Anat Berko, experta en terrorismo y diputada del Likud, intenta explicar las motivaciones de los atacantes actuales.

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ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Desde el inicio de la actual ola de puñaladas, disparos y embestidas de coche intencionadas, los comentaristas han expresado su perplejidad ante la inutilidad aparente de todo esto. Los jóvenes, muchos de ellos adolescentes, se dispusieron a apuñalar a israelíes al azar, bajo el riesgo de perder sus vidas en el proceso. ¿Acaso estos atacantes son lobos solitarios? ¿Acaso actúan por desesperación o son incitados por Facebook? ¿Qué esperan lograr?

La criminóloga Anat Berko, quien se unió a la Knesset, el pasado marzo, luego de especializarse en terroristas suicidas durante 20 años, es sui generis. Sus políticas están alineadas con las del Primer Ministro Benjamín Netanyahu, pero durante sus años de investigación antiterrorista llegó a ser el confidente israelí más cercano de muchos terroristas palestinos encarcelados.

“La gente suele preguntarme por qué los terroristas están dispuestos a hablar conmigo,” mencionó en su obraLa bomba inteligente: Las mujeres y los niños como terroristas suicidas” publicada en 2012.

“Yo les digo que si se crea el ambiente adecuado, ellos no dejan de hablar … Los presos de seguridad esperaban hablar conmigo de la misma manera que anhelaban las visitas de amigos y familiares. Llegué a formar parte del paisaje de la cárcel, y ellos sentían que recibían algo de nuestras conversaciones porque eran para fines de investigación y no simples interrogatorios.”

Su capacidad de escucharlos era tan grande que los presos hablaban con ella durante horas, la abrazaban, lloraban e incluso le permitían cargar a sus bebés.

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The Times of Israel se encontró con Berko para obtener un perfil de los atacantes actuales.

En primer lugar, dice Berko, a diferencia de los terroristas suicidas, los agresores actuales “no necesariamente piensan que no vivirán tras los ataques. Ellos suponen que podrían no sobrevivir. No es lo mismo.”

Berko dice que los atacantes cometen estos actos en aras de la “gloria”. Como todos los adolescentes, compiten en las redes sociales y en la sociedad palestina sobre quién es mayor héroe. Los terroristas no piensan que la muerte marca el final, ya que entrarán al paraíso,” donde se reunirán con 72 vírgenes, beberán hasta intoxicarse y tendrán mucho sexo.”

De hecho, en las reuniones con presos descritas en el libro, algunos hablan detalladamente del paraíso.

“Todos los shahids [mártires] en potencia con los que conversé, describen el paraíso en términos similares,” señaló Berko en el libro. “En lo que a ellos respecta, además de encontrarse con Alá, el profeta Mahoma, y otros shahids, el paraíso es un lugar de placeres, donde hay vírgenes eternas con piel blanca transparente, y no existen las necesidades fisiológicas. Hay comida en abundancia, ríos de miel y alcohol. Uno de los presos añadió que sería un lugar donde adolescentes inexpertos sexualmente se reúnen con vírgenes.”

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Las mujeres terroristas esperan obtener el derecho a casarse por amor. Una prisionera, que intentó, pero no logró llevar a cabo un atentado suicida, dijo a Berko: “En el paraíso seré como una reina, tendré mi reino y me casaré con quien quiera.

Berko dice que muchos jóvenes palestinos viven en comunidades bajo una enorme presión social, prohibiciones y humillaciones. En el paraíso, pueden experimentar todas las cosas que están prohibidas en la vida real.

“Hace unos años conocí a un muchacho de 15 años que había intentado ser un terrorista suicida. El joven me dijo que es virgen y había fantaseado que su primera experiencia sexual sería en el paraíso. Ellos odian al occidente, pero se mueren por vivir como en el occidente, en ambos sentidos de la palabra.”

Violencia intra-familiar

Muchos de los terroristas que entrevistó Berko no vienen de familias pobres, pero viven con violencia en sus hogares.

Por ejemplo, una mujer quien había intentado apuñalar a un soldado israelí en un puesto de control dijo: “Mi hermano tiene veinticinco años; me viola y no quiere que le diga a nadie. Yo tengo veintitrés años. Mi padre murió hace cuatro años. Le revelé a mi madre y a mi tío lo que hace mi hermano, y mi tío me golpeó y negó que mi hermano me había violado. Él dijo que no había hecho nada. Les pedí que me llevaran a un médico. Fui a la policía palestina y un policía dijo: ‘Yo puedo ayudarte, pero tu hermano es amigo mío.Él quería tener sexo conmigo, y me dijo:” Tu hermano no lo sabrá.'”

De hecho, dice Berko, existe una normalización de la violencia en la sociedad palestina. La televisión infantil alaba a los mártires mientras que Al-Qaeda y Estado Islámico han subido el grado brutalidad para los terroristas en potencia.

Televisión Al-Aksa

“Cuando un niño ve vídeos y no se asusta de ver sangre o a una persona muriendo, uno entiende el efecto.”

Otra de las razones por las que esta ola de violencia está ocurriendo ahora según Berko, es que “los palestinos ven las oleadas de refugiados a Europa y piensan quién tomará en cuenta a los refugiados de hace 70 años cuando han surgido otrosde una guerra reciente en Oriente Medio?”

Además, dice Berko, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas tiene 80 años y Hamas tiene la esperanza de llenar el vacío de poder, abriendo otro frente con Israel.

No hay lobos solitarios

“No acepto la idea de que estos terroristas son lobos solitarios. Esta ola de terror viene desde arriba. La incitación es una locura. Se encuentra en la televisión, en las emisiones por satélite, las mezquitas, la calle y las escuelas, incluyendo el este de Jerusalem, en escuelas que nosotros financiamos. Es tan intenso que es sorprendente que no todos son terroristas. La página web de la Autoridad Palestina habla de toda Palestina, previo a 1948, no sólo antes de 1967.”

En cuanto a la forma de detener la actual ola de terrorismo, Berko sugiere: “Tenemos que pensar fuera de la caja, no sólo hacer cosas normales, sino conducir una guerra más sofisticada que entiende al enemigo.”

Por ejemplo, “debemos hacer que el ataque no sea significativo desde el punto de vista de los terroristas y su familia. Así, las familias comenzarán a controlar sus jóvenes. La familia debe pagar un precio. No necesariamente mediante la demolición de viviendas, sino a través de multas y otros castigos.

Fuente: The Times of Israel/Simona Weinglass

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