CHRISTOPHER S. STEWART Y MARK MAREMONT

Horas después de los recientes ataques terroristas en Bruselas, se publicó a nombre del grupo extremista un mensaje en Twitter en el cual se atribuía la matanza y advertía de otras por venir.

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“Prometemos días negros para todos los países de la cruzada aliada en su guerra contra Estado Islámico”, tuiteó Abu al-Walid, presumiblemente un nombre de guerra.

Twitter cerró esa cuenta y otras similares en las horas y días siguientes a los ataques. Sin embargo, Walid continuó reapareciendo en el sitio. Usando su cuenta de Twitter número 464, distribuyó fotos de un reparto de dulces hecho para celebrar los ataques.

Empresas estadounidenses como Twitter, Facebook y YouTube, en conjunto con hackers y grupos similares, llevan meses batallando contra la diseminación de materiales del EI en Internet. La cuentas y entradas que antes duraban publicadas semanas, ahora pueden sobrevivir apenas unas pocas horas.

Los simpatizantes del EI, particularmente en Twitter, han respondido abriendo cuentas casi tan rápidamente como las empresas las borran.

Esta batalla, un emblema de la guerra en la era de la tecnología, ha aparecido como un frente vital contra la expansión del extremismo de Estado Islámico, su ideología, reclutamiento y financiación.

El Estado Islámico controla una cantidad limitada de territorio en Irak y Siria, pero las redes sociales ponen al grupo al alcance de cada celular, laptop y computadora de escritorio en el mundo. Su fuerte uso de las plataformas sociales ha sobrepasado por mucho a al Qaeda, que en el pasado enviaba videos de mala calidad a Al Jazeera y otros medios para propagar su llamado a una yihad global.

En Twitter, los seguidores del EI se involucran en ruidosas guerras de palabras. Los militantes trabajan incansablemente enviando tuits que oscilan entre promesas de entrada al paraíso para los creyentes y una muerte brutal para todos los que se oponen a su visión de la religiosidad en un choque digital de civilizaciones que se libra todos los días.

En el lado opuesto se encuentran aquellos que buscan hacer más logrando un empate. Twitter, que incrementó sus esfuerzos antiterrorismo el año pasado, eliminó más de 26,000 cuentas que sospechaba que eran pro EI en marzo, casi cuatro veces la cantidad de cuentas eliminadas en septiembre, según un análisis llevado a cabo para The Wall Street Journal por Recorded Future Inc., una firma de inteligencia sobre riesgos con sede en Somerville, estado de Massachusetts.

Los simpatizantes de EI han tratado de mantener el ritmo, creando más de 21,000 cuentas en marzo, frente a 7,000 en septiembre, según el análisis.

A principios de este año, Twitter dijo en una declaración en su sitio web que condenaba “el uso de Twitter para promover el terrorismo”, asegurando que borró 125,000 cuentas desde mediados de 2015 por amenazar o promover actos terroristas. Como resultado de esto, dijo la compañía, ha visto este tipo de actividad salirse de Twitter.

Los operativos de EI se burlaron del anuncio de Twitter, enviando su propio mensaje: un tuit de una versión del pájaro azul que representa el logo de la empresa lleno de balas. El grupo también distribuyó un video burlándose de los esfuerzos de Twitter y Facebook. “¿Esto es todo lo que pueden hacer?”, decía una placa al final del video.

A la batalla se unen firmas privadas de inteligencia y organizaciones de crowdsourcing como CtrlSec, que atrae usuarios en todo el mundo para que sigan la actividad de sospechosos de terrorismo en redes sociales y otras partes de la web.

A lo largo del último año, CtrlSec ha identificado cerca de 120,000 cuentas de Twitter ligadas a EI, incluyendo cientos que personificaban a Walid. Al menos tres de esas cuentas fueron reportadas y borradas el día de los ataques que cobraron la vida de 32 personas en Bruselas.

“Ninguna organización terrorista en la historia ha lanzado una operación en línea tan dinámica y con tanta influencia global”, dijo Michael S. Smith II, director de operaciones de Kronos Advisory, una firma de consultoría en seguridad colabora con CtrlSec para monitorear las actividades en línea de EI.

Nadie fuera del EI parece saber quién controla las cuentas de Walid en Twitter. Su foto de perfil es la de un hombre barbado que se parece a Abu Musab al-Zarqawi, el fundador de al Qaeda en Irak, una organización predecesora de EI. Zarqawi murió en 2006 en un ataque aéreo de EU. La imagen, que ha sido usada por más de un año, es una forma en que los seguidores del EI encuentran cada nueva cuenta de Walid en Twitter. Los nombres de usuario varían, usualmente con tres letras seguidas por un número de tres dígitos que crece con cada nueva variación. Por ejemplo, @vtr488 se convirtió en @ctr489. La cuenta de Walid fue divisada por primera vez a comienzos de este año, cuando usaba un largo nombre honorífico que sugería que era de Kuwait: Abu Walid Kuwaiti.

Algunos de los primeros perfiles que usó Walid cosecharon más de 6,000 seguidores en Twitter. Incluso tras los recientes cierres, la cuenta reúne a unos 2,000 o más seguidores, presumiblemente de simpatizantes que estarían maduros para un reclutamiento o para contribuir con donaciones.

CtrlSec cree que la cuenta de Walid está manejada por un dirigente del EI que estaría a cargo del reclutamiento en Arabia Saudita. Smith dijo que era posible que la cuenta sea administrada por varias personas que mantienen el mismo estilo.

Uno de los primeros tuits de Walid, en febrero de 2015, se jactaba de un enfrentamiento con fuerzas kurdas, respaldadas por E.U, de la cual los militantes de EI capturaron un valioso botín de armamentos, de acuerdo con los archivos que guardan Kronos Advisory y Recorded Future.

Un mes más tarde, Walid tuiteó sobre otros supuestos éxitos militares. Esa cuenta fue reportada por el Comando de Operaciones Especiales de E.U. “Le diré a @USSOCOM donde estás si ellos me dejan que te coma el hígado y el cerebro después de que te maten”, decía el tuit que un usuario le envió a Walid.

Otros también denunciaron a Walid ante Twitter, que pronto cerró la cuenta.

Walid, que publica en árabe y ocasionalmente en inglés y otros lenguajes, a menudo evade las medidas de bloqueo de Twitter. Cuando un cazador en línea reporta el nombre de usuario de Walid, él lo cambia para mantener la cuenta activa por un poco más de tiempo.

Los mensajes y videos se originan habitualmente de las oficinas de propaganda del EI en el centro de medios de al-Hayat, el ala de producción de propaganda destinado a las audiencias no árabes, según los expertos en inteligencia.

La cuenta de Walid forma parte de un imperio de medios descentralizado que es dirigido por el Estado Islámico, el cual depende de simpatizantes en todo el mundo para que distribuyan mensajes en al menos media docena de lenguajes, dicen analistas de inteligencia.

En un día típico, Walid publica docenas de tuits en una función que es en parte distribución de noticias yihadistas y en parte animación para sus seguidores. Las entradas más frecuentes se refieren a las actividades militares de EI, pero también suele incluir fotos de combatientes que han sido “martirizados”, así como imágenes de supuestos espías decapitados.

“Walid tuitea y publica fotos que sólo un psicópata publicaría”, dijo Lara Abdallat, una jordana que trabaja para CtrlSec, el grupo que monitorea la actividad del EI en las redes sociales.

Charlie Winter, un investigador de la Universidad Estatal de Georgia que estudia al EI, dijo que quienes operan la cuenta de Walid se pasaban “todo el tiempo tratando de asegurarse que la propaganda del EI generada en los rincones más oscuros de Internet llegue a Twitter”.

En un duelo de tuits a comienzos de este año, Walid se burló de un activista anti EI de habla árabe que usualmente ridiculiza la cuenta de Walid con entradas en las que presenta versiones de su foto de perfil con rostros de mono.

“No hay nada que puedas hacer, perro, si la cuenta es borrada o hackeada, dentro de tres minutos estaré de vuelta con una nueva”.

Los simpatizantes de EI usan otras redes sociales, pero prefieren Twitter debido a su alcance y anonimato. Twitter tiene 320 millones de usuarios activos en el mundo y las cuentas nuevas se pueden crear sin usar un nombre real.

Twitter, que se abstuvo de comentar para este artículo, se enorgullece de su rol como un foro global de opiniones diversas.

La compañía depende principalmente de sus usuarios, incluyendo a CtrlSec, para que reporten contenido ofensivo. Equipos internos de la empresa deciden a quien bloquear.

Cerca del 95% de los 500 activistas del EI identificados por Smith, de Kronos Advisory, volvieron después de que sus cuentas fueron cerradas.

“En el nombre de Dios misericordioso que la cuenta 139 siga como una espina en la garganta de los infieles y apóstatas…”, tuiteó un simpatizante en febrero.

Pese a las habilidades del EI, las medidas de Twitter están haciendo que sea más difícil que los propagandistas del grupo operen en este servicio, según el análisis de Recorded Future. La empresa halló una reducción de 40% en marzo en las cuentas que usaron cualquiera de los siete hashtags usualmente empleados por los propagandistas de EI, en comparación a agosto.

Parte del contenido relacionado con EI se ha trasladado a otras partes de la Web, incluyendo Telegram, el servicio de mensajes basado en Berlín que está compuesto de una mezcla de canales privados y públicos.

Los menajes de EI, también conocido como ISIS o ISIL, usualmente aparecen primero en un canal privado de Telegram y a partir ahí distribuido en Twitter y otras plataformas públicas por agentes como Walid, según analistas sobre terrorismo. “Hay un número casi infinito de plataformas a través de las cuales los simpatizantes de ISIS pueden diseminar su propaganda”, dijo Smith.

Telegram no respondió un pedido de comentarios. En enero, la empresa dijo en Twitter que estaba eliminando hasta 10 canales de EI por día y que había prohibido más de 660 canales públicos desde noviembre.

Las cuentas de Walid en Twitter, que hace un año duraban una semana o más, ahora sobreviven por mucho un día y a veces, por menos de una hora.

Los mensajes de EI en línea caen generalmente en dos grandes categorías: triunfos militares y la construcción de una utopía islámica.

A comienzos de este año, Walid tuiteó sobre un auto bomba en Irak, además de noticias de estilo de vida de la división de inspección y quejas sobre carnes de EI. Más recientemente, publicó fotos de flores primaverales y otras escenas idílicas de la vida cotidiana bajo el régimen de EI. Las imágenes de barbarismo, sin embargo, aparecen con regularidad.

En una tarde reciente en marzo, la cuenta de Walid posteó una mezcolanza de noticias y fotos de combates —incluyendo hombres destrozados por explosivos— cuando un activista de CtrlSec se sumó a la conversación respondiendo con imagines de una decapitación. El activista, que usa el nombre de @kitten_spatt, alertó a dos de las cuentas oficiales de Twitter con el hashtag “#ISIS psychopath”.

Al darse cuenta de que había sido descubierto, Walid bloqueó a @kitten_spatt y se pasó del perfil @xgd393 a @zyd393 para ocultar su cuenta de los investigadores de Twitter. El activista de CtrlSec volvió a encontrarlo y reportó otra vez su nombre de usuario a Twitter: “Abu Walid Kuwaiti/ propagandista importante de #ISIS cuenta/393”. Para asegurarse que Twitter no lo perdiera de vista, @kitten_spatt también resaltó el número subyacente de identificación del usuario, que el activista obtuvo mediante un servicio especial.

Twitter suspendió una vez más a Walid dentro de la hora siguiente.

Muy poco después, la cuenta de Walid resurgió, junto con unas imágenes de decapitación.

Fuente:The Wall Street Journal