GIULIO MEOTTI

He estado allí, en esa zona de Hebrón, y nadie que ame la Tierra de Israel podría pedir procesar al soldado que disparó allí a un terrorista.

Sgt Azaria de Hebron procesado

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – En 2013 fue el teniente coronel Shalom Eisner, quien fue suspendido de sus funciones después de golpear a un anarquista danés que sostenía un cuchillo y bloqueaba una carretera cerca de Jericó, como si las Fuerzas de Defensa de Israel esperaran que sus soldados se sometan a ser golpeados por “pacifistas” que dificultan las actividades del ejército y facilitan el terrorismo. A Eisner lo dejaron solo.

En 2015, fue el Coronel Israel Somer, comandante de la brigada Binyamin de la División de Judea y Samaria quien disparó y mató a un terrorista palestino después de que su vehículo fuera emboscado.

En el año 2016, es el soldado que disparó a un terrorista palestino en Hebrón. El soldado fue detenido y el mundo entero, con el apoyo de los medios de comunicación israelíes y la jerarquía política y militar, lo calificaron de “ejecución sumaria”, a pesar del hecho de que el soldado temía que el terrorista estuviera listo para detonarse a sí mismo. Una vez más, un soldado orgulloso israelí fue abandonado.

He estado en Tel Rumeida, el pequeño enclave donde tuvo lugar el ataque, y sólo aquellos que quieren deportar a sus valientes israelíes y entregar la Hebron judía pueden hacer llamamientos para procesar a este soldado.

La moralidad de Israel no puede convertirse en la inmoralidad de la prolongación de infinitos conflictos que impiden la victoria. Pero esto es lo que a veces hace Israel.

El Estado judío está librando una guerra justa contra el terrorismo por medios justos, proporcionalmente, aunque con demasiada atención, en comparación con la legislación mundial que consagra el derecho a la autodefensa.

En Gaza, por ejemplo, el gobierno de Israel no busca la victoria, sino otro “alto el fuego”. Y en Judea y Samaria, soldados de las FDI a menudo responden con retraso y debilidad a las amenazas terroristas contra civiles israelíes, escapando de los aldeanos árabes palestinos, todo esto bajo “reglas de compromiso” surrealistas.

Es una especie de espiral melancólica personificada por la columna del periodista israelí Nahum Barnea: “Vuelve a casa”.

¿La “pureza de las armas” de Israel se ha convertido en una broma de la corrección política por una especie de derrotismo autosuficiente? Esta parodia militar tampoco avanza la causa de Israel en la arena pública internacional: los soldados israelíes ya son vilipendiados como “asesinos de niños” y los terroristas musulmanes justificados como “resistencia”.

Los soldados israelíes no deben ser “misericordiosos” ni ocuparse de mostrar “restricciones”, sino que deben destruir a los enemigos que vienen a matar judíos.

En los guetos durante el Holocausto, los judíos debatieron la moralidad del uso de las armas contra los alemanes nazis. Y no terminó bien.

Fuente: Arutz Sheva – Edición: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico