2107778956

AMOS HAREL

La intervención rusa en Siria ha inclinado la balanza, y Jerusalem se preocupa de la posible rehabilitación de Assad, que sería la victoria de Irán. Funcionarios israelíes opinan que Occidente debe intervenir a favor de los rebeldes moderados.

Durante la mayor parte de la guerra civil en Siria, Israel ha mantenido una política más o menos consistente. Ahora,ante los avances de las fuerzas de Assad, con la ayuda de Rusia e Irán, al parecer, el enfoque de Israel está a punto de cambiar. El cambio no se traduce en una acción militar, pero está claro que el avance del régimen y sus partidarios, aunado a la falta de iniciativa de los países occidentales, inquieta a Jerusalem.

Hasta el momento, mientras que públicamente Israel se ha identificado con el sufrimiento del pueblo sirio en la guerra civil de casi cinco años, no ha declarado su apoyo a ninguna de las partes, y se ha mantenido relativamente neutral, defendiendo intereses que considera esenciales.

Israel ha prometido responder militarmente a cualquier ataque contra su territorio (y así lo hizo en varias ocasiones). Asimismo, aseguró que actuaría para impedir el contrabando de armas avanzadas de Siria a Hezbolá en el Líbano (y según informes de los medios extranjeros, lo ha hecho cuando se ha requerido). Israel también ofreció ayuda humanitaria a las aldeas en el Golán sirio. A cambio, las milicias sunitas rebeldes han alejado a las organizaciones extremistas que podrían atacar al país.

De hecho, la guerra en Siria ha servido en gran medida a los intereses de Israel. La continua lucha ha desgastado al ejército sirio, mientras que la mayor parte de la reserva de armas químicas del presidente Bashar Assad ha sido desmantelada tras el acuerdo ruso-estadounidense impuesto al dictador sirio en el verano de 2013.

Mientras tanto, cerca de un tercio de los militantes de Hezbolá, el principal adversario de Israel en el norte, han luchado con el régimen sirio, y el grupo está perdiendo decenas de combatientes cada mes. Los portavoces oficiales lo mencionan públicamente – hay cosas que uno no puede decir cuando 470,000 personas (según las últimas cifras) están siendo masacradas del otro lado de la frontera – pero Israel ha deseado el éxito a ambas partes y no se opondría a que el estado de guerra continúe por unos cuantos años sin un vencedor definido.

Siria-ISIS

El cambio en Siria surgió con el arribo de los aviones rusos a finales de agosto de 2015 y el lanzamiento de bombas pesadas un mes más tarde. Los bombardeos rusos están agotando a los rebeldes, permitiendo que las fuerzas del ejército sirio, con la asistencia de las milicias chiítas, puedan rodear Alepo casi totalmente, acercarse a Dar’aa en el sur y al parecer también ayudar en la región noroeste de Idlib. Según testimonios desde Siria, la ciudad de Sheikh Maskin cerca Dar’aa, bajo control del ejército sirio, ha sido casi arrasada por los bombardeos.

Tres factores hacen que Israel cambie de enfoque ante los cambios en el terreno: En primer lugar, la victoria Assad sería nociva para Israel, ya que también significaría la victoria de los aliados de Assad, Irán y Hezbolá. En segundo lugar, a pesar de los intensos bombardeos rusos y desacuerdos internos en sus filas, la oposición siria está lejos de la derrota. Por último, Occidente debe salir de su pasividad y tratar de enviar verdadera ayuda militar a lo que los funcionarios de seguridad israelíes llaman como una especie de tercera fuerza. Es decir, los rebeldes sunitas menos extremos y las milicias kurdas, a fin de que puedan levantarse contra el régimen, y contra el Estado Islámico.

Para Israel, la victoria de Assad sería una mala opción, ya que fortalecería a Irán, cuya posición ya ha mejorado desde el acuerdo nuclear firmado en julio, dando lugar al levantamiento de las sanciones, generando relativamente mejores relaciones entre Teherán y Occidente. El control del sur de Siria por parte del régimen, y especialmente la frontera de los Altos del Golán, que el 90 por ciento de ella está controlada por los rebeldes, una vez más, podría crear una línea de contacto con Hezbolá y la Guardia Revolucionaria de Irán en territorio sirio.

Aunque las predicciones de inteligencia no son uniformes, los líderes de seguridad de Israel consideran que es demasiado pronto para declarar la victoria a Assad. La principal conclusión es que el régimen se ha estabilizado y la probabilidad de que caiga ha disminuido significativamente siempre y cuando Rusia siga proporcionando amplia ayuda militar.

Occidente no ha formulado una estrategia clara a la intervención militar rusa en Siria y se centra en dos objetivos defensivos – detener la ola de refugiados a Europa y prevenir más ataques terroristas por parte de los grupos yihadistas sunitas en países occidentales. Pese a que los esfuerzos estadounidenses contra ISIS en Irak y Siria han dado algunos frutos, Washington y Europa son impotentes ante la posición mejorada de Assad.

Según Israel, no sólo que aún hay algo que hacer en Siria, sino que esta participación es esencial para permitir que grupos menos extremistas puedan sobrevivir a fin de detener el avance del régimen y el fortalecimiento de Irán.

Fuente: Haaretz

Traducción: Esti Peled

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico