A Hamas militant takes part in the funeral procession for Hamas militant and lawmaker Mariam Farahat in Gaza City on March 17, 2013. Farhat, who was known for losing three of her militant sons to suicide bombings and Israeli military attacks, died after a long-term illness. AFP PHOTO MAHMUD HAMS (Photo credit should read MAHMUD HAMS/AFP/Getty Images)

EVELYN GORDON

Cuando el Primer Ministro Benjamín Netanyahu comparó a Hamás con el Estado Islámico después de los ataques de París, fue despreciado ampliamente. Pero como dejan en claro muchos recientes informes noticiosos, la analogía estuvo bastante bien fundamentada. 

Hamás, como el ISIS, glorifica su propia brutalidad y alardea de ella al mundo. Arma, financia y entrena en forma activa al afiliado del Estado Islámico en el Sinaí. Uno de sus funcionarios de alto rango ha prometido que tan pronto se libre del molesto estado sionista, pondrá su mira en el resto del Occidente. Y el Occidente parece determinado a eliminar la diferencia que queda entre los dos grupos.

La glorificación por parte de Hamás de su propia brutalidad estuvo en exhibición esta semana, cuando el grupo celebró el 28o. aniversario de su fundación. En honor de este acontecimiento, informó el diario israelí Israel Hayom, Hamás subió un video en su sitio web describiendo pantallazos de sus mayores ataques terroristas y enumerando todos sus otros logros, que fueron de la siguiente manera: Ha disparado 16,377 cohetes y morteros a Israel, alcanzando tan lejos al norte como Haifa, y ahora fabrica localmente la mayoría de sus cohetes. Ha perpetrado 86 ataques suicidas, 250 tiroteos, 36 apuñalamientos, y más de 500 operativos transfronterizos. Y ha secuestrado a 26 israelíes, “tanto muertos como vivos.”

Noten lo que falta en esta lista: algún intento por mejorar las vidas de los palestinos que ha gobernado en Gaza desde el año 2007. Eso, por supuesto, es porque no hubo ninguno. Pero la razón por la que no hubo ninguno es porque, como el ISIS, Hamás de hecho no tiene ningún interés en mejorar las vidas de las personas que gobierna; lo que interesa a Hamás es matar infieles. Este orden de prioridades es el motivo por el cual construye túneles para atacar a Israel pero no refugios anti-bomba para proteger a sus civiles de los contraataques israelíes, o el motivo por el cual mantiene a su pueblo encarcelado en Gaza en vez de acceder a las condiciones del Cairo para abrir su frontera con Egipto. Y es también el motivo por el cual el video promocional de Hamás destaca sus asesinatos brutales de israelíes, así como los videos promocionales del Estado Islámico destacan los asesinatos brutales de occidentales. Luego está la cooperación real con el afiliado del Estado Islámico en Sinaí, Wilayat Sinai, detallada tanto por Ehud Yaari para el Washington Institute como por Alex Fishman para el diario israelí Yedioth Ahronoth. Hamás proporciona apoyo logístico al grupo de Sinai, abarcando desde entrenamiento a cuidado médico, y el más alto comandante militar de Wilayat Sinai ha visitado Gaza para aumentar esta cooperación. Pero la principal actividad conjunta es adquisiciones de armas.

Hamás es el que tiene el dinero, proporcionado por Irán, Qatar, y Turquía. Aparentemente, los últimos dos sólo financian proyectos civiles, pero Hamás lleva una tajada generosa para propósitos militares; por ejemplo, aproximadamente un tercio del hormigón importado para proyectos de construcción patrocinados por los qataríes en Gaza fue desviado a la empresa de construcción de túneles de Hamás. Wilayat Sinai, en contraste, es el que tiene acceso físico a las armas; las adquiere de Irán y Libia y las envía a Gaza a cambio ya sea de dinero en efectivo o una tajada del envío.

Por último, está la cuestión de las ambiciones declaradas de Hamás. Como destacó el mes pasado el investigador  Pinhas Inbari, el parlamentario y clérigo de Hamás, Dr. Yusuf al-Astal, ha declarado durante años que una vez que sea derrotada Israel, Hamás pasará al resto del mundo. Como lo dijo él en un discurso en el año 2008, “Conquistaremos Roma, y desde allí continuaremos para conquistar las dos Américas e Incluso Europa Oriental.”

Al-Astal no es una figura marginal. El escribe regularmente artículos para el diario Al-Risala de Hamás, es entrevistado  por la televisión Al-Aqsa de Hamás, da sermones en las mezquitas y universidades controladas por Hamás, y fue incluido en la partida parlamentaria de Hamás. Tampoco la Gaza gobernada por Hamás es una democracia con libre expresión para todos; si Hamás desaprobara el mensaje de Al-Astal, no le permitiría promulgarlo en las instituciones controladas por Hamás.

Estas ambiciones llenas de jactancia podrían sonar risibles. No hay razón para pensar que Hamás podría lograrlas, y hasta ahora, no ha intentado realmente. ISIS, por el contrario, controla grandes partes de Siria e Irak y perpetró los ataques letales en París, mientras que incluso Wilayat Sinai ha matado a cientos de egipcios y hace poco bombardeó un avión ruso de pasajeros.

Pero hay una razón por la cual Hamás está entrenando a Wilayat Sinai en vez de viceversa; Hamás tiene mucha más experiencia y, en muchas formas, más experimentado. De hecho, los mismos ataques en París pusieron de relieve las habilidades de Hamás: Aunque los hombres armados estaban bien entrenados y fueron letales, los tres atacantes suicidas se las arreglaron colectivamente para matar exactamente a una persona. Por el contrario, los atacantes suicidas de Hamas produjeron rutinariamente víctimas fatales de dos dígitos hasta que Israel descubrió como arrestar a la mayoría de ellos antes que ataquen. En resumen, un Hamas libre para concentrarse en el Occidente no sería cosa de risa.

Afortunadamente para el Occidente, Hamás no está libre para hacerlo, porque el molesto estado sionista está todavía en el camino. El ISIS es lo que ocurre cuando una organización terrorista encuentra un vacío de poder que puede llenar – o sea, cuando no hay un estado fuerte y estable como Israel para contenerla. Hamás es lo que sucede cuando una organización terrorista sigue corriendo contra un estado como Israel: Su capacidad para dañar al resto del mundo es mínima.

Pero en vez de dejarlo bien solo, mucho del Occidente está tratando ardientemente de crear un nuevo vacío de poder meso-oriental hecho a la medida para que Hamás lo llene: un estado palestino. Obviamente, un estado manejado por Hamas ni es el objetivo. Pero la última vez que los palestinos tuvieron algo que se aproximó a elecciones libres y justas, en el año 2006, ganó Hamás. Y según una nueva encuesta publicada esta semana, lo mismo sucedería si fueran celebradas nuevamente las elecciones, lo cual no debe sorprender a nadie: La encuesta encontró también que dos tercios de los palestinos apoyan asesinar a israelíes, mientras que mayorías considerables se oponen tanto a “la solución de dos estados” como a la “solución de un estado en el cual árabes y judíos gocen de derechos iguales,” significando que la única “solución” que aceptarían es la erradicación de Israel. Así que ellos obviamente preferirían que el partido que expone constantemente ambos objetivos al que lo hace sólo en árabe – Fatah – mientras dice lo contrario en inglés.

El mes pasado, el veterano procesista de la paz Aaron David Miller destrozó a la ortodoxia del proceso de paz preguntando si otro estado débil y fallido es realmente lo que necesita el Medio Oriente en este preciso momento. Dadas las similitudes entre Hamas y el ISIS, cualquiera que no quiera un segundo ISIS en la región debe responder “no.”

Fuente: Commentary

 Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México