La Conmemoración Anual en Memoria de las Víctimas del Holocausto cobró forma en Caracas a través del concierto In Memoriam que viene organizando el Espacio Anna Frank desde hace ya varios años y que en esta oportunidad convocó a un numeroso público en cada una de las dos funciones  previstas para disfrutar de una emotiva velada musical.

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 MIGUEL PEÑA SAMUEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO

El programa estuvo conformado por obras de compositores judíos como Joseph Achron, Ernest Bloch y Max Bruch, así como el Ciclo “De Poesía Judía Popular” de Dmitri Shostakovich, que por primera vez se presentó en Venezuela. También se interpretaron tradicionales canciones sefardíes, el Himno de los Partisanos, el conocido “Va pensiero” de la ópera Nabucco de Giuseppe Verdi  y una Fantasía Hebrea conformada por conocidas canciones populares israelíes.

Los protagonistas del concierto fueron la actriz Mercedes Barnola, el pianista Carlos Urbaneja Silva, el violoncelista Germán Marcano, el guitarrista Rubén Riera, la laudista Doris Benmamán, el acordeonista Nissim Cojocaru, la percusionista Karjelin Licet Chacón, y los cantantes Sara Catarine, Laura Medeleine Díaz y Gilberto Bermúdez, con el acompañamiento musical de los alumnos de la Escuela de Música Mozarteum de Caracas y el Coro de Cámara Oper Alcance, bajo la dirección musical del maestro Daniel Gil.

Sin duda que la presencia del numeroso público en las salas de conciertos del Centro Cultural BOD de la Castellana y la de la Asociación Cultural Humboldt de San Bernardino contribuye a divulgar el significado y dimensiones de un crimen sin parangón en la historia de la humanidad conocido como el Holocausto y con ello sensibilizar a las nuevas generaciones de los peligros del totalitarismo para evitar que hechos similares puedan repetirse en algún lugar del mundo.

El concierto In Memoriam de este año contó con el invalorable apoyo de las embajadas de Alemania, Italia y Argentina y el Comité Venezolano Yad Vashem.

Todos somos sobrevivientes del holocausto

Como antesala de ambos conciertos se realizó un breve pero emotivo acto protocolar durante el cual participaron oradores de orden invitados que reflexionaron sobre los hechos históricos relacionados con la Shoá y sobre el presente y futuro de una humanidad siempre expuesta los horrores del totalitarismo.

Carlos Urbaneja, Pianista

La persona comisionada por Espacio Anna Frank para la presentación de ambos conciertos fue el profesor Néstor Garrido, quien expresó que aún “hoy, aunque no lo admitan, el totalitarismo sigue vigente como seducción: a veces se manifiesta con los que cortan cabezas de cristianos en el medio oriente, en los que se mofan de sus compañeros de clase por ser amanerados, o  los que hoy en día sólo se escandalizan cuando las víctimas del terrorismo son europeas y no israelíes”.

Al recordar los padecimientos y pérdidas del pueblo judío durante la Shoá  y todo lo que significó la liberación de los prisioneros de los campos de concentración expresó que de alguna manera “todos nosotros sobrevivimos a los campos de Chelmno, Sobibor, Majdanek, Treblinka, Belzek y Auschwitz para dar testimonio de esto y no solo para recordar esos horrores”.

En la primera función, el orador invitado fue el excelentísimo Señor Silvio Mignano, Embajador de Italia en Venezuela, quien se paseó por ese período oscuro de la humanidad durante la Segunda Guerra Mundial y lo que significó la solución final para los nazis.

Con la frase “cruzamos, a la mitad del siglo pasado, tiempos oscuros, tiempos en los cuales el lema Homo homini lupus se hizo tan cruel y real que los lobos, las fieras, hubieran empalidecido y se hubieran ofendido por la comparación con el género humano” comenzó su intervención en el acto protocolar de ese día para culminar con una visión esperanzadora acerca de la sociedad que surgió a partir del fin de la guerra.

“…también supimos entonces que ninguna certeza es eterna, si no la defendemos, que ninguna vida es salva, si no la guardamos, que ninguna atrocidad es irrepetible, si no rescatamos la memoria. Supimos, y sabemos, que la memoria es la fuerza más suave y a la vez más poderosa que el hombre puede recibir, y que la memoria es un lugar donde es bello habitar, es la patria común. Esta patria común, hoy en día, esta noche, nos comprometemos todos juntos a proteger”, expresó el embajador italiano para finalizar su intervención.

Durante la última función habló para los concurrentes el excelentísimo Señor Stefan Herzberg, Embajador de Alemania, quien manifestó su agradecimiento y respeto por los sobrevivientes del Holocausto, quienes con su testimonio han logrado sensibilizar a la comunidad internacional para que estén atentos a las señales de surgimientos de gobiernos totalitarios.

Expresó que “en Alemania intentamos transmitir el importante aporte que desde siempre ha realizado el judaísmo a las ciencias, la cultura y al desarrollo económico de Alemania. Nos complace que muchos jóvenes israelitas hayan ido a Berlín y con su presencia y compromiso hayan reanudado estas tradiciones. Se trata de un cometido social para nosotros los alemanes y consiste en integrar a personas de diversas culturas y religiones. Ante esta ola de refugiados, la tarea es ímproba, pero aislando y rechazando más bien perdemos. Comprendamos la presencia de la cultura judía como un enriquecimiento!”