Alguna vez alguien me contó que había un hombre en una playa muy grande que se dedicaba a regresar las estrellas de mar que éste arrojaba. Una persona se acercó y le dijo: “¿Vale la pena lo que estás haciendo? Hay cientos o miles de éstas en la playa”. El hombre tomó otra estrella, la arrojó al mar y le respondió: “Para ésa, sí valió la pena”.

ENRIQUE RIVERA PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO- La fiesta de fin de año que la Comunidad Bet-El lleva a cabo con “niños de la calle”  ya es una joven tradición, muy esperada y agradecida, tanto por los responsables del albergue para niños de la calle como por los mismos menores.

Pero, también para los niños de la Comunidad Bet-El, esta fecha es significativa; pues muchos de quienes van a realizar su Bar o Bat Mitzvá la esperan para participar: ya sea planeando actividades, preparando tortas, apoyando en diversas tareas y, principalmente, conviviendo con estos niños cuyas vidas distan de ser “normales”.

Enlace Judío tuvo la oportunidad de conversar con la Directora del Centro de Prevención de la Asociación Niños de la Calle, A.C., Susana Ortiz, presente en el evento. Ella nos permitió conocer un poco más y adentrarnos en la realidad de muchos de estos menores y de su situación. Ortiz comentó que este tipo de actividades permiten a los niños experimentar algo diferente, pues sus vidas son, lamentablemente, llenas de violencia y droga. Y que gracias al trabajo que la Asociación lleva a cabo y a actividades como la organizada por Bet-El, “los niños experimentan cambios, pequeños pero que dan esperanza de un mejor destino”.

La Directora comentó: “El año pasado, los padres de uno de los niños que había obtenido juguetes en el evento nos contaron que se durmió abrazándolos”.

Un dato interesante que la Directora nos compartió fue el hecho de que los responsables del Centro de Prevención comenzaron a trabajar hace unos 13 años. Para el día de hoy, algunos “niños de la calle” son jóvenes que están cursando la universidad o la prepa.  Muchos de ellos han optado por no consumir drogas, las cuales, en su caso, son muy fáciles de conseguir, ya que muchos padres la venden o la consumen.

En este festival hubo cuenta cuentos, Karaoke, comida y muchos juegos, pero principalmente fue un encuentro humano, fraterno, un marco donde pudieron encontrarse los unos con los otros y como comentó Bernardo, un joven de la Comunidad Bet El, que por primera vez apoyó en esta actividad: “No hay dejarse llevar por la primera impresión, es gente muy noble”.

Recientemente nos enteramos que además de juguetes, camisetas, pantalones, comida y zapatos, –  entregados por organizaciones como Lev Le Lev, Tam,  Fundación Bet El, Hineni, Comunidad Bet-El y Talmud Torá- algunas personas se han hecho cargo, a título personal,  de la educación de jóvenes sin recursos, de tal forma que que hoy estudian en universidades privadas.

La participación de los niños y niñas que están en el Talmud Torá reviste una gran importancia, tanto para los invitados como para ellos mismos. Como lo señaló el Rabino Leonel Levy: “En la fiesta de Janucá, la cual estamos  celebrando, vemos que el Shamash (la vela que con la que se prenden las demás), no disminuye su luz cuando enciende otras, al contrario. Así mismo, cuando se comparte con los demás no disminuye lo que tenemos,sino que aumenta”, acotó.