Turquía e Israel alcanzaron el jueves un acuerdo para normalizar las relaciones diplomáticas después de un congelamiento de cinco años en los vínculos bilaterales.

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AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El acuerdo preliminar estipula el retorno de los embajadores de ambos países, la expulsión de un funcionario de Hamas radicado en Turquía, y crucialmente, un potencial acuerdo de energía por el cual Israel exportaría gas natural a Turquía y desde allí a Europa. El anuncio llega en medio de la crisis

diplomática que se está intensificando de Turquía con Rusia, y señala el reconocimiento por parte de Ankara de su necesidad urgente de diversificar sus fuentes de energía.

Turquía e Israel suspendieron relaciones en el 2010 después de la flotilla del Mavi Marmara a Gaza, en la cual resultaron muertos 10 ciudadanos turcos cuando tropas israelíes abordaron sus barcos. Aunque las dos partes llegaron a un acuerdo de compensación el año pasado, había habido poca posibilidad de un restablecimiento pleno de las relaciones hasta ahora, en vista de la exigencia de Turquía que Israel levante el bloqueo contra Gaza, y la de Israel que Ankara corte relaciones con el movimiento Hamas que controla el territorio. Al menos una de esas demandas parece ser encarada en el actual acuerdo, lo que incluye la expulsión del líder de Hamas, Saleh Arouri, de su base en Turquía.

Aunque los funcionarios turcos e israelíes han estado en conversaciones secretas desde el verano, la cláusula de energía puede haber sido lo que selló finalmente el acuerdo. Turquía depende de las importaciones para la energí y podría beneficiarse del suministro de gas natural de Israel. Además, con su infraestructura energética existente, Turquía sería el punto de tránsito natural para que Israel envíe sus recién descubiertos suministros de gas a Europa, realizando así el sueño del gobierno turco de convertir al país en un centro energético.

A pesar de los potenciales beneficios mutuos, sin embargo, las tensas relaciones políticas de Turquía con Israel hasta ahora han impedido cualquier cooperación en energía. Ese cálculo cambió este mes, cuando Rusia respondió al derribo de su avión por parte de Turquía a fines de noviembre dando inicio a una campaña propagandística y sancionando ciertos productos turcos. Las medidas punitivas sólo dañarán levemente a la economía turca, pero como el principal proveedor de energía de Turquía, Rusia podría causar daño mucho más serio si corta o reduce sus exportaciones de gas natural.

La dependencia es compartida en cierto grado: Turquía es el segundo mercado de energía más grande de Rusia y el único en el cual la demanda está aumentando. Pero el Kremlin ha utilizado antes la carta de la energía para propósitos geopolíticos, y Ankara se siente amenazada.

Es probable que ese sentimiento de vulnerabilidad sea el motor principal de la aproximación de Turquía con Israel, uno que llega a costa del compromiso muy promovido del gobierno con los palestinos, y con Gaza en particular. Habiendo sobrevivido a una elección que podía resultar en el éxito o la ruina definitiva el mes pasado para solidificar su gobierno por al menos cuatro años, el partido gobernante de Turquía se siente seguro, incluso envalentonado, en casa. Que Ankara por lo tanto, renuncie a sus demandas sobre Gaza como una precondición para normalizar vínculos con Israel señala su temor a una crisis energética -una que Moscú puede amenazar con provocar un día.

 

 

Fuente: Informe Político de la Fundación para la Defensa de las Democracias- Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México