GABRIEL ALBIAC

Sólo bombardear a los yihadistas ha logrado acabar con ese horror. Pero Carmena y Rodríguez hubieran preferido “empatizar”.

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ISIS ha sido expulsado de Palmira. Pero con el ISIS había que “empatizar”. Dijo Carmena. “Empatía”, según el Diccionario de la RAE: “Sentimiento de identificación con algo o alguien”.

Yo andaba por el París lacerado de noviembre cuando ella tuvo esa ocurrencia. Sentí vergüenza. Porque las sandeces son cosa de los individuos que las profieren. Pero la “empática” no era una común ciudadana, respetable aun en sus dislates. Era alguien a quien los votantes dieron el segundo puesto en Madrid. Y a quien el PSOE regaló la alcaldía. Su vergüenza nos concernía a todos. Carmena acerca del ISIS, noviembre de 2015 (la sintaxis es suya): “Para evitar este terrorismo y cualquiera es fundamental trabajar muchísimo en lo que siempre se debe trabajar, para la paz, y es en el diálogo y en buscar alternativas para hacer posible que haya una empatía, para intentar ver en el otro a un ser humano, y hacer lo imposible para lo que yo llamo la educación para la paz”.  Y la alcaldesa condenaba los primeros bombardeos franceses, por matar yihadistas: “No sé cuántas personas han muerto ayer en el bombardeo, no lo sé, pero si hay bombardeos y muerte, va a haber por parte de todos”. O sea: ISIS Welcome!

A José Julio Rodríguez no se le puede suponer ignorancia. Él fue mando supremo del ejército español cuando nuestra fuerza aérea bombardeaba Libia. Y sus declaraciones no pueden quedar, como las de la alcaldesa madrileña, en la simple ocurrencia de una inocua ignara. “Hay informes”, acusa Rodríguez, “de que países occidentales, Turquía o Estados Unidos, han financiado al ISIS”. En boca de una “empática”, el uso del impersonal “hay informes” sería tan de rigor como cualquier otra gansada infantilista. En el caso de quien ha sido máxima autoridad militar española, espanta. A un militar no lo mueve la retórica. No debería moverlo. Un militar se atiene a hechos y análisis. Porque en sus palabras se juega la vida de mucha gente. Y, en el límite, la supervivencia de la nación. “Hay informes” no significa nada. Si no se da la referencia exacta de esos informes. Eso seguimos aguardando.

Hace una semana que el ISIS fue expulsado militarmente de Palmira. Deja tras sí las huellas de una barbarie extrema. Las primeras fosas colectivas hablan de los civiles torturados y decapitados durante el tiempo de ejercicio allí del Califato. Del restablecimiento de la esclavitud y los mercados de compra y venta de esclavas no musulmanas, cuyas reglas y precios codificaron sus imanes, hablan los informes de la ONU (https://www.bloomberg.com/news/articles/2015-08-03/sex-slaves-sold-by-islamic-state-the-younger-the-better ). De la aplicación universal de la ley coránica como único código de comportamiento, ha hablado con claridad el propio ISIS. Y sólo bombardear a los yihadistas ha logrado acabar con ese horror. Pero Carmena y Rodríguez hubieran preferido “empatizar”: esto es, según la RAE, “identificarse” con los asesinos. Y a mí, en Carmena, eso me da risa. En Rodríguez, no.