LEÓN OPALÍN  PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

La economía de México no está petrolizada y tampoco sus exportaciones, estas últimas sólo aportaron 3.9% del valor total de las ventas foráneas en el 2015, comparado con 75.0% en los años ochentas; sin embargo, sus finanzas públicas aún dependen en buena proporción de los ingresos de divisas del crudo, de aquí el significativo impacto que ha registrado la economía del país por el desplome de las cotizaciones del petróleo, estimado en 76.0% en los dos últimos años y por la caída de los volúmenes enviados. Otros factores en el entorno internacional que han incidido negativamente en la economía de México están vinculados con la regularización de la política monetaria de EUA, que ha restado liquidez al sistema financiero global, con el consecuente inicio de un ciclo de alza de las tasas de interés en esa nación, igualmente, por diversas circunstancias ha persistido volatilidad en los mercados financieros.

leon_opalin_opt

En este contexto, el dólar se ha fortalecido frente a las principales monedas de países emergentes y del euro, principalmente, lo que ha derivado en una devaluación del peso frente al dólar de alrededor de 40.0% en los últimos 18 meses. Asimismo, el tipo de cambio se ha visto presionado a la baja por la incertidumbre que se ha percibido en relación al manejo de la política cambiaria, que entre otros hechos, ha propiciado que parte de los capitales foráneos que habían aprovechado las tasas de interés reales en México frente a tasas cero o negativas en las economías desarrolladas entre 2010 y 2015 salieran del país.

Cabe destacar que la producción petrolera promedio de México fue de 2.27 millones de barriles diarios el año pasado; el menor nivel histórico desde 1980 y la exportación de crudo registró el menor monto en 27 años. En este ámbito, la balanza comercial petrolera cerró el 2015 con un saldo positivo de apenas 336 millones de dólares, el más bajo de los últimos 45 años; el superávit ascendió a 12,787 millones de dólares en el 2014; así, Pemex aportó a las reservas internacionales 2,717 millones de dólares el año pasado; la menor contribución desde 1996, cuando sumó 26,698 millones de dólares.

El menor flujo de divisas petroleras fue compensado parcialmente por la dinámica entrada de dólares de otros sectores como el automotriz, el agropecuario, las remesas y el turismo. Asimismo, con un precio interno de los combustibles mayor respecto al extranjero, se neutralizó parcialmente el declive de los ingresos petroleros; ya que por ejemplo una proporción importante del precio final de las gasolinas, incluye impuestos: el IVA y el IEPES que representan 45.12% del litro de la gasolina magna. El precio de la gasolina hoy día es similar al que prevaleció cuando el barril de petróleo estaba a 80 dólares; adicionalmente el gobierno federal ha recibido ingresos de las coberturas cambiarias que ha contratado.

Por otra parte, para neutralizar la menor entrada de divisas petroleras, el gobierno federal llevó a cabo un recorte al gasto público por 124,300 millones de pesos el año pasado, de este total, la mitad se aplicó a Pemex, que recurrió a cubrir con mayor endeudamiento el financiamiento de su programa de inversiones; ello incidió en que el endeudamiento bruto del sector público significara 44.6% del PIB, (comparado con 34.0% en el 2012), el mayor porcentaje desde los ochentas.

El adverso entorno petrolero global en los dos últimos años acentuó el deterioro acumulado de Pemex, tanto en su operación, como en sus finanzas, es innegable que Pemex vive una situación de crisis que dificulta la instrumentación cabal de la reforma energética en marcha. Al final del 2015 bajó la calificación de Pemex en los mercados internacionales.

La reingeniería que se está llevando a cabo en Pemex resulta más compleja ante la expectativa de que las cotizaciones del crudo se mantengan bajas en por lo menos los dos próximos años, en virtud de la sobreoferta de hidrocarburos en los mercados del mundo y por la posibilidad de que la economía mundial pierda fuerza en su crecimiento.

La producción mundial de petróleo llegó a 94.9 millones de barriles diarios en promedio en el 2015, frente a 91.43 del 2014. Rusia fue el mayor productor con una extracción media diaria de 11.28 millones de barriles, alza de 4.0% respecto al año previo, Arabia Saudita ocupó el segundo lugar con 10.11 millones, aumento de 6.0%; el tercer sitio lo ocupó EUA con 9.41 millones, este último fue el país que más elevó su oferta con un incremento de casi 200,000 barriles diarios. Por otro lado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señaló que los inventarios de petróleo en el 2015 registraron un máximo histórico de 3 mil 60.63 millones de barriles, aumento de 12.48% respecto al 2014 y estima un nuevo incremento este año.

El avance de la producción petrolera en el mundo ha sido motivado en buena medida por la negativa de Arabia Saudita de reducir su oferta para no perder participación en el mercado ante el incremento de la oferta de parte de los productores de lutitas en EUA. En febrero se logró un acuerdo provisional entre Arabia Saudita y Rusia, que incluye a Qatar y Venezuela, para congelar la producción a los niveles de enero del 2015. El Ministro de Petróleo saudí, Ali Al-Naimi, consignó “que no quieren un giro potencial en los precios y en el suministro, lo que se busca es establecer un equilibrio en la demanda para estabilizar el precio del petróleo”. El acuerdo está condicionado a que otros productores claves se sumen al mismo.

Analistas petroleros consideran que será difícil establecer un compromiso de no aumentar los volúmenes de crudo, particularmente por parte de Irak e Irán. En este sentido, se prevé que Irak eleve su oferta en 500 mil barriles diarios este año e Irán hasta un millón; Irán a quien recientemente se le retiraron las sanciones impuestas por Occidente por su programa nuclear, ha consignado que no reducirá su producción actual de casi 3 millones de barriles diarios, hasta alcanzar la cuota que tenía antes que le impusieran las sanciones, 4 millones de barriles al día. Irán inició en enero sus primeros despachos petroleros a Europa.

En el marco de una perspectiva incierta sobre el desempeño de la actividad productiva en el mundo, la posibilidad de una mayor declinación de las cotizaciones del petróleo y de la volatilidad en los mercados financieros, y para evitar que en México el ajuste cambiario que ha experimentado el peso “no contamine las expectativas inflacionarias”, la Secretaría de Hacienda anunció un recorte presupuestal de 132,300 millones de pesos en el 2016, paralelamente el Banco de México optó por un incremento de 50 puntos base en la tasa de política monetaria, ubicándola en 3.75%, señalando de manera explícita que el aumento no responde al comienzo de un ciclo de alzas; igualmente, anunció un cambio en los mecanismos de intervención cambiaria, “de aquellos basados en reglas de mercado por la intervención discrecional”.

De acuerdo a diferentes analistas, las medidas son correctas, empero, insuficientes, implicarán una baja en las previsiones del crecimiento de la economía, de 2.5% originalmente este año a entre 2.2% y 2.0% y adelanto de la inflación de 3.0% a entre 3.5% y 4.0%. También será impostergable el proceso de “rescate” de Pemex, (el cual será sufragado por los contribuyentes) que implicará reducción de su gasto corriente y de inversión, nuevos recortes laborales que determinarán confrontar al poderoso Sindicato petrolero; a la vez, será fundamental bajar la carga fiscal de Pemex a niveles competitivos que permitan financiar su modernización e incrementar su productividad.