un proceso de cómo se fija la información. Lo que nos causa cierto impacto emocional, lo que nos interesa y nos gusta lo fijamos con mayor facilidad y luego lo vamos perdiendo a través del tiempo. Las memorias a largo plazo son las que se conservan con mayor facilidad. Hay ciertas cosas que quieres recordar y otras que no. Incluso hay cosas a las que no se les presta atención”.

“Puede ser la propia vejez que está llena de reminiscencia del pasado. Las fallas de memoria o de atención no debemos verlas como un elemento único, sino cómo afectan a nuestra vida diaria. No se acuerdan, puede ser selectivo, pero ya perdió la chequera, por ejemplo; van pasando ciertas situaciones que te ponen en alerta”, añadió David Resnikoff.

Luego, Ibarra acotó: “Para hablar de demencia primero hay que llegar a un diagnóstico. Los pacientes comienzan a tener cualquier falla de memoria y enseguida piensan que es Alzheimer. No todo es Alzheimer; hay fallas que son propias de la edad. La pérdida de memoria comienza a los cuarenta años y va aumentando con el tiempo. Antes de abanicarse, hay que tener un diagnóstico para prever la evolución de la enfermedad”.

Resnikoff volvió a intervenir: “Tenemos que ponerle nombre a la enfermedad. Muchos paciente preguntan si es demencia senil, pero hablar de demencia senil es decir que perdemos memoria por el avance de la edad, después de los sesenta y cinco años. El termino demencia es desafortunado, porque dede hace un tiempo se ha usado discriminadamente; hasta en algún momento a la esquizofrenia se le llamó demencia precoz. El Alzheimer no sólo es una enfermedad de la memoria, sino de mil cosas más. Los enfermos tienen problemas en niveles de orientación, se pierde el elemento de funcionalidad, se dan problemas en el lenguaje, y problemas de las ejecuciones prácticas de la vida diaria. La gente te va a decir: se le olvidó vestirse, tuvo cambios de la personalidad o en el control de nuestros afectos ante el mundo; es una situación muy complicada en muchos aspectos. Al diferenciar los tipos de Demencias, algunos tienen más aspectos de pérdida de memoria y otros menos; unos tiene más cambios de personalidad y otros menos”.

“Nosotros como neurólogos le metemos mucho esfuerzo al interrogatorio del paciente sobre los problemas que presenta; eso nos lleva a distinguir los diferentes tipos de demencia. Hay enfermedades que presentan pérdida de memoria y son neurodegenerativas, y no demencias” dijo Riestra.

Resnikoff agregó: “Hoy en día sabemos que la depresión clínica se presenta con falta de concentración, atención y memoria. En las personas mayores la depresión puede ser síntoma de una verdadera enfermedad de Alzheimer. Siempre hay que tratar la depreción, la angustia, los trastornos obsesivos compulsivos”.

Ibarra concluyó señalando que “el mismo proceso de demencia produce cambios que van a dar como resultado la depresión; eso hay veces que la gente no lo entiende. Nos ha faltado transmitirle a la gente la importancia de que el tiempo es un factor muy importante en el diagnóstico; necesitas distintos puntos en la gráfica, que se resume en ver al paciente periódicamente para llegar a un diagnóstico”.

“Actualmente tenemos un problema: la medicina ha sido maravillosa, ha avanzado mucho y ha aumentado la expectativa de vida, pero no necesariamente la calidad de vida”, agregó David Resnikoff.