KHALED ABU TOAMEH
Para los principales medios de comunicación y organizaciones de derechos humanos, las violaciones de los derechos humanos son noticia sólo cuando vienen con una etiqueta “made in Israel” en ellos. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha utilizado los fondos de ayuda internacional para construir cárceles y centros de detención en Cisjordania donde la tortura se ha convertido en la norma.
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El Dr. Ammar Dwaik, Director General de la Comisión Independiente de Derechos Humanos, un grupo palestino, reveló que su grupo recibió 782 quejas con respecto a la tortura – 168 en Cisjordania y 614 en la Franja de Gaza.
Tanto Hamás y la Autoridad Palestina tienen temores de que una elección libre termine con su poder. ¿Por qué celebrar una elección si no se está seguro acerca de los resultados?
Se necesita desesperadamente: un escrutinio de la sociedad palestina por parte de los medios de comunicación internacionales y los grupos de derechos humanos – comenzando con las cárceles palestinas.
La Autoridad Palestina y Hamás están torturando palestinos. Silencio
Los dos gobiernos palestinos, la Autoridad Palestina (AP) en Cisjordania y Hamás en la Franja de Gaza, son los dos principales violadores de los derechos humanos. Las agresiones a las libertades públicas y la represión sobre los rivales políticos son sólo los primeros capítulos de una historia muy larga.
Sin embargo, este relato no interpela a la comunidad internacional, especialmente a los medios de comunicación y los derechos humanos las principales organizaciones en Occidente. Para ellos, las violaciones de los derechos humanos son noticia sólo cuando vienen con una pegatina “made in Israel” en ellos.
Sin embargo, su obsesión con Israel sólo mata a los palestinos. Particularmente en riesgo están aquellos que a diario arriesgan sus vidas en el intento de poner fin a la violencia de Hamás y la Autoridad Palestina contra su propio pueblo.
La Autoridad Palestina ha utilizado fondos internacionales para construir cárceles y centros de detención en Cisjordania donde la tortura se ha convertido en la norma. Y Hamás, que en 2007 tomó el control de la Franja de Gaza, transformó el área en un emirato islámico radical con una indiferencia alarmante hacia los derechos humanos y las libertades públicas.
La Comisión Independiente de Derechos Humanos (CIDH), un grupo palestino que busca promover “los valores inherentes de la justicia, la igualdad y los derechos humanos”, informa un aumento dramático en los últimos dos años en el número de quejas sobre la tortura en las cárceles palestinas dirigidas por Hamás y la Autoridad Palestina.
El Dr. Ammar Dwaik, Director General de la CIDH, reveló que su grupo recibió 782 quejas con respecto a la tortura – 614 en la Franja de Gaza y 168 en Cisjordania. Dwaik señala, sin embargo, que el gran número de quejas no indica necesariamente una “gran violación” de los derechos humanos. Dwaik explicó que la tortura infligida a los palestinos detenidos por Hamás y los investigadores de la AP durante los interrogatorios se relaciona con la ausencia de equipos avanzados. “Tienen que confiar principalmente en la extracción de confesiones (por la fuerza)”, dijo.
Hamás y la Autoridad Palestina también privan a los palestinos de la libertad de expresión y la libertad de prensa. En las áreas administradas por Hamás y por la AP, el derecho a celebrar elecciones libres y justas es un sueño. En toda una década, los palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza no han podido votar por un nuevo parlamento y presidente. Ni Hamás ni la Autoridad Palestina desean tales elecciones, cada una por excelentes razones propias.
Para estos dos regímenes, el status quo funciona. Hamás tiene dentro de su dominio a toda la Franja de Gaza, mientras que la Autoridad Palestina está en buena situación en Cisjordania, bajo la protección de las Fuerzas de Defensa de Israel.
