Dos pintoras, dos formas de ver a Israel. El 13 de marzo, el Centro Cultural México Israel, Viviana Tagar y Marilyn Beyda Dana  exponen pintura y foto.

Jerusalén es una ciudad con más de dos mil años de historia, un reflejo de siglos de civilización y lugar sagrado para tres de las grandes religiones del mundo. Sin embargo, esta urbe milenaria conserva espacios cuyos enigmas no han sido develados. Con esta premisa Viviana Tagar realizó una serie fotográfica que la muestra desde un nuevo punto de vista en el que confluyen la historia, el futuro y la esperanza.

Jerusalem-Arte y Misterio se exhibe en el Instituto Cultural México-Israel y está integrada por 32 imágenes que dan una visión renovada de los lugares más emblemáticos y revelan un sitio en donde cohabitan diversas formas de vida y pensamiento, más allá de los conflictos políticos.

“Quise captar cosas diferentes a las que siempre se toman porque es una ciudad importante con una historia de miles de años, ahí tuvieron su génesis todas las religiones mayores —excepto el budismo e hinduismo—. Por eso quise traer una vista muy propia en la que están los lugares que he ido descubriendo, rincones, situaciones y sobre todo el testimonio de que ahí viven juntos judíos, cristianos y musulmanes”, expresa la fotógrafa en entrevista para La Razón.

Blanco, azul, verde y tonos ocres destacan en las imágenes, las cuales son capaces de traspasar el discurso tradicional que se da de esa metrópoli en el que la violencia es protagonista. “A pesar de los conflictos y los problemas que hay ahí, es posible convivir. Mi deseo es mostrar la pluralidad que existe y la esperanza de un futuro en el que haya paz”, comenta.

Los dos años que duró el trabajo para integrar Jerusalem Remix, el libro de fotografías del que se extrajeron las imágenes para la muestra, también fue una época de inmersión espiritual para Tagar.

“Fue un proceso largo, en el cual quise conformar un retrato del alma de la ciudad de Jerusalén, porque cuando transitas por ella, te emocionas. Yo sabía que este trabajo iba a ser algo espiritual, pero no imaginé hasta qué grado iba a llegar a involucrarme con mis sentimientos”, señala.

El Muro de los Lamentos, el Santo Sepulcro, la Torre de David, rincones, jardines, un puente del arquitecto español Santiago Calatrava fueron tomados con una gran emoción por parte de la artista.

“Esto me transformó, hubo momentos en los que me olvidaba del cansancio, el tiempo, la hora, estaba como en un trance que todavía no puedo describir. Fue un acto de creación y de conexión con la posibilidad de ver y captar la realidad”, agrega la también escultora.

En esta búsqueda la fotógrafa encontró un sinfín de cosas que desconocía de la ciudad que ha visitado en varias ocasiones, “pero no fue sólo eso, sino que descubrí que Jerusalén tiene niveles: cada vez vas penetrando en una capa diferente: vivirla es como la arqueología, conforme vas cavando y encuentras elementos de épocas diversas”, indica.

Uno de los momentos más emocionantes para la creadora fue la toma que hizo del Santo Sepulcro.

“Esa toma está hecha desde la cúpula de la iglesia del Santo Sepulcro. La llave de las ventanas de esa bóveda las tiene el patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Griega, tuve que pedir autorización para subir a la cúpula por fuera, por los techos de las casas para que ellos me abrieran y poder hacer la foto. Cuando eso se abrió y miré para abajo no pude creer lo que veía, fue una emoción muy fuerte, miré a la gente que visitaba el sitio y la vi transportada, porque en ese lugar sientes algo que te traspasa y te envuelve de manera mística”, detalla.

Finalmente, reitera que la motivación principal de estas obras es trasmitir “la esperanza que supera a las situaciones difíciles; trato de mostrar las posibilidades de la convivencia, el entendimiento y de un futuro mejor para Israel”.

Fotos exposición Viviana Tagar

 

Los colores y la vida que se respira en cada rincón de México fueron las motivaciones para que la pintora Marilyn Beyda Dana creara más de una docena de obras en las que plasma su visión sobre México y, al mismo tiempo, entabla un diálogo con Israel, configurado con collages y obras abstractas.

“Con estas piezas quise hacer un acercamiento entre los dos países, porque aunque estén distantes geográficamente tienen en común la grandeza de su cultura, su pasado; son dos naciones con mucha fuerza y espiritualidad”, señaló la artista plástica en entrevista.

Diálogos: México- Israel está conformada 17 cuadros en los que la creadora de origen italiano busca “que los seres humanos se acerquen a los demás sin importar los países de los que provengan. Somos universales y todos iguales”, indica.

“Hay unos cuadros inspirados en Israel, unos más en México y otros abstractos —mi propuesta es básicamente en esa corriente— que tienen elementos coincidentes con los dos países como la forma en la que la gente refleja su interior y las culturas milenarias”, precisa.

“Éste es un país muy rico —agrega— me encanta el arte precolombino, ancestral; y eso trato de integrarlo a mi obra, meto muchos triángulos que para mí son pirámides. Además los colores fuertes que son distintivos de aquí. La gente se desenvuelve de una forma muy artística, por eso la gran cantidad que existe de buenos artesanos”.

La obra de Beyda Dana es una fiesta de colores y materiales: tela, papel, madera, cera, acrílico y hojas de oro y plata constituyen las sílabas con las que la autora construye su discurso artístico.

“Los colores me encantan: aquí los relaciono con México, son los de un país tropical. Los cuadros sobre Israel tienen menos colores para hacer la referencia al desierto, la tierra y la poca vegetación”, explica.

A lo largo de su vida, Beyda ha tomado elementos de los países en los que ha vivido para enriquecer su trabajo creativo. Sus primeros años los pasó en Milán donde el ambiente está rodeado de arte y estética, luego se trasladó a Río de Janeiro, Brasil, donde se graduó como arquitecta y posteriormente, llegó a México.

En Diálogos: México- Israel hay pinturas de grande y mediano formato, entre los que destaca un paisaje que juega con la geometría de los magueyes mexicanos. “No es algo que yo haya visto para hacer la pintura, salió de mi imaginación, aunque alguien me dijo que sí existe un lugar muy parecido al que capturé”, comenta.

Fuente texto: La Razón