ELENA BIALOSTOCKY PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez llevó a cabo el Curso de Cardiología 2015. Del 1° al 3 de junio, se realizaron ponencias de médicos invitados nacionales e internacionales y, del 4 al 6 del mismo mes, el curso se dirigió a las enfermeras en la especialidad de Cardiología.

Enlace Judío tuvo la oportunidad de entrevistar a cuatro eminencias en diferentes campos de la Cardiología, procedentes del Cedars-Sinai Heart Institute de Los Ángeles, California.

Dr. Eugenio Cingolani, Director del Programa de Arritmia Familiar.

“Normalmente cada persona nace con un metrónomo biológico que mantiene el ritmo regular durante toda su vida, por lo que la arritmia es cualquier irregularidad en ese ritmo, la cual puede ser lenta o rápida”, dijo.

Además, comentó que existen síndromes arrítmicos congénitos que se transmiten de generación en generación, de los cuales algunos son benignos pero otros pueden llegar a causar una muerte súbita. No obstante, actualmente la medicina ha evolucionado y se pueden hacer exámenes genéticos para saber si la persona corre o no algún riesgo.

Por otra parte, hizo referencia a los marcapasos, los cuales son dispositivos electrónicos para tratar las arritmias lentas, mismos que se han utilizado por más de cincuenta años. Los marcapasos actualmente son a demanda, es decir, el mismo corazón demandará su utilización cuando lo necesite. Hoy en día, un marcapasos puede durar diez años y lo único que se cambia es el generador de la batería, no todo el dispositivo; sin embargo, en los casos de niños, la cuestión es un poco más problemática, ya que, de acuerdo a como vayan creciendo, se deberán hacer cambios para controlar sus latidos.

También afirmó que “nuestro grupo ha trabajado durante más de quince años para generar un marcapasos biológico, transformando las células. En éste, se reintroduce un gen humano, y es una pequeña secuencia que genera ese metrónomo con el que todas las personas han nacido. Al reintroducir ese gen, las células normales se transforman o reprograman a una célula marcapasos, por lo que, en lugar de recibir un dispositivo electrónico, podemos reprogramar esas células que dejaron de funcionar con el tiempo. Es como recrear nuestro marcapasos natural, más que reemplazarlo por uno electrónico”.

Finalmente, indicó que “la genética y las células madre han revolucionado de una manera muy importante, ya que se pueden usar las células madre del mismo cuerpo, a fin de estudiar y combatir ciertas enfermedades. En nuestro centro hay un estudio publicado que se llama Caducedus, en el que se han usado celulas madre del propio corazón del paciente, y se determinó que mejoraron su condición disminuyendo el tamaño de un infarto. Actualmente hay otro estudio que se está realizando denominado All Star, en el cual se utilizan células de donantes y están teniendo resultados preliminares, que aunque no se han publicado, parecen ser optimistas”.

Dr. Prediman Shah, Director del Departamento de Prevención y Atención de Arterioesclerosis.

Inició explicándonos que “la arterioesclerosis es una enfermedad progresiva que se presenta en las arterias y venas medianas y grandes. El colesterol se va acumulando en las paredes de éstas y provoca inflamación; eventualmente se van haciendo más angostas, se provocan trombos que se pueden soltar e irse a diferentes partes del cuerpo, y es una enfermedad que ataca a grandes poblaciones alrededor del mundo”.

El Dr. Shah afirmó que el estilo de vida, el sedentarismo y la obesidad son factores muy importantes que propician dicho padecimiento. Además, el hecho que existan familiares con historia de enfermedades del corazón, diabetes o alta presión, incrementa el riesgo de presentar arterioesclerosis.

Se considera que la arterioesclerosis es una enfermedad autoinmune, es decir, que el cuerpo rechaza los anticuerpos del colesterol malo, por lo que la idea de la vacuna es suprimir la respuesta autoinmune. Dicha vacuna es muy diferente a las convencionales- la de la polio o el sarampión- en las que se activa el sistema inmunológico, porque en este padecimiento baja la activación del sistema inmunológico para que no reaccione ante los antígenos. El Dr. Shah comentó que “es el concepto que hemos estado trabajando en el laboratorio por cerca de veinte años, y en este momento nos encontramos en un plano en que vemos que la vacuna hecha con pequeñas proteínas reduce la inflamación en animales,  por lo que pensamos probarla en humanos en uno o dos años. Posteriormente a las pruebas, si éstas salen bien, tardaremos de cinco a siete años en que pueda estar al alcance de los humanos”.

Finalmente, indicó que si las personas se enfocaran en hacer ejercicio y en tener una alimentación baja en colesterol desde la infancia y el crecimiento, se reduciría de forma considerable el riesgo de padecer arterioesclerosis. “El estilo de vida es la llave para la prevención de esta enfermedad. Existe el riesgo genético, ya que no podemos escoger a nuestros padres, pero sí podemos modificar nuestro estilo de vida”.

Dr. Timothy Henry, Director de Cardiología.

Afirmó que “la hemodinamia es la forma en la que el corazón late”.

Además, destacó que las células madre son muy importantes en el tratamiento de la angina de pecho, ya que los pacientes que presentan dicho padecimiento no tienen suficiente sangre, por lo que la meta es hacer crecer más células de sangre y se ha observado que los pacientes progresan satisfactoriamente con las células madre. “Las células madre actúan en el cuerpo, cuando las introducimos directamente en el corazón se convierten en vasos sanguíneos, lo más común es que atraen a más vasos sanguíneos para ayudar en el proceso de curación”.

Las células madre comenzaron a ser utilizadas hace aproximadamente diez años; alrededor del mundo se ha tratado a miles de pacientes, de los cuales, más de 400 han recibido tratamiento en el Cedars-Sinai Institute.

Dr. Alfredo Trento, Director del Departamento de Cirugía Cardio-Torácica.

“Cuando hacemos un trasplante de corazón”, comentó, “el paciente recibe un órgano que no le pertenece, por lo que su sistema inmunológico no lo reconoce y crea anticuerpos contra este órgano, lo que puede causar el rechazo y, además, que el paciente se enferme y necesite tratamiento”. No obstante, explicó que todos los pacientes, después de un trasplante de órgano, reciben medicamentos inmunosupresores, los cuales hacen al sistema inmunológico débil para que no ataque al corazón trasplantado, aunque, aun así, se presenta un rechazo muy lento del órgano.

El Dr. Trento indicó que dicho rechazo se manifiesta como arterioesclerosis de las arterias del corazón. “Así como encontramos placas en las arterias coronarias de una persona que sufrió un ataque cardiaco, lo mismo ocurre con el rechazo crónico y lento, y esto es lo que provoca que el corazón falle. Por lo mismo, hacemos un seguimiento de los pacientes mediante un angiograma para ver si está desarrollando este proceso”.

Afirmó que un corazón trasplantado con un buen seguimiento y dependiendo del paciente puede durar tanto como el paciente viva. “Mi paciente que más ha vivido con un corazón trasplantado fue de 25 años y murió a los noventa. Los pacientes que se benefician más con un trasplante son de mediana edad, alrededor de los sesenta años”.

Finalmente, dijo que desconoce el número de personas que han firmado para ser donadores de órganos; sin embargo, cuando obtienen una licencia de conducir, deben marcar una casilla de si es que quieren o no ser donadores de órganos. Y aun si una persona firma, pero su familia no lo acepta, se deben respetar los deseos de la familia en esos momentos tan difíciles para ellos. “Solo una minoría ha firmado como donador de órganos. Tenemos una falta enorme de órganos. Al morir un paciente y donar sus órganos, se pueden salvar siete personas y ayudar a dos más con las corneas”.