Por primera vez Crítica publica en castellano los Diarios completos de Alfred Rosenberg, ideólogo central del nazismo y alto funcionario del Tercer Reich.

Diario de un criminal por convicción

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Los Diarios fueron recuperados en 2013; su publicación se hizo por iniciativa de entidades internacionales dedicadas a la investigación acerca del Holocausto, y la edición anotada estuvo a cargo de Jürgen Matthäus y Frank Bajohr, responsables también del texto introductorio, en el que brindan claves de la personalidad de Rosenberg y del contexto en el que actuó.

Ambicioso, oportunista y antisemita feroz, Rosenberg desarrolló una intensa labor como periodista y como escritor que le granjeó primero la curiosidad y después la confianza de Hitler, atraído por sus complejas y pseudofilosóficas teorías raciales.

Matthäus y Bajohr llaman la atención sobre un hecho curioso: lo excepcional que resulta encontrar diarios de la época escritos por funcionarios nazis (con la salvedad de Goebbels y del propio Rosenberg, que habría escrito los diarios para sí, sin intención de darlos a publicidad). Y arriesgan una hipótesis en dos tiempos. Primero, el hecho de que estos hombres, que “daban forma al futuro que tenían que afrontar y sufrir sus víctimas” se veían a sí mismos como “hombres de acción”, poco afectos a una actitud reflexiva que, por otra parte, no era apreciada entre los miembros del partido. Segundo, los cambios bruscos y sorpresivos en la política del régimen, “para los que incluso los nacionalsocialistas convencidos carecían de explicaciones mínimamente sólidas [?]. Por esta razón los principales actores del nacionalsocialismo no han legado diarios sino, a lo sumo, como Heinrich Himmler, calendarios que dan fe de su incesante actividad”.

Matthäus y Bajohr reflexionan desapasionadamente sobre la figura que emerge de los documentos en los que han trabajado y llegan a una conclusión escalofriante: “Difícilmente hallaremos otro líder del nacionalsocialismo que merezca sin reservas el calificativo de criminal por convicción’ tanto como Rosenberg, pues creyó hasta el final en lo que predicaba”. Y observan que ese fanatismo intimidaba aun a Goebbels, quien dijo que Rosenberg se expresaba de un modo “tan frío y provocador que a uno le entra miedo”.

Fuente: La Nación – Uruguay