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THE WALL STREET JOURNAL

Estados Unidos debe apoyar a Hollande si él utiliza el Artículo 5 de la OTAN.

“Paciencia estratégica” es como el gobierno de Obama describe su enfoque de seguridad nacional, basado en su opinión que el tiempo está de nuestro lado al lidiar con amenazas tales como el Estado Islámico (ISIS). “No podemos permitirnos ser abofeteados por el alarmismo en un ciclo noticioso casi instantáneo”, dijo en febrero Susan Rice, Asesora en Seguridad Nacional.

Las fuerzas de seguridad francesas condujeron el miércoles cientos de operativos antiterroristas y colocaron a más de 100 sospechosos bajo arresto domiciliario. La policía libró una batalla a tiros en el suburbio parisino de Saint-Denis, que terminó cuando una terrorista detonó su chaleco suicida. El fiscal de París dijo el jueves que Abdelhamid Abaaoud, belga de nacimiento, y presunto cabecilla de la masacre del viernes, estuvo entre los muertos en el operativo.

Mientras tanto, las fuerzas de seguridad encontraron un escondite de armas en la ciudad de Lyon que incluía rifles Kalashnikov y un lanzador de cohetes. El martes, las autoridades alemanas evacuaron un estadio de futbol en Hanover basándose en “un indicio concreto acerca de un peligro concreto”, según el premier del estado de Baja Sajonia. Los vuelos con destino a París han sido desviados luego de amenazas de bomba y los yihadistas  que se dirigen a Francia han sido arrestados en lugares tan lejos como en Moldavia.

Tales amenazas son un recordatorio que la urgencia de las acciones antiterroristas francesas tiene menos que ver con venganza que con la necesidad urgente de prevenir otro ataque. Europa fue afortunada anteriormente este año cuando un operativo policial en Bélgica impidió un ataque terrorista inminente, y nuevamente en agosto cuando tres estadounidenses y un inglés impidieron que un yihadista abriera fuego en un tren de alta velocidad.

Pero la suerte se agota, especialmente cuando tratas al terrorismo en gran medida como una cuestión para policías y tribunales. El ISIS pudo conducir tres ataques con víctimas masivas en tres países en menos de tres semanas y está amenazando con más ataques en otras partes. Francia tiene unos 11,500 nombres en listas de vigilancia del gobierno. Es probable que muchos sean detenidos en virtud del estado de emergencia de tres meses que Hollande declaró después de los ataques del viernes, pero las autoridades no pueden rastrearlos a todos.

La Unión Europea no ha ayudado con su resistencia a la vigilancia digital y electrónica  de sospechosos terroristas -una función del histrionismo político después del robo a la Agencia Nacional de Seguridad por parte de Edward Snowden.

El gobierno de Hollande pudo aprobar un proyecto de ley de vigilancia a través de la legislatura francesa en respuesta a los ataques terroristas de enero contra Charlie Hebdo y el supermercado Kosher, pero sólo por sobre las denuncias furiosas de grupos como Human Rights Watch.

Recientemente,  el 2 de noviembre, el parlamento europeo aprobó una resolución exigiendo que a los datos de vigilancia pasados a EE.UU. se les dé un “nivel de protección efectivo” contra el Gran Hermano estadounidense, y el parlamento ha resistido acuerdos para compartir datos para pasajeros de aerolíneas. Tales son las obsesiones de una clase política que pone los gestos anti-estadounidenses por sobre la realidad.

Todo esto significa que Hollande ha tenido razón en declarar la guerra contra el Estado Islámico y ordenar operativos de bombardeos franceses contra su capital al oriente de Siria. Francia es todavía una nación capaz militarmente, como comprobó cuando dio vuelta una ofensiva de al Qaeda en Mali en el año 2013. Puede hacer daño significativo al ISIS si incrementa el ritmo de su bombardeo actual o despliega a su Legión Extranjera para liberar la ciudad de Raqqa.

Pero Francia no puede liderar una campaña militar decisiva por su cuenta, motivo por el cual Hollande está buscando potenciales socios. Pero no los encontrará en Europa, a pesar de su decisión de invocar una cláusula oscura y sin impacto de defensa colectiva europea.

Ben Rhodes, el Asesor Adjunto en Seguridad Nacional de EE.UU., estuvo extrañamente descomprometido el domingo cuando se le preguntó si Francia debe invocar la cláusula de defensa mutua del Artículo 5 del estatuto de la OTAN. “Esa es una decisión que deben tomar los franceses,” dijo.

Esa aparente reticencia y la decisión de Hollande de no invocar el artículo 5 nos hace preguntarnos si el gobierno de Obama dijo calladamente a París que no moleste. Tengan en cuenta que la OTAN invocó el artículo 5 después del 11/S, lo cual llevó a la cooperación de Europa con EE.UU. contra al Qaeda en Afganistán. No es de extrañar que París esté haciendo propuestas para una opción militar conjunta con Moscú, el que debe estar encantado con esta oportunidad de renovar una vieja amistad europea mientras debilita a la OTAN en la negociación.

El Presidente Obama está perdiendo una oportunidad de ayudar a un aliado en su hora de necesidad y fortificar la más grande alianza del Atlántico.

Los estadounidenses estuvieron decepcionados en el año 2003 cuando el presidente francés Jacques Chirac se opuso a la invasión estadounidense de Irak. Qué triste giro sería si un presidente estadounidense ahora no logra hacer lo que puede para ayudar a un presidente francés cuando él trata de derrotar a otro enemigo en el Medio Oriente. Hasta que Estados Unidos tenga un nuevo Comandante en Jefe, Hollande es el mejor líder antiterrorista que tiene el Occidente.

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.