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El diario estadounidense The Wall Street Journal asegura hoy que un avión de la Fuerza Aérea Israelí penetró en el espacio aéreo de Irán. Según el informe, se trató de un vuelo de prueba, como parte de los preparativos de un supuesto ataque israelí a la central nuclear iraní de Fordo. En la Casa Blanca admiten ahora que ese vuelo hizo que sacaran conclusiones equivocadas.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

El diario estadounidense The Wall Street Journal informa hoy que aviones de combate de la Fuerza Aérea Israelí entraron en el espacio aéreo de Irán, en un vuelo de prueba previo a un eventual ataque a las instalaciones nucleares iraníes de Fordo.

Según el periódico, “Washington entró en pánico cuando lo descubrieron”, y dedujeron que se trataba de un “ejercicio seco” – el que se hace sin disparar munición real – previo a un ataque contra instalaciones nucleares de Irán. Después de aquel vuelo, Estados Unidos envió un segundo portaaviones a la zona y puso a sus pilotos de combate en situación de alerta.

El diario presenta hoy una extensa nota de investigación acerca de la crisis de confianza entre la Casa Blanca del presidente Barack Obama y el gobierno israelí de Benjamín Netanyahu. Como parte de esa investigación periodística, algunos analistas y fuentes de inteligencia dieron a conocer aquella incursión israelí en el espacio aéreo de Irán en 2012.

Una fuente oficial estadounidense dijo que Estados Unidos ha seguido cuidadosamente las operaciones militares de Israel y realizaron escuchas en bases israelíes después de descubrir el vuelo sobre Irán. La información les llegaba a diario, pero de acuerdo con funcionarios norteamericanos, parte de dicha información era clasificada y transmitida en código y las agencias de seguridad estadounidenses no lograron descifrar la mayoría de los mensajes.

Los analistas de la Fuerza Aérea de Estados Unidos llegaron a la conclusión de que Israel no cuenta con las municiones y los aviones necesarios para destruir una central atómica en Irán. Esta conclusión fue comunicada a Israel, que en respuesta les hizo llegar su propio plan de acción:  aviones de transporte aterrizarían en Irán con grupos comando que harían estallar las entradas de la central nuclear, para luego sabotearla. Según el diario, funcionarios del Pentágono creyeron que se trataba de una misión suicida y presionaron a Israel para que avisara de antemano a Estados Unidos, pero el gobierno israelí no se comprometió a hacerlo.

Las agencias de inteligencia de Estados Unidos intensificaron el seguimiento por satélite de aviones de la Fuerza Aérea Israelí. Descubrieron que los pilotos eran puestos en alerta de inicio de un operativo en las noches oscuras y sin luna. En el seguimiento a la Fuerza Aérea descubrieron que los pilotos israelíes se entrenaban para nuevas misiones de combate, incluyendo pruebas sobre cómo burlar el sistema de defensa aérea de Irán.

El Wall Street Journal, citando funcionarios de alto rango de la Casa Blanca y el Pentágono, asegura que en 2012 había una sensación de que Israel estaba a punto de atacar y la Casa Blanca consideró que había una necesidad urgente de promover una solución diplomática.

Israel, al margen de las conversaciones con Irán.

El gobierno norteamericano decidió mantener al primer ministro Netanyahu al margen de los contactos entre Estados Unidos e Irán en Omán. Sospechaban que el mandatario podría filtrar la información sobre dichos encuentros y sabotearlos. En aquel momento, el equipo de trabajo de Obama tampoco estaba muy interesado – según el periódico – en ayudar a Netanyahu, percibido como un abierto partidario del candidato republicano Mitt Romney en las elecciones de 2012. Obama salió de su reunión de aquellos días con Netanyahu con la sensación de que el primer ministro israelí planeaba atacar Irán en la víspera de las elecciones presidenciales.

Según Gary Seymour, el principal asesor de Obama sobre la cuestión nuclear de Irán en su primer mandato, “Netanyahu estaba buscando a alguien en el gobierno de Estados Unidos que le diera una aceptación tácita, o la aprobación abierta para una acción militar”. Pero los estadounidenses respondieron que se trataba de un error grave y la administración se negó a suministrar a Israel con el equipo militar necesario para el ataque.

La nota destaca que Estados Unidos trató de esconder de Israel las primeras conversaciones llevadas a cabo en Omán, y las dio a conocer sólo después de la asunción de Hassan Rohani como presidente de Irán. En sus declaraciones, Seymour asegura que en su opinión fue un error haber dejado a Israel tanto tiempo al margen de esas conversaciones, y sin suministrarle información al respecto. El experto en temas nucleares del Departamento de Estado, Robert Einhorn, dijo que este hecho tuvo un impacto negativo en la forma como Israel tomó estas conversaciones.

El Wall Street Journal señala también que, tras el incidente, el gobierno de Estados Unidos decidió enviar un segundo portaaviones a la región y poner a sus aviones de combate en alerta, en caso de que un ataque israelí provocara una guerra regional. Sin embargo, destaca el informe, en la Casa Blanca admiten ahora que aquel vuelo inusual en el espacio aéreo iraní hizo que sacaran conclusiones equivocadas.

Fuente: agenciajudiadenoticias.com