LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Contingencia Ambiental

La contingencia o crisis ambiental que experimenta el Valle de México (VM), llegó a un punto sin retorno; desde hace por lo menos dos décadas esta región registra casi permanentemente altos niveles de contaminación que han afectado negativamente la salud, la calidad de vida y la economía de quienes allí habitamos; a mi manera de ver, el ecocidio que se experimenta en el VM tiene sus causas en múltiples factores, entre los que destacan los siguientes:

 

Cambio climático en el mundo, que entre otros efectos ha provocado altas temperaturas en el planeta y que en el caso del VM, rodeado de montañas, dificulta la disolución de partículas contaminantes; con temperaturas más altas, este fenómeno se torna más grave.

Administraciones públicas en el VM no han desarrollado una política ambiental de largo plazo; básicamente han tomado medidas coyunturales ineficaces y costosas; el gobierno del Distrito Federal y del Estado de México por omisión, ignorancia o fines políticos, han dejado que la contaminación avance de manera exponencial.

A partir de la gestión del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Manuel Camacho Solís (1988-1994), hasta el gobierno actual del Distrito Federal, todos contribuyeron al detrimento ambiental porque dieron preferencia a la infraestructura de relumbrón (segundos pisos, autopistas urbanas, ejes viales, entre otros) que alentó el uso de vehículos en vez de invertir en el desarrollo de un transporte público masivo seguro, accesible, eficiente y de calidad que hubiera estimulado a los ciudadanos a modificar voluntariamente sus hábitos de movilidad; hoy pagamos las consecuencias de la sobresaturación vehicular y falta de transporte colectivo. Así, en la administración de Andrés Manuel López Obrador (2000-2005) y Marcelo Ebrard (2006-2012) el número de automóviles que circulaban por la ciudad aumentó casi 120%; si bien Ebrard puso en función el Metrobus, le quitó un carril al tránsito vehicular en las calles donde circula. Asimismo, Ebrard construyó la línea 12 del Metro (24.5 km) “que implicó un mega fraude del que seguiremos pagando intereses por muchos años”.

En este contexto, el Informe Nacional de Movilidad Urbana de la Organización de las Naciones Unidas – Hábitat, publicado en el 2015, constata que el 77.0% de la inversión en movilidad en la Zona Metropolitana del VM se hace para los automóviles, que sólo mueven 29.0% de la población en la ciudad. En el informe se apunta que los problemas de movilidad se vinculan con un frágil, anticuado y limitado sistema de transporte de baja calidad, concesionado a particulares y sin incentivos para modernizarse, a lo que se suma la exigua capacidad técnica y financiera de las autoridades locales para la gestión y planeación urbana y la falta de apoyos financieros federales.

El programa “Hoy no circula”, establecido en 1989 en 16 delegaciones del D.F. y en 18 municipios del Estado de México, está totalmente rebasado por la corrupción de muchos verificentros que dan el visto bueno para circular a viejos vehículos contaminantes, también influye significativamente en la mala calidad del aire la incorporación al parque vehicular de 1.6 millones de unidades al Programa del no circula en meses pasados, que autoriza la circulación de vehículos viejos que se les permite circular todos los días, lo que ha agravado la corrupción y la contaminación. Las autoridades viales también participan en la corrupción al recibir “mordidas” de conductores con vehículos contaminantes.

Resulta ilógico que el periodo actual de contingencia no se permita circular dos días a vehículos nuevos y sí lo hagan vehículos altamente contaminantes como camiones de basura, de carga, transporte público, entre otros, que de acuerdo a especialistas en la materia ambiental, son responsables del 80.0% de la contaminación vehicular en el VM.

Las múltiples marchas diarias de ciudadanos protestando por diversos motivos, la mayoría son manipulaciones políticas, causan caos vial y elevación de los índices de contaminación. La legislación vigente para reglamentar las marchas es prácticamente inexistente.

El comercio ambulante, ya no tan ambulante, porque cada vez más instalan puestos metálicos fijos, generan basura y son otra fuente de contaminación ambiental. Periódicamente se dan operativos de las autoridades para quitarlos; empero, al poco tiempo reaparecen, ya que proporcionan ingresos no declarados a las autoridades delegacionales y otras dependencias a través de sus líderes gremiales que tienen un fuerte peso político; sobre todo para movilizar gente en manifestaciones o generar votos para los partidos en épocas de elecciones.

Las obras públicas “para hacer más amigable la Ciudad de México como macetones y mesas con sombrillas que roban uno o dos carriles de la circulación en diferentes calles, son un gasto innecesario, antiestético y coadyuvan a aumentar la contaminación.

Una parte importante de la ciudadanía es renuente a respetar las leyes de convivencia en la Ciudad y no cumple con los reglamentos de tránsito, (ello incluye a los peatones) o arroja basura en cualquier sitio, entre otras faltas, lo cual  contribuye al deterioro ambiental.

La contaminación ambiental en el aire, en el agua, y en el entorno visual (anuncios espectaculares) que producen empresas industriales, comerciales y de servicios, empero, principalmente las primeras, y los enormes basureros públicos también son parte significativa en el ecocidio del VM.

La respuesta de las autoridades del VM a la actual crisis ambiental ha sido improvisada, limitada, sin bases técnicas, solo como una respuesta política de corto plazo que no resuelve el problema de fondo; la ciudadanía y las empresas se han visto seriamente afectadas por las decisiones de las autoridades frente a la contingencia; saben que no resuelven la problemática. Existe un disgusto generalizado que ya se expresa en protestas gremiales como la de los transportistas de carga bloqueando carreteras. Paralelamente está cercano el estallamiento de otra crisis vinculada con la escases de agua, esta se extiende a toda la República. La situación es compleja y se requiere voluntad política de las autoridades y responsabilidad de la gente para superar los problemas.

Mi amigo chino

En el Banco que trabajé por 25 años, 1970-1995, por las funciones que desempeñé, establecí muchos contactos externos con funcionarios de otros bancos, de empresas, académicos, de organizaciones empresariales y de diferentes embajadas. Con varios de ellos establecí lazos de amistad que aún mantengo; es el caso del primer agregado comercial de la Embajada de China en México (Guochong Dao), que desde que se establecieron relaciones entre México y China, (1972) ocupa la enorme residencia, que en signo de amistad, el presidente Luis Echeverría, donó al gobierno chino, ubicada en la Calle Magdalena en el Sur de la Ciudad de México.

Desde la partida del Sr. Guo a china hemos mantenido una comunicación por internet; en este contexto, el mes pasado recibí un mensaje emotivo de él en el que me informaba que en China este año nuevo, que empezó en febrero pasado, era el Año del Mono y que él pertenecía a ese año y que con alegría el 6 de marzo había cumplido 84 años y tenía esperanza de vivir mucho tiempo más, ya que los científicos pronostican que pronto los seres humanos podrán vivir hasta 120 años; que él deseaba vivir por lo menos 90 años y, si se puede más.

De acuerdo al Sr. Guo, el maestro chino Confucio, murió a los 73 años y el maestro Mengzi a los 84 años, de manera que en China existe la creencia de que si una persona pasa la barrera de estas dos edades, puede alargar su vida a 90 o 100 años. La filosofía china tiene muchos simbolismos y en relación a la longevidad parecen cobrar vigencia a la luz de los avances de la medicina. Al Sr. Guo lo conocí cuando él tenía alrededor de 45 años, recuerdo que tenía grandes aspiraciones en la vida, empero, vivió la mayor parte de esta bajo el yugo de un régimen comunista, que a diferencia del que existe en el presente, le impidió la concreción de muchas de ellas.

Según me cuenta, está jubilado, empero, diario se reúne con viejos amigos a tomar té, además se entretiene haciendo pequeñas inversiones en la Bolsa de Valores, ocasionalmente conduce misiones de hombres de negocios por China. De su familia, tengo poco conocimiento; sé que tiene una hija viviendo en Washington D.C., recuerdo que me mencionaba que trabajaba en una Institución Financiera Internacional.

Es bueno constatar que he mantenido lazos de amistad por más de 40 años, eso es reconfortante.