El presidente Tayyip Erdogan denunció a los más de 1.000 firmantes del documento, incluido el filósofo estadounidense Noam Chomsky, como “oscuro, infame y brutal” en un discurso después de las oraciones del viernes.

Chomsky y Erdogan
Académico estadounidense Noam Chomsky (izq.) y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. (Crédito de la foto: REUTERS)

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Las fuerzas de seguridad turcas detuvieron a 27 académicos acusados ​​de propaganda terrorista, informaron medios de comunicación locales, por una declaración que criticaba la acción militar en el sureste mayormente kurdo e instaba a poner fin a los toques de queda.

El Presidente Tayyip Erdogan denunció a los más de 1.000 firmantes del documento, entre los que estaba el filósofo de EE.UU. Noam Chomsky, como “oscuro, infame y brutal” en un discurso después de las oraciones del viernes. 

En un tono más irónico dijo que los que no quieren hacer política en el parlamento “deben ir cavar trincheras o ir a las montañas” – una referencia a las tácticas y escondites del grupo militante kurdo PKK. 

La oposición turca y el embajador estadounidense en Turquía criticaron las acciones de los fiscales al ordenar las investigaciones y los registros domiciliarios de los académicos en todo el país después que Erdogan criticara a los signatarios en un discurso el jueves. 

La declaración se inspiraba en los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y el PKK ya que en julio se rompió un alto el fuego. Los militares han bloqueado distritos enteros y destruido puestos de avanzada del PKK en las zonas residenciales, pero niegan las acusaciones de que sus acciones han puesto en peligro y matado civiles. 

La mayoría de las detenciones del viernes por la mañana tuvieron lugar en la provincia industrial occidental de Kocaeli, cerca de Estambul, y todos habían sido liberados por la noche, informó la prensa local. La oficina del fiscal de Kocaeli no hizo comentarios.


La declaración, publicada el lunes, acusó al gobierno de mano dura en sus esfuerzos por eliminar a los militantes, que han llevado cada vez más su lucha fuera de las montañas y a las ciudades, creando un problema a las fuerzas de seguridad.

“El derecho a la vida, la libertad y la seguridad, y en particular la prohibición de la tortura y los malos tratos está protegido por la Constitución y se han violado los convenios internacionales”, decía la declaración.

“Exigimos que el Estado abandone su masacre deliberada”.

Más de 2.000 abogados firmaron y publicaron en línea el compromiso de ofrecer asistencia legal gratuita a los académicos.

“La declaración no alaba ni llama al odio o a cometer delitos”, dijo un profesor de derecho, pidiendo no ser identificado por temor a ser él mismo procesado.

El documento se ha ganado el apoyo de cientos de académicos de todo el mundo, pero indignó a los nacionalistas dentro de Turquía. El PKK, que lucha desde 1984, en primer lugar por un Kurdistán independiente y ahora por la autonomía kurda, es considerado una organización terrorista por Estados Unidos y la UE, igual que Turquía.

El partido de la oposición más importante de Turquía, el CHP, describió las detenciones como “totalmente ilegales”.

Turquía sale mal parada regularmente en las encuestas sobre libertad de prensa y libertad de expresión y ha sido fuertemente criticada por sus socios occidentales y europeos.

“Mientras que podemos no estar de acuerdo con las opiniones expresadas por los académicos, estamos, sin embargo, preocupados por esta presión que tiene un efecto escalofriante en el discurso político legítimo”, dijo el embajador estadounidense John Bass, en un comunicado en Twitter de la embajada el viernes.

Mientras tanto, los enfrentamientos continuaron entre las fuerzas gubernamentales y los combatientes del PKK, muriendo cinco militantes y un policía en la ciudad oriental de Siirt, dijeron fuentes de seguridad. El ejército dijo en un comunicado que 19 militantes del PKK han muerto este jueves en tres provincias del sudeste bajo toque de queda.

Los pueblos del sudeste de Cizre y Silopi, en la frontera de Irak y Siria, y el distrito histórico Sur en la provincia de Diyarbakir han estado bajo toque de queda durante semanas. En el distrito de Cinar de Diyarbakir, un ataque con camión bomba por el PKK mató a seis personas el jueves, incluyendo civiles, dijeron fuentes de seguridad.

Selahattin Demirtas, copresidente del Partido Democrático Popular (HDP), dijo que no sabía quién había cometido el ataque en Cinar. “Pero quienes lo hicieron deben presentarse y pedir disculpas al público por masacrar civiles, bebé y niños”, agregó.

Fuente: The Jerusalem Post Traduce y edita: Silvia Schnessel para Enlace Judío México

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