El día 11 de abril se presentó en el Centro Comunitario Monte Sinaí el libro escrito por el Rabino David Hanono titulado “El Rey David”.

ELENA BIALOSTOCKY PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO- Antes de comenzar con su plática, el Rabino del Talmud Torá de Monte Sinaí explicó la historia de este proyecto: “El Sr. Yehuda Memún se me acercó hace unos meses y me dijo que unos de los personajes de la Biblia que más le llamaba la atención era el Rey David y que le gustaría que se escribiera un libro con este tema. Me emocionó la idea y posteriormente decidí escribirlo”.

La producción completa de este libro fue donada por el Sr. Memún para el Talmud Torá y la Comunidad.

“Según la Biblia, David siempre fue una persona a quién sus hermanos no lo tomaban en cuenta por ser el menor de ocho hermanos, una persona que se veía débil y pequeña. Cuando comenzaron los problemas con los filisteos (actualmente palestinos), Goliat, quien era parte de ese pueblo, era muy agresivo, muy grande, fuerte y quería tener una guerra con el Reino de Saúl. Recordemos que en esa época las guerras eran cuerpo a cuerpo. Los filisteos dijeron que si ellos ganaban, la población de Judea serían sus esclavos; en caso contrario, los esclavos serían ellos. Había mucho temor de luchar contra Goliat, quien todas las mañanas, maldecía al pueblo judío.

David se dirigió hacia el Rey Saúl, diciéndole que él puede luchar contra Goliat  y le cuenta su historia, donde le explica  que en dos ocasiones había tenido que enfrentar a grandes animales para salvar a su rebaño; en una ocasión había luchado con dos leones y después con  unos osos.

“Quiero que sepas que el chaleco que llevo puesto es de la piel de uno de los borregos que salvé de las fauces de esas bestias. Lo traigo puesto porque siempre supe que D-os tenía algo destinado para mí, quería darme valentía y fuerza para un día como hoy”.

Ésta es una de las enseñanzas de David: “Todo lo que hace Hashem tiene una causa. Si D-o s me hizo fuerte e inteligente es para servirlo a Él, si me hizo rico es para ayudar a los demás”, comentó el Rabino.

Otra enseñanza es que lo que hace D-os con nosotros tiene una finalidad: “Si D-os te da algo utilízalo”, dijo.

El rey David fue uno de los personajes que más sufrió en la vida: enfermedades,  persecuciones, enemigos, guerras, batallas, no tuvo descanso. Uno de los sufrimientos que más destaca es el problema que tuvo con su hijo Absalón, quien era el ejemplo del hijo rebelde. Absalón quería quitarle el reinado a su padre y se unió con algunos ministros para luchar contra David.

Ajitofel, el principal consejero de David, fue uno de los que se les unió; era una persona muy inteligente que sabía dar los consejos correctos. La Torá dice: “Preguntarle a Ajitofel era como preguntarle a D-os”.

David se da cuenta del peligro y  decide mandar a un infiltrado. Cuando Absalón decide atacar a David, el infiltrado le aconseja que se esperen un día. A su vez,  Ajitofel le aconseja que ataque; al final, Absalón decide hacerle caso al infiltrado. De esta forma, le da tiempo a David para prepararse para la guerra.

Dice la Guemará que, debido a su maldad, Absalón, había sido condenado y sentenciado al nivel más bajo del infierno. David dijo Tefilá (rezo) ocho veces; cada rezo ayudaba a que Absalón fuera saliendo del infierno y finalmente conducido al Edén.

Esto nos enseña el poder de la Tefilá. “Una Tefilá bien hecha logra milagros”, señaló el Rabino.

El Rey David quería construir el Gran Templo. Nathan, el profeta, le dice “Lo que tú quieras hacer lo puedes hacer, no todos pueden”.

David llegó a un nivel de pureza máxima: es por ello que podía lograr lo que deseaba. Dicen los sabios que el Kotel Hamaaraví (El Muro de los Lamentos) no puede ser destruido, pues fue construido con la pureza de su corazón”.

Terminada la plática del Rabino Hanono, se sirvió una cena donada por la familia Memún.