El miércoles 16 de marzo fue presentada la re edición de Morada interior,  obra de Angelina Muñiz Huberman que representa la ruptura con la novela mexicana tradicional de ese momento. Introduce temas universales e incorpora a la Generación Hispanomexicana compuesta por los hijos del exilio español de 1939.

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MAS-CU

Morada interior ganó el Premio Magda Donato en 1972. Basada en la vida de Teresa de Ávila y a los 500 año de su nacimiento es un diario apócrifo, imaginario y trasgresor. Se evidencia el amor profano y el divino. El erotismo y la mística se entretejen. Fusión de lo judío y lo cristiano: ya que Teresa de Ávila provenía de una familia de conversos. El tema central es el criptojudaísmo y podría añadirse que describe un misticismo laico. El personaje tiene una doble vida al aparecer como cristiano externamente y ser judío internamente. La novela fluctúa entre hechos del siglo XVI y del siglo XX. Un yo continuo de la santa de Ávila y una mujer del exilio español en México les permite transitar por el tiempo y el espacio.

El crítico internacional Seymour Menton señaló que fue la primera novela neohistórica en la literatura mexicana  por tratarse de una narrativa entre ficción, memoria e historia.

Su estructura libre combina géneros aleatoriamente. Un capítulo puede ser de varias páginas o de una sola línea. Un yo contínuo se salta las épocas históricas.

Podría ser una narrativa poética  o musical “dodecafonista”, por los nuevos aspectos o sonoridades que desarrolla y que descubre. El valor del silencio o lo sugerido marcan la tónica. Los espacios en blanco cobran significado.

Ha recibido la atención de la crítica internacional y académica. Hasta la fecha se elaboran tesis y artículos sobre esta novela.

Es una obra considerada producto del “anacronismo creador”, es decir, una configuración particular del tiempo que permite a la vez que presentar hechos históricos, reflexionar sobre ellos desde una óptica contemporánea.

La peculiar concepción del tiempo es la base “arquitectónica” con la cual se funden tiempo y espacio.

El constante vaivén entre los siglos XVI y XX plantea, a partir de esta novela, una concepción temporal “atemporal”. El tiempo fluye fuera de su medida. Es un tiempo atípico, totalmente relativo o “einstoniano”.

Ese uso de lo atemporal permite que los personajes no se encasillen y se muevan en absoluta libertad.

La trasgresión es otro rasgo marcadamente presente. Incluso en la tipografía: espacios en blanco; cursivas; numeración; textos largos, textos breves.

El exilio aparece como compendio inevitable.

También podría considerarse una reflexión entre identidad y otredad.

Los presentadores, Miguel Ángel Quemain y Carlos Ruiz, destacaron lo novedoso de la obra y lo actual al mismo tiempo, la polisemia y su vitalidad.

Para finalizar, María Díez-Canedo, integrante del grupo musical La Fontegara, interpretó con flauta barroca música del siglo XVI de John Dowland, las folías de España y melodías sefardíes.