PROFESOR EYAL ZISSER

La alianza de intereses compartidos entre Israel y Egipto se ha fortalecido en los últimos meses. No sólo que ambos países coinciden sobre los acontecimientos en Oriente Medio, sobre todo en las amenazas a la estabilidad regional y la seguridad nacional, sino que también están traduciendo este conocimiento a la cooperación efectiva, práctica destinada a hacer frente a esas amenazas.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO  – Naturalmente, muchos aspectos de esta cooperación se ocultan de la vista del público. Ambos países están abordando la propagación del extremismo islamista en la zona, encabezada por grupos como la rama Sinaí del Estado islámico, que es responsable de una serie de ataques terroristas contra objetivos de Israel y Egipto por igual. También es importante tener en cuenta que tanto Israel como Egipto creen que la lucha contra el ISIS en el Sinaí conlleva, e incluso requiere, confrontar a Hamas en Gaza. La existencia de Hamas en la Franja de Gaza ha sido un dolor de cabeza constante para ambos países. Sin embargo, en ausencia de la capacidad o la voluntad de derrocar a Hamás, trabajar continuamente para frenar las amenazas que plantea es imprescindible, lo que significa enfocarse en los túneles de ataque de Hamas que llevan a Israel y los túneles de contrabando de armas desde el Sinaí. Estas armas, como sabemos, pueden ser utilizadas por Hamas para atacar a Israel y por las fuerzas de ISIS en el Sinaí para atacar a las fuerzas de seguridad egipcias.

Los lazos de acercamiento entre Jerusalem y El Cairo se están manifestando en una mejora en las relaciones diplomáticas. El caso en cuestión, Egipto envió a un embajador en Israel en enero, y su liderazgo ha llevado a hacer declaraciones responsables y sensatas sobre el conflicto entre Israel y los palestinos.

Con ello, la mejora de las relaciones diplomáticas y de seguridad entre los países todavía no se ha filtrado hasta llegar a la calle. De hecho, una gran parte de la opinión pública egipcia sigue mostrando una abierta hostilidad hacia Israel de manera casi pavloviana. Es difícil medir el grado en que esta hostilidad, que la élite intelectual de Egipto también expresa en ocasiones, realmente representa el estado de ánimo del egipcio medio de la calle. Como sabemos, la mayoría de los egipcios están luchando con la difícil situación económica de Egipto, que encabeza actualmente la agenda nacional.

Es de destacar que incluso entre los círculos habitualmente hostiles en Egipto, llamando a la guerra contra Israel o la ruptura de los lazos diplomáticos están ausentes en el discurso actual. Preservar el acuerdo de paz con Israel es visto como un interés nacional claro y un amplio consenso sobre esta cuestión atraviesa todas las capas de la sociedad egipcia. La discusión es sobre la ampliación de la relación a las esferas económicas y culturales, y en este sentido muchos egipcios prefieren siguiendo el estado de ánimo del mundo árabe – que sigue siendo hostil hacia Israel. Después de todo, en estos días es difícil encontrar dos árabes que estén de acuerdo en nada, y el conflicto árabe-israelí sirve como denominador común entre los árabes en el nivel más básico.

Desde aquí se llega al extraño espectáculo de la semana pasada, en el que los parlamentarios egipcios votaron para expulsar a un compañero legislador por reunirse con el embajador de Israel. No se necesita demasiada inteligencia para darse cuenta de que estos legisladores no representan en gran medida a nadie en Egipto, y es dudoso que ni siquiera se preocupen por el conflicto con Israel. Lo interesante de esta historia es que un parlamentario egipcio se atrevió a hacer lo que muchos de sus colegas quizá deseaban poder hacer, y que no tuvo miedo de la reacción de los compañeros legisladores.

La línea de fondo, sin embargo, es que los líderes de ambos países tienen una visión común de los retos que tenemos por delante. En retrospectiva, tal vez los conocimientos compartidos por los respectivos escalones políticos y de seguridad son más importantes que el estado de ánimo efímero en la calle o entre los segmentos de la élite cultural e intelectual en el mundo árabe. El acuerdo de paz es un bien que la próxima generación de líderes y comandantes militares, de ambos países, deben animarse a cultivar. Dicho sea de paso, sustituya el nombre Egipto con Jordan, y este artículo podría describir perfectamente la relación entre Jerusalem y Ammán.

Fuente: Israel Hayom – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico