Genetista israelí, Dr. Eran Elhaik de la Universidad de Sheffield,  cree que las hoy poblaciones turcas de Iskenaz, Eskenaz y Ashanaz eran parte de la tierra original de judios Ashkenazís. Pero sus propuestas no están exentas de objeciones.

P HUERGO CASO E IRVING GATELL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO :  Una nueva investigación antropológica sostiene que la mayoría de la población judía del mundo moderno desciende principalmente de personas de la antigua Turquía, en lugar del Oriente Medio.

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Jerusalén, hacia 1895

La nueva investigación sugiere que la mayoría de la población judía de Europa septentrional y oriental -normalmente conocida como judíos askenazís, son los descendientes de griegos,  persas y otros pueblos  que colonizaron lo que hoy es el norte de Turquía hace más de 2000 años y que se convirtieron luego al judaísmo, probablemente en los primeros siglos de la era común . En esa etapa, el Imperio Persa fue el hogar de las comunidades judías más grandes del mundo.

Su investigación se basa en la evidencia genética, histórica y toponímica. Para su investigación genético- geográfica, el Dr. Elhaik utiliza un sistema de modelado por ordenador con estructura geográfica de la población para convertir los datos de ADN judíos ashkenazim en información geográfica.

El Dr. Elhaik, genetista de origen israelí que se doctoró en la evolución molecular de la Universidad de Houston, cree que tres de esas localidades  todavía sobreviven como pueblos pueblos turcos – Iskenaz, Eskenaz y Ashanaz – en la parte occidental de la antigua  Ruta de la Seda . Se cree que la palabra proviene originalmente de Asquenaz Ashguza – el antiguo nombre de Asiria y Babilonia en el pueblo de  la estepa euro-asiática en la Edad del Hierro, los escitas.

Con referencia a los nombres de los tres pueblos turcos, el Dr. Elhaik señala que ” el noreste Turquía es el único lugar del mundo donde existen estos topónimos”.

Desde el 690s d.e.c  en adelante, la persecución contra los judíos por el Imperio Bizantino cristiano parece haber jugado un papel decisivo para forzar a un gran número de Judíos a huir a través del Mar Negro a un estado más amigable – el  Imperio Khazar,  gobernado por el turco, con un gran número de  eslavos .

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Algunos análisis de la lengua yiddish sugieren que era originalmente una lengua eslava; el Dr. Elhaik y otros creen que fue desarrollado, probablemente en los siglos VIII y IX , por los comerciantes judíos de a  lo largo de algunas de las rutas de la seda más al norte que unen China con  Europa.

Hacia el año 730,  el Imperio Jázaro había comenzado a convertirse al judaísmo.

Pero cuando el Imperio Jázaro se redujo , hacia el siglo XI , parte  de la población judía casi seguro emigró hacia el oeste de  Europa Central. Allí, comerciantes  de habla yiddish  entraron en contacto con el centro de Europa, a menudo,  pueblos de habla alemana, y comenzaron a sustituir las palabras eslavas en yiddish con un gran número de palabras en alemán , al tiempo que conserva algo de su  originaria gramática eslava . Muchas palabras hebreas también parecen haber sido añadidas en  esa etapa.

El modelo genético utilizado en la investigación se basó en datos de ADN de 367 Judios de origen norteño y del este de Europa y  de más de 600 personas no judías, principalmente de Europa y Asia occidental.

El Dr. Elhaik dice que es el mayor estudio genómico que se ha realizado sobre  judíos asquenazí. Su investigación se publicó en la revista científica  del Reino Unido, Genome Biology and Evolution.

NOTA DE LA REDACCIÓN: respecto a este tema -polémico por definición- Irving Gatell nos comenta que hay tres severos problemas.

El primero es que el Yiddish es, por definición, una lengua germánica, no una lengua eslava. La propuesta de Elhaik propone un panorama en donde un grupo turco-eslavo habría desarrollado un dialecto eslavo propio durante los siglos VIII y IX, que luego habría sufrido muchas “sustituciones” con palabras germánicas para así adquirir su fisonomía definitiva. El problema es que este lenguaje se trasladó, a partir del siglo X, a territorio eslavo otra vez, y su desarrollo pleno se dio en Polonia, Rusia, los Países Bálticos y Ucrania, territorios donde se hablaban idiomas eslavos. Todo ello, durante un período de casi mil años.

En esas condiciones, resulta sumamente extraño -de hecho, inverosímil- que se haya consolidado el perfil germánico del idioma. El Yiddish tendría que seguir siendo un idioma eslavo, dado que el cruce con las lenguas alemanas apenas fue marginal en este panorama. Por cierto: no se llamaría Yiddish, que viene de Yid, forma germánica para decir “judío”. En Polaco, “judío” se dice “zydowski”; en ruso y ucraniano, “iudeysky”. Luego entonces, el idioma tendría que haberse llamado algo similar, no Yiddish.

Resulta más lógico suponer que el Yiddish, como lenguaje, surgió en las comunidades judías establecidas en Alsacia entre los siglos III y X, que luego tuvieron que migrar hacia el este, estableciéndose en territorios eslavos. Habrían sido los mil años de interacción con rusos, polacos y ucranianos los que habrían aportado al Yiddish sus elementos típicamente eslavos que,  además, son minoritarios (la prueba es que un alemán puede entender el Yiddish en un 50 o 60%; un polaco no lo entiende en absoluto).

Un segundo problema es que no existe evidencia objetiva de que los Jázaros se hayan convertido al Judaísmo. Se sabe que su rey lo hizo, y es lógico deducir que un amplio sector de la aristocracia también, pero pruebas de una conversión masiva o, por lo menos, mayoritaria de la población, no la hay. Existen fuentes documentales que constatan que la población se convirtió a veces al Islam, a veces al Cristianismo; pero no existe una sola fuente que refiera una conversión al Judaísmo.

De hecho, en las Universidades de Europa del Este donde se imparten los Estudios Jázaros, el tema de la “conversión al Judaísmo” ni siquiera figura en la matrícula.

Finalmente, el tercer problema es basar la identificación en el uso antiguo de ciertos topónimos. Elhaik señala que la zona de Ashkenaz originalmente estaba ubicada en Turquía, y es correcto. Pero a partir de la época Helénica y, sobre todo después de la época romana, muchos topónimos se trasladaron hacia zonas más lejanas.

El de Ashkenaz no es el único caso. Sefarad también cambió su ubicación. Originalmente, se designaba así a una zona factiblemente ubicada entre Siria y Turquía, no a la antigua Iberia. La primera vez que se asoció a Iberia con Sefarad fue en el siglo II, y eso no significa que los Judíos Sefaradim pudieran ser, en realidad, turcos o sirios.

El concepto de “Judío Ashkenazí” es tardío. En realidad, aparece hasta la Edad Media, época para la cual la identificación de Ashkenaz es, fuera de toda duda, la actual Alemania. Por lo tanto, en el momento en que se empieza a usar el término “judío ashkenazí”, es para referirse concretamente a “judíos germánicos”. Y sin duda se les definía de ese modo porque su idioma era netamente germánico.

La propuesta de Elhaik sólo tendría sentido si el concepto de “judío ashkenazí” fuese anterior a la época romana.

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