Dr.-Ely-Karmon

ELY KARMON

Recientemente, Israel, Jerusalén y Cisjordania están sufriendo una oleada palestina de terror, que se caracteriza por apuñalamientos de ciudadanos judíos (44 casos, a fecha del 25 de octubre), atropellamientos con coches y disparos. 12 personas han sido asesinadas y más de 130 han resultado heridas.

En este momento en particular, el estallido de violencia es el resultado de una campaña masiva de incitación por parte de tres actores palestinos que actúan impulsados por intereses políticos y estratégicos contrapuestos.

La Autoridad Palestina (AP), el presidente Mahmud Abbas, está liderando desde 2012 una batalla diplomática internacional para lograr que Palestina sea reconocida como un Estado miembro por las Naciones Unidas, con resultados desiguales. Antes de su discurso del 30 de septiembre de 2015 en la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNA), él y varios medios de comunicación de la AP iniciaron una campaña de incitación frente a Israel, incluyendo falsas acusaciones sobre un plan israelí para cambiar el estatus-quo del Monte del Templo y de la mezquita sagrada de al-Aqsa.

El movimiento islamista de Hamás, que controla la Franja de Gaza, utilizó la así llamada amenaza a la mezquita de al-Aqsa para lanzar su propia campaña mediática de incitación, incluyendo directrices operativas a los palestinos de Cisjordania sobre cómo llevar a cabo “eficientemente” apuñalamientos y atropellamientos con coches. Hamás, aislada regionalmente y asediada por Egipto, no se atreve a desafiar a Israel reanudando el lanzamiento de cohetes, pero intenta desestabilizar a la AP y tomar las riendas de Cisjordania.

La rama septentrional del Movimiento Islámico en Israel, “primo” ideológico y religioso de Hamás, ha utilizado desde el año 2000 la supuesta amenaza a al-Aqsa como un trampolín para sus actividades subversivas contra el Estado de Israel.

Hasta hace poco, el Estado Islámico de Irak y al-Sham (ISIS o ISIL) no han mostrado mucho interés por la cuestión palestina.

La actual oleada de terrorismo palestino ha servido de inspiración a operativos y medios de comunicación de ISIS en Irak, Siria y otros países, para divulgar a través de Twitter y YouTube graves temas antisemitas y para animar a los palestinos a matar judíos. El 25 de agosto de 2015, ISIS lanzó una nueva plataforma mediática llamada la Institución de Al-Masra, que se centra en la cuestión palestina. Los palestinos son el principal objetivo de la campaña, pero los mensajes de la misma están también destinados a audiencias del Oriente Medio y a comunidades musulmanas del mundo entero.

El grupo no tiene una presencia acreditada en Cisjordania ni en la Franja de Gaza. Únicamente algunos pequeños grupos palestinos de salafistas / yihadistas de Gaza están inspirados por la ideología extremista del grupo y consideran demasiado blandos a los dirigentes de Hamás. Las autoridades de Hamás procuran no dejar que estos grupos perpetren serios ataques con cohetes contra Israel, para evitar que ello provoque fuertes represalias contra la propia Hamás.

Unos 40 ciudadanos árabes han viajado a Siria e Irak para luchar con los yihadistas. Se trata de un número bastante insignificante si tenemos en cuenta que de Francia han ido unos 1.200, del Reino Unido 800, y de Túnez, Marruecos o Arabia Saudí varios miles de ellos.

El 24 de octubre, ISIS colgó por primera vez en la vida un vídeo en hebreo: “Ni un solo judío quedará en Jerusalén.” El vídeo parece formar parte de su intento de subirse al carro de la oleada de terrorismo palestino.

Sin embargo, la amenaza proferida en el vídeo de atacar a los judíos e israelíes de todo el mundo debería ser tomada en serio, no porque ISIS vaya a enviar sus operativos a misiones especiales que tengan lugar en Europa o más allá de ella, sino porque su propaganda puede influir en que algunos individuos perpetren ese tipo de ataques por su cuenta. La feroz propaganda de la Autoridad Palestina y de Hamás de las últimas semanas, que utiliza el elemento religioso de la amenaza sobre la mezquita de al-Aqsa, también ha abonado el terreno para un evento de estas características.

El ataque al Museo Judío de Bruselas del 24 de mayo de 2014, donde Mehdi Nemmouche, un joven de 29 años de nacionalidad francesa y origen argelino, disparó y mató a cuatro judíos, es un ejemplo ilustrativo al respecto. Nemmouche había pasado más de un año en Siria y tenía vínculos con islamistas radicales.

Otro ejemplo es el asedio del 9 de enero de 2015 a un supermercado kosher en París, a raíz del atentado que se había cometido dos días antes en Charlie Hebdo, en el que el ciudadano francés de origen malí Amedy Coulibaly, que había prestado juramento de lealtad a ISIS, asesinó a cuatro rehenes judíos. La policía puso fin al asedio asaltando la tienda y matando a Coulibaly.

Esta misma estrategia siguió en su día al-Qaeda (AQ). Osama bin-Laden fue criticado por no prestar demasiada atención a la penosa situación palestina, pero para él éste era un asunto de escasa prioridad. Sólo después de su derrota en Afganistán y en vista del éxito de la segunda y sangrienta intifada palestina, los terroristas de AQ atacaron la histórica sinagoga de Djerba en Túnez, un hotel de propiedad israelí en Mombasa, Kenia, y fallaron en derribar un avión israelí en la misma operación keniata.

Conviene recordar que Abu Musab al-Zarqawi, líder de la organización de al-Qaeda en Irak (AQI) (2004-2006) y padre del actual ISIS, se proclamó a sí mismo emir de al-Sham (el Levante) e incluyó Palestina bajo su “jurisdicción”.

En este contexto, nueve cohetes Katyusha fueron lanzados desde Líbano hacia la Galilea Occidental, en Israel, durante la noche del 27 de diciembre de 2005. El Comité de Al-Qaeda en Mesopotamia (AQI) reivindicó la responsabilidad de este atentado con cohetes. El 19 de agosto de 2005, un grupo de al-Qaeda autodenominado los Batallones de Abdallah Azzam lanzó tres cohetes desde Aqaba, Jordania. Uno de los cohetes fue a parar cerca del aeropuerto de Eilat, mientras que otro estuvo a punto de alcanzar un barco americano en el puerto de Aqaba, y otro impactó contra un grupo de soldados jordanos. Este atentado también fue atribuido a la AQI de Zarqawi.

ISIS está siendo objeto de ataques combinados pero no coordinados por parte de la coalición de EEUU., la fuerza aérea rusa destacada en Siria, los kurdos del norte de Siria, los bombardeos turcos y el ejército de Bagdad apoyado por las milicias chiíes y las fuerzas iraníes. De momento, no tiene fuerza o no quiere desafiar directamente a Israel.

Fuente:elimparcial.es