El Primer Ministro de la Autoridad Palestina, Rami Hamdallah, admitió la semana pasada que la tortura ocurre en las instalaciones de la AP.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – En una entrevista que en cierta forma no logró llegar a los titulares, el Primer Ministro de la Autoridad Palestina, Rami Hamdallah, admitió la semana pasada que la tortura ocurre en las instalaciones de la AP. Hamdallah, hablando en cámara al medio alemán Deutsche Welle, concedió, “ciertas cosas suceden, sucede la tortura, pero no es la política [de la Autoridad Palestina].”

Los informes de tortura son comunes en las prisiones de la Autoridad Palestina. Grupos palestinos de derechos humanos anunciaron en enero que habían recibido más de 150 quejas de abuso en el 2015 solamente. Un informe reciente del Monitor Euro-Mediterráneo de Derechos Humanos encontró que fuerzas de la AP habían convocado o detenido a más de 2000 palestinos en el 2015, y que de los detenidos, 179 informaron “que no se les mostró una orden de arresto, además se confiscaron pertenencias e incluso recibieron golpizas con palos y confinamiento solitario.” Números similares fueron confirmados por Amnesty International, que encontró que a pesar de las garantías del primer ministro, la AP no investiga las acusaciones de tortura.

En los últimos años, bajo el régimen cada vez más autócrata del presidente palestino Mahmoud Abbas, los disidentes políticos han sufrido abuso a manos de la AP durante detenciones y arrestos sin juicio. Surgieron informes durante la carrera para el consejo estudiantil del año pasado en la Universidad Birzeit que la AP había arrestado y golpeado a muchos estudiantes afiliados a Hamas. Un grupo de vigilancia palestino acusó a la AP de usar “medios violentos” contra periodistas en diciembre. Y antes de una huelga de maestros palestinos en febrero, la AP arrestó y retuvo a casi dos docenas de maestros.

Los palestinos tienen pocos recursos al enfrentar los abusos de la AP, pero pueden encontrar esperanza en el caso de Ahmad al-Deek, un estudiante de 23 años que presentó una demanda legal contra la AP el año pasado después de ser detenido por un comentario en Facebook que fue crítico del liderazgo de la AP. Por supuesto, al-Deek no es el primer palestino en ser arrestado por un comentario en Facebook. Pero, en su caso, fue privado de sueño y golpeado con palos durante cinco días por expresar su opinión en la plataforma social. Dependiendo de cómo se desarrolle, la batalla legal de al-Deek puede alentar a otros palestinos que han experimentado tortura a dar un paso adelante.

En su entrevista Hamdallah reconoció que “a veces ocurren errores”, pero insistió en que la AP estaba tomando acciones legales contra las fuerzas de seguridad acusadas de tortura. Aunque el primer ministro de la AP trató de presentar una visión más bien benigna del clima político palestino, sus acciones de gobierno desmienten una verdad más grande: el espacio para el disenso en la Margen Occidental está achicándose, y los que desafían al sistema continúan pagando un precio doloroso.

 

Fuente: Informe Político de la Fundación para la Defensa de las Democracias- Grant Rumley. Traducido por Marcela Lubczanski

Grant Rumley es un miembro investigador en la Fundación para la Defensa de las DemocraciasFinal del formulario