AVI ISSACHAROFF
La serie de ataques terroristas debían haberse evitado, pero la incapacidad de hacer frente al extremismo islámico en Europa es mucho más profunda.
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En menos de dos semanas, el Estado Islámico logró perpetrar ataques terroristas en tres localidades: el Sinaí (donde derribó un avión de pasajeros ruso), Beirut (donde perpetró un doble atentado en un barrio de Hezbolá) y ahora en París.
Al perecer, ningún lugar está fuera de límites, ninguno está protegido.
Tanto Rusia, como los países árabes, occidente, e incluso los grupos extremistas chiítas son objetivos del terrorismo sunita radical.
Además, ISIS ha logrado manejar el terrorismo pese a la actividad de Rusia y Estados Unidos en Siria, aunada a la ofensiva de los kurdos, los países árabes, y el eje chií de Irán, Hezbolá y los alauitas de Bashar Assad. De hecho, no es sorprendente que sus acciones se hayan desplazado a otros lugares lejanos, mientras el grupo terrorista es amenazado en Siria.
Al reinvidicar su responsabilidad por la serie de ataques en París el Estado Islámico anunció sus próximos objetivos: Roma, Londres y Washington DC. Estas pueden ser amenazas vacías, no porque el grupo sea incapaz de actuar, sino porque la matanza en París demuestra que cuando ISIS planea un ataque, no lo divulga antes.
Probablemente la magnitud y el horror de los atentados de París sean un llamado de alerta a otros países de Europa Occidental que han fallado en la batalla contra el Estado Islámico. La red terrorista requerida para los múltiples ataques coordinados del viernes no fue resultado de una actividad espontánea. Por lo tanto, el éxito de al menos ocho terroristas con armas, explosivos y cinturones suicidas apunta a un fracaso de la inteligencia occidental, que debía haber previsto el ataque planeado. Informes iniciales indican que al menos uno de los terroristas se encontraba en la lista negra del servico de inteligencia francés.
Sin embargo, la comunidad de inteligencia europea se enfrenta a una tarea casi imposible. El fracaso no se limita a este fin de semana únicamente, sino que se remonta a muchos años atrás. A lo largo de las décadas, partes de Europa se han convertido en áreas totalmente musulmanas abandonadas por los servicios de inteligencia y las autoridades locales. De éstas áreas provienen los jóvenes que se han unido a las filas del Estado Islámico en Irak y Siria. Algunos de ellos volvieron posteriormente a Europa para crear células durmientes en espera a ser llamados para perpetrar atentados.
No será fácil que las agencias de inteligencia puedan penetrar estas redes terroristas. Además, Estados Unidos, Rusia y el mundo árabe no han logrado ponerse de acuerdo sobre cómo combatir de manera efectiva al grupo Estado Islámico en los campos de batalla de Siria. Bajo esta realidad, desafortunadamente es muy probable que Europa siga siendo amenazada por el terrorismo.
Fuente: The Times of Israel
Traducción: Esti Peled
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