La “capital del Islam político en la Europa continental” está al lado del corazón político de la Unión Europea.

molenbeek

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Así se refirió el primer ministro belga, Charles Michel, a Molenbeek, un barrio del oeste de Bruselas a donde apuntan muchas de las pistas de los sangrientos atentados del pasado viernes en París, que dejaron al menos 129 muertos y más de 350 heridos y cuya autoría se atribuyó el grupo terrorista ISIS.

De allí eran al menos dos de los terroristas que se inmolaron en los ataques y también es el barrio de donde salió hacia Siria, Abdelhamid Abaaoud, el belga señalado como el autor intelectual de los ataques por fuentes de la investigación.

En este barrio de los suburbios de Bruselas de edificios victorianos y con más de un 25% de población musulmana -principalmente de origen magrebí-, la policía ha detenido en los últimos días a varias personas por su presunta vinculación con los atentados de París.
Y allí se llevó a cabo en la mañana de este lunes una nueva operación policial en búsqueda de nuevas pistas de los ataques.

Considerada una de las cunas del yihadismo en Europa, Molenbeek está a menos de 2.5 millas (4 kilómetros) del centro del poder político europeo, el Parlamento Europeo.

“Barrio fuera de control”

Las autoridades locales reconocen que tienen un problema: Mientras el ministro del Interior belga Jan Jambon se refirió a Molenbeek como un “barrio fuera de control” y  la encargada del distrito, la socialista Françoise Schepmans, pidió ayuda para “aclarar la situación”, el primer ministro llegó a decir que cada vez que hay un atentado yihadista “existe un vínculo con Molenbeek”.

“Constato que casi siempre hay un vínculo con Molenbeek, que hay un problema gigantesco. En los meses pasados se han tomado muchas medidas en la lucha contra la radicalización pero también necesitamos más represión”, afirmó Charles Michel en el canal de televisión VRT.

“En Molenbeek, la situación no está controlada en este momento.  Debemos invertir más por adelantado”, agregó el primer ministro en referencia a la radicalización de algunos jóvenes belgas musulmanes.

Y pese a que los pocos vecinos que se han atrevido a hablar estos días con los medios de comunicación que han llegado tras conocerse el vínculo con los atentados de París aseguran que es un barrio tranquilo en el que la gente trata de hacer una vida normal,  son muchas las pistas que llevan en los últimos años a este barrio de Bruselas.

Del 11 de Marzo a la toma del supermercado judío 

En Molenbeek vivieron los considerados cerebros del atentado terrorista más sangriento de los últimos años en Europa, el del 11 de marzo en Madrid, que acabó con la vida de 191 personas y dejó más de 1,700 heridos en un ataque con bombas colocadas estratégicamente en el sistema de trenes de la capital española.

De allí también salieron los autores de la matanza en el Museo Judío de Bruselas, en 2014, los dos presuntos yihadistas abatidos por la Policía en enero en Verviers y allí adquirió las armas Amedy Coulibaly, el francés de origen maliense que en enero de este año acabó con la vida de cinco personas en el ataque de un supermercado judío en Francia, poco después de los ataques de Charlie Hebdo.

También por Molenbeek pasó Ayoub El Khazzani, el hombre que trató de atentar el pasado agosto en un tren Thalys con destino a París, en un ataque que fue evitado por varios pasajeros.

Los expertos apuntan al desempleo y el desarraigo de los jóvenes musulmanes como una de las causas de radicalización de los jóvenes belgas de origen musulmán.

Según un estudio del Centro Internacional de Estudios contra la Radicalización, unos 440 yihadistas belgas se fueron a combatir a Siria (40 por cada millón de habitantes), una cifra que casi duplica porcentualmente a la de la vecina Francia.

“Hay mucha gente que se fue de aquí a combatir a Siria y algunos que regresaron. Ese es el peligro”, ha reconocido la alcaldesa de Molenbeek, al matizar que no todos los islamistas radicalizados provienen de allí sino que muchos están solo de paso.

 

Fuente: Univisión