El excelentísimo Embajador de Israel en México, Jonathan Peled, ofreció una conferencia en el CDI, con el objetivo de informar acerca de la terrible situación que atraviesa el Estado de Israel, en la cual el tejido mismo de la sociedad israelí se está desgajando a golpes de cuchillo.

La conferencia fue seguida de una sesión de preguntas y respuestas.

Jonathan Peled empezó por agradecer el apoyo de la comunidad judía de México al Estado de Israel y la manera en que el Comité Central se manifestó a través de un comunicado en contra del terrorismo y a favor de restaurar la calma y la paz en Israel.

Reiteró que “Israel es una democracia, la única democracia de Oriente Medio que sigue amenazada por sus vecinos. Israel es una sociedad pluralista, abierta, con muchos problemas y retos por resolver.”

Eso fue lo que dijo el Sr Embajador:

“El conflicto palestino-israelí es básicamente un conflicto político entre dos
movimientos nacionales y no un conflicto religioso. Lamentablemente, una y otra vez, a lo largo de cien años, se ha intentado transformarlo en un conflicto religioso y eso es lo que se está viviendo actualmente en Israel.”

La actual ola de terrorismo es consecuencia de la incitación y de la propaganda anti-israelí, anti-judía y antisemita que se basa en acusaciones, falsedades, mentiras y conceptos distorsionados. Por encima de esto se encuentra la gran mentira de que Israel está modificando el status quo en la Explanada de las Mezquitas, que Israel está tratando de conquistar, tomar control sobre el sitio sagrado.

Mediante las redes sociales, los líderes palestinos llaman a jóvenes palestinos, árabes israelíes y musulmanes a levantarse, salir y matar a judíos.

Hemos visto estas terribles olas de odio e incitación desde la década de 1920:
(como ejemplo), la masacre de 1929 en Hebrón incitada por el entonces Mufti de Jerusalem Al- Hussaini
. La incitación siguió en 1948 con el establecimiento del Estado de Israel y en 1967, tras la reunificación de Jerusalem y capturamos la zona de Cisjordania. Esa ola de violencia contra Israel fue iniciada en 1964, antes de los asentamientos.

Debemos recordar que Israel es el soberano sobre Jerusalem. Solamente bajo el control y la soberanía israelí se puede garantizar la libertad de culto y el libre acceso a los sitios sagrados.

Israel es la solución, no el problema, ya que es el guardián de los lugares santos. Israel está comprometido a mantener el status quo en el Monte del Templo. De hecho, en 2014, casi 4 millones de musulmanes, 200 mil cristianos y 12 mil judíos visitaron el sitio sagrado para musulmanes y judíos al igual.

La única manera de mantener la paz y la tranquilidad es a través del control israelí.

Antes de Rosh Hashaná se encontraron armas, bombas incendiarias, explosivos y rocas en la mezquita de Al-Aqsa. Cosas que no tienen lugar un lugar sagrado. La policía israelí capturó estas armas a fin de evitar ataques contra judíos que acudieron al Muro de los Lamentos durante las festividades. Aquí es dónde brotó la actual ola de violencia que sigue cobrando la vida de al menos 8 israelíes y de muchos palestinos que han sido infectados por los acontecimientos.

Una cosa que no podemos aceptar es que los medios de comunicación colocan a las víctimas y a los agresores en el mismo plano. Esto sucede en México también, pero principalmente en los medios internacionales: Por ejemplo, se habla de 4 víctimas israelíes y 10 palestinos muertos y quizás al concluir la nota tienen la “decencia” de mencionar que entre los 10 palestinos muertos hay
6 terroristas que fueron abatidos durante el ataque terrorista.

Israel se opone enérgicamente al sesgo de los medios con respecto a la descripción de los acontecimientos.

Esto es consecuencia de la cultura del odio que prevalece en los territorios de la Autoridad Palestina y en el mundo árabe. Sólo ayer, ISIS asumió también esta cultura de odio. El grupo Estado Islámico publicó ayer un video que llama a musulmanes salir y decapitar a civiles israelíes.

Esto es lo que enfrentamos ahora, mientras que el mundo sigue haciendo un balance entre las víctimas y los agresores.

La única sociedad occidental que enfrenta esta ola de violencia es Israel y nadie en el mundo libre puede juzgarnos.

Por ejemplo, Francia, un país amigo, está llamando a internacionalizar Jerusalem y los lugares santos en la ciudad. No hay manera de que Israel acepte tal demanda… Israel rechaza toda intervención internacional en los lugares santos. El gobierno de Israel tiene la responsabilidad de mantener el acceso libre a ellos sin intervención internacional.

Por otro lado, los palestinos han solicitado a la UNESCO que el Muro de los Lamentos no sea considerado un sitio sagrado bajo dominio israelí.

La manera de poner fin a esta situación actual es primeramente frenar la incitación al terrorismo. El gobierno de Israel tiene la responsabilidad de tomar las medidas necesarias para frenar esta ola de incitación y los líderes políticos palestinos deben fomentar la calma. En segundo lugar, es necesario reanudar las negociaciones directas con los palestinos a fin de resolver el conflicto.

En las últimas semanas, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu ha reiterado que está dispuesto a dialogar con Mahmoud Abbas y con el rey de Jordania si es necesario para restaurar la calma y reanudar las negociaciones con los palestinos.

Prosiguió el Embajador: “Otro componente que debemos tomar en cuenta se refiere a la población árabe israelí que vive entre nosotros, Esta es la primera vez desde el año 2000 que los árabes israelíes se han involucrado en una ola de violencia. Esto ocurre no sólo en el este de Jerusalem y Cisjordania, sino también en Beer Sheva, Natanya y Gan Shmuel, cerca de Hadera, lugares que no forman parte del conflicto.

La población árabe israelí se siente muy afectada por estas olas de incitación, por lo que ocurre en el Monte del Templo y por la
irresponsabilidad de sus líderes que llaman a la violencia en base a pretextos falsos mentiras.

Hace unos días escuchamos acusaciones falsas por parte de Mahmoud Abbas de que Israel había matado al chico palestino de 13 años que apuñaló a un judío de la misma edad, cuando en realidad el niño está vivo y es tratado en un hospital
israelí.

“Esta es otra mentira, otra manera de manipular a las masas e instigarlas a la violencia,” afirmó el embajador. “Es muy fácil motivar a jóvenes palestinos, quienes que leen algo o escuchan a sus líderes políticos y religiosos y salen en grupos enormes sin saber las consecuencias de sus actos. Esto es algo que debemos tomar en cuenta y frenarlo.

Pero también es una llamada de alerta para nosotros: tenemos entre nosotros una minoría árabe israelí que durante muchos años gozó de derechos civiles como todos los ciudadanos pero ha sido discriminada en presupuesto y en atención para sus comunidades. Es algo que debemos comprender como autocŕitica. Cómo entender sus preocupaciones, sus sentimientos y su identificación con los palestinos que no son ciudadanos de Israel.”

La gran mayoría de los ciudadanos de Israel apoya la solución de dos Estados para dos pueblos, que para nosotros tendría que ser la base para llegar a un acuerdo con los palestinos.

Un fenómeno que no podemos tolerar es el extremismo judío e israelí. De hecho, el gobierno está haciendo y tendría que hacer más para frenar a losextremistas que viven en nuestra sociedad y que también incitan a la violencia. Ellos van en contra de nuestros valores, nuestros principios y lo que nosotros creemos que debe ser.

Esto es precisamente lo que nos distingue de la sociedad palestina y de los árabes en general. Hay elementos extremos en ambos lados. Por lo general, las mayorías son pacíficas, pero la gran diferencia es qué hace la corriente principal en cada sociedad. Y la corriente principal en el Estado de Israel rechaza estos elementos extremistas, los repudia, los condena y lucha en su contra. Esto es lo que aún mantiene una cultura de paz, de reconciliación por nuestro lado, que deseamos seguir desarrollando en nuestra sociedad, a diferencia de la cultura de odio, violencia y enfrentamiento bélico que observamos del otro lado.

Justamente en estos días marcaremos el vigésimo aniversario del asesinato de Yitzhak Rabin. Este es un momento para recordar las palabras de Rabin: “Lucharemos contra el terrorismo como si no existiese un proceso de paz y lucharemos por la paz como si no existiese el terrorismo”. Éste tiene que seguir siendo nuestro legado.

No podemos permitir el extremismo dentro de nuestra sociedad y por lo tanto debemos seguir luchando por lo que creemos que somos capaces.

Deseo finalizar con un llamado a la acción. La pregunta es qué podemos nosotros, ustedes hacer para ayudar al Estado de Israel. Aquí es donde les pido entrar a las redes sociales y al Internet, mediante mails entre amigos y hacer llegar la información correcta como ustedes la perciben. Unirse a grupo de apoyo a Israel. Se trata de una nueva aplicación llamada “Advocacy for
Israel” del Israeli-American Council
. Los invito a unirse y no permitir que las redes sociales y la prensa quede en manos de incitadores contra Israel y el pueblo judío. No podemos permanecer pasivos ante esta situación.

Esta ola de violencia se puede frenar a través de que nuestros líderes políticos y religiosos insten a la calma. Creo que todavía es posible y este fenómeno no es una tercera intifada, ya que aún estamos dentro del marco controlable pero esta es responsabilidad de cada uno de nosotros así como de nuestros líderes por supuesto. Debemos actuar con responsabilidad y calma, con amor y afecto al propio pueblo.

No podemos quedarnos pasivos, pero sí hay esperanza, sí podremos superar esta ola de violencia y sí vamos a poder volver, ojalá pronto a algún tipo de convivencia y de diálogo con nuestros vecinos palestinos porque no nos queda
otra. No podemos seguir ignorando esta realidad. No podremos seguir tomando medidas de seguridad solamente, sino adoptar acciones para acelerar el proceso de paz.

Yo estoy aquí como representante oficial del Estado de Israel. Tengo mis sentimientos y opiniones pero lo que estoy platicando hoy con ustedes es la posición oficial del Estado de Israel, del gobierno electo del Estado de
Israel.
Dentro del país hay muchas discusiones, conflictos internos, políticos y otros. Pero el gobierno actual bajo el Primer Ministro Benjamín Netanyahu reconoce la noción de dos estados para dos pueblos, así como la necesidad de frenar la violencia y el terrorismo antes que todo y en tercer lugar, llama a reanudar las negociaciones directas con el liderazgo palestino, ya sea en Jerusalem, Ramala, Amán, en cualquier lugar. El problema es que no hay la misma disposición en el lado palestino. Sin embargo, yo no vine aquí para acusar y echar culpas. Nosotros tenemos que hacer lo que nosotros tenemos que hacer, tomar responsabilidad por nuestras acciones, por nuestros asuntos, nuestros ideales y nuestros valores. No podemos jugar el juego del otro. Ésa es responsabilidad de la otra parte. Debemos hacer lo que depende de nosotros y hacer lo que nosotros creemos necesario. Ésta es la postura del Estado de Israel”.

Reportaje : Diego Bolaños/ Nota: Esti Peled
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