Hasday ibn Saprut fue médico, diplomático y cortesano en la Córdoba califal de Abderramán III.

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AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

¿Se imagina a judíos y musulmanes gritando juntos «in-inde-independencia» como si fuera el Camp Nou en el minuto 17? Seguro que nunca lo hicieron, pero en la Córdoba de finales del siglo X, en el momento de máximo esplendor de Al Andalus, unos y otros emprendieron un camino que los alejaba del poder político y la influencia cultural y espiritual de Oriente.

Una figura clave de aquel movimiento cultural y político de gran influencia fue el médico, diplomático y cortesano judío Hasday ibn Saprut, nacido en Jaén en 915, donde su padre era ya un rico mecenas que fundó una sinagoga en el siglo X, pero que hizo su carrera y la mayor parte de su vida en la Córdoba califal.

De él habló ayer Rafael Cámara, presidente de la asociación Iuventa de Jaén, que alabó la figura «fascinante» de un judío que se mezcló como nadie entre musulmanes y cristianos y que tuvo una educación latina, hebrea y árabe. La conferencia tuvo lugar en la Biblioteca viva de Al Andalus y estuvo organizada por la Asociación de Relaciones Públicas de Córdoba y el Ayuntamiento de la capital.

 Cámara habló de la figura de Hasday ibn Saprut en su relación con el islam y con el cristianismo, como médico y consejero de dos califas como Abderrahman III y Al Haken II, del lado musulmán, y como galeno del rey cristiano Sancho de León. Asimismo, fue traductor del «Tratado Médico de Dioscórides» junto al monje Nicolas de Bizancio y fue gracias a su conocimiento de la medicina, basada en la de la Grecia clásica, como logró hacerse un nombre y llegar a convertirse en consejero califal. «Fue un patriota de Al Andalus, además de médico y consejero tuvo el cargo de jefe de aduanas, una de las partidas más destacadas en la economía, y como embajador tuvo también un papel importante», asegura Rafael Cámara.
Además, como representante de las comunidades judías, el «nasí» o príncipe, «terminó siendo representante de todas las comunidades de la Diáspora porque intercedió por los judíos de otras regiones como Bizancio y el sur de Francia». No acabó ahí su labor en favor de las comunidades judías de la época, ya que fue también mecenas de las academias talmúdica y gramática judías en Córdoba, «y en otros lugares de la Diáspora favoreció el estudio». «Bajo su mecenazgo se inició la edad de oro del judaísmo andalusí. Se inicia con él una revolución en la poesía hebrea hispana por la influencia de la lengua árabe y de su métrica, que es la de la cultura dominante», asegura Cámara.

Los judíos peninsulares inician un alejamiento de la influencia de Oriente en un territorio que bajo el poder musulmán había iniciado ya a distanciarse también de Oriente al declarar el califato, que desde Córdoba rivaliza con Bagdad en la época como principales ciudades del saber. El judío Hasday ibn Saprut estuvo en el centro de todo eso.

 

Fuente:sevilla.abc.es