El gobierno israelí ha asignado casi 26 millones de dólares para luchar contra intentos de deslegitimar el derecho del Estado judío a existir.
ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Parte de los fondos están destinados a las empresas de tecnología israelíes, muchas de ellas encabezadas por ex oficiales de la inteligencia militar, a fin de desarrollar iniciativas digitales para recaudar información de inteligencia sobre grupos de activistas y contrarrestar sus esfuerzos.
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“Quiero crear una comunidad de combatientes,” dijo Sima Vaknin-Gil, directora general del Ministerio de Asuntos Estratégicos y Relaciones Públicas, en un evento dedicado al tema el mes pasado.
Israel se ha convertido en un líder mundial en tecnología cibernética, impulsada por graduados de las prestigiosas unidades de la inteligencia militar, que aparentemente están detrás de algunos de los ataques cibernéticos más avanzados, como el misterioso virus Stuxnet que atacó a equipos de energía nuclear de Irán hace unos años.
Cada año, estas unidades producen talentos israelíes que traducen sus habilidades en el mundo empresarial. Ahora, Israel intenta aprovechar su capacidad tecnológica para proteger su imagen en el marco internacional.
Vaknin-Gil comentó que su ministerio está alentando iniciativas para exponer la financiación de los activistas anti-Israel e “inundar el Internet” con contenido positivo sobre Israel, y añadió que parte de estas acciones no se identificarán públicamente con el gobierno, pero que el ministerio no financiará iniciativas digitales no éticas o ilegales.
La campaña BDS pro-palestina es una coalición de organizaciones que abogan por el boicot, desinversión y sanciones contra Israel. Inspirados por el movimiento anti-apartheid, los organizadores del BDS reclaman que utilizan medios no violentos para promover la lucha de los palestinos por la independencia.
Israel afirma que el movimiento tiene sus raíces en el antisemitismo con el objetivo de destruir al Estado judío.
El movimiento ha crecido hasta convertirse en una red mundial de miles de voluntarios, desde activistas en los campus universitarios hasta grupos de la iglesia y judíos liberales desilusionados de las políticas israelíes. Ellos ejercen presión sobre empresas, artistas e instituciones académicas para romper relaciones con Israel.
Por consiguiente, sindicatos académicos de Estados Unidos y Gran Bretaña han respaldado el boicot, federaciones de estudiantes universitarios han hecho propuestas de desinversión, y artistas famosos se han negado a actuar en Israel. Asimismo, el movimiento BDS se ha hecho responsable de la presión sobre empresas grandes para suspender o modificar su colaboración con Israel. Recientemente, el movimiento instó a artistas de Hollywood a rechazar un viaje pagado por el gobierno de Israel a los principales nominados al Oscar.
Omar Barghouti, co-fundador del movimiento BDS, reclamó que sitios vinculados con el BDS han desaparecido misteriosamente del Internet.
“Suponemos que esto se debe al sabotaje cibernético de Israel, pero estamos satisfechos de que no haya tenido gran impacto sobre el movimiento BDS mundial,” aseveró.
Muchos activistas que dirigen campañas anti-israelíes en los medios sociales son musulmanes de segunda y tercera generación en Europa y Estados Unidos, conocedores de la tecnología, que actúan contra Occidente y realizan campañas en línea contra gobiernos europeos y estadounidenses, comentó Elad Ratson en un foro de seguridad cibernética.
Ratson, quien realiza un seguimiento de este tema para el Ministerio de Relaciones Exteriores, informó que los activistas crean un código que les permite inundar las redes sociales, creando la impresión de que muchos usuarios comparten el mismo mensaje anti-Israel o anti-occidental en línea.
Funcionarios israelíes presionan a Facebook para eliminar las páginas que incitan a la violencia contra israelíes, y se ha hablado de promover una legislación para restringir a Facebook en Israel.
Ratson indicó que gigantes de los medios sociales están empezando a cerrar cuentas que incitan a usuarios. Twitter dijo en un comunicado este mes que desde mediados de 2015, ha cerrado más de 125,000 cuentas que promueven actos terroristas vinculadas con el grupo Estado Islámico en particular. Sin embargo, agregó que los activistas islámicos simplemente se trasladan a sitios “Darknet” que son invisibles en el Internet abierto.
Algunas empresas de tecnología israelíes están empezando a crear algoritmos astutos para restringir el círculo de influencia de estos activistas en “Darknet,” de manera que crean que su mensaje llega a otros, señaló Ratson.
Otras compañías israelíes trabajan en la recolección de inteligencia forense, como la detección de firmas digitales o semánticas enterradas en la codificación de los activistas, permitiéndoles rastrear y restringir su actividad en línea.
Firewall Israel, una iniciativa sin fines de lucro patrocinada por el Instituto Reut que integra a un grupo de expertos, está construyendo una plataforma en línea para ayudar a activistas pro-Israel en todo el mundo a comunicar las actividades anti-israelíes a sus comunidades. En un reciente evento patrocinado por empresarios de Google en el Campus de Tel Aviv, un experto israelí enseñó cómo obstruir el Internet para actividades BDS.
“Los deslegitimadores se dedican a diseminar el odio,” dijo Igal Ram de Firewall Israel a los participantes del seminario. “Nuestro objetivo es actuar en contra de la gente que dirige el imperio del odio y sus ayudantes.“
Inspiration, una compañía israelí de análisis de inteligencia fundada por Ronen Cohen y Haim Pinto, ex oficiales de la inteligencia militar, lanzó una iniciativa tecnológica hace unos meses para recaudar información de inteligencia sobre las organizaciones BDS en Europa, y los países escandinavos en particular, Estados Unidos y Sudamérica. La nueva iniciativa tiene por objeto desmantelar la infraestructura de los grupos que fomentan la incitación y el antisemitismo contra Israel.
“Nuestra labor es similar a una operación en Siria o el Líbano que a veces aparece en los diarios,” continuó Cohen. “Es el tipo de actividades que si uno quiere seguir haciendo en el futuro no puede abrir al público.“
Fuente: Ynet / AP
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