JOSEPH EPSTEIN

¿Por qué tantos de mis prójimos judíos permanecen en la bolsa del Partido Demócrata?

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La historia dice que durante el gobierno de George H.W. Bush, James Baker propone a su jefe una idea que iría contra los intereses israelíes. “A los judíos no va a gustarles”, dice el Presidente Bush. Baker responde: “De todas formas ellos no votan por nosotros— ¡que se pudran!” Regreso rápido hacia adelante 15 años, cuando Rahm Emanuel propone una idea diferente a su jefe que también iría contra los intereses israelíes. “A los judíos no les va a gustar,” dice el Presidente Obama. Emanuel responde: “Ellos votan por nosotros de todas formas-¡que se pudran!”

Tales, podría decir uno, son las ventajas de votar en bloque para los grupos étnicos. Así como los políticos demócratas presuponen el apoyo de los votantes negros, los judíos han estado en el bolsillo del Partido Demócrata al menos tan lejos como desde Franklin Delano Roosevelt, y aunque hay pocos judíos vivos hoy que fueron lo suficientemente ancianos como para haber votado por FDR, ellos, los judíos, están todavía en ese bolsillo. Esto a pesar del hecho que ahora sabemos que FDR no fue tan grande amigo para los judíos, porque no hizo nada para detener o siquiera lentificar el genocidio nazi de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, y en su lugar, cuando Rabbi Stephen Wise le contó de los campos de la muerte, aconsejó silencio sobre el tema.

La mejor cara que podemos poner a esta falta de voluntad de los judíos, que bordea con la incapacidad genética, de votar por los republicanos es que la Judeidad, si no el Judaísmo, tiene en su centro un odio a la injusticia y un anhelo concomitante por la igualdad. Todo esto, supuestamente, ha estado inserto en los judíos a través de su propia larga historia como los chivos expiatorios de los tiranos. Siendo desvalidos, los judíos están ipso facto con los desvalidos. Los republicanos han sido, tradicionalmente, los machos alfa. Algo en la mayoría de los judíos les dice no vayas hacia allí.

Fuente: The Wall Street Journal

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México