GIULIO MEOTTI

¿El Partido Verde y la bandera verde del Islam?

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Cuando en 1988 los Verdes en el Parlamento sueco aterrizaron por primera vez, fueron llamados “los hijos del sello”. Desde entonces, su ecologismo ha apoyado siempre batallas ideológicas políticas. Durante la Guerra Fría fue el pacifismo: “¿Cómo hablar de ecología sin hablar de Vietnam?”, dijeron entonces. Hoy es el turno de los migrantes y el multiculturalismo.

Ahora los Verdes, que forman parte de la coalición gobernante en Estocolmo, son sacudidos por la acusación de estar infiltrados por fundamentalistas islámicos. La semana pasada, la ministra de Vivienda, Mehmet Kaplan, renunció después de que la prensa revelara sus vínculos con islamistas nacionalistas en su país de origen, Turquía (que también comparó a Israel con los nazis).

Lars Nicandro en el Colegio de Defensa Nacional de Suecia dijo que “hoy personas cercanas a los Hermanos Musulmanes, un partido islamista, han adquirido una fuerte posición en el Partido Verde. Veo una similitud con la forma en que el comunismo soviético estuvo actuando durante la Guerra Fría, cuando se trataba de infiltrarse en diversos partidos democráticos”.

Dos altos funcionarios de los Verdes, Jon Karlfeld y Anders Wallner, declararon que “aunque no hay signos de infiltración, el Partido Verde seguirá investigando la potencial vulnerabilidad”.

Después de la renuncia de Kaplan, fue el turno de Yasri Khan, un candidato para un asiento en la dirección política de los Verdes y ex presidente de la organización “Musulmanes por la Paz y la Justicia”, que se negó a estrechar la mano de una periodista, en el cumplimiento de la Sharia, la ley islámica. El primer ministro, Stefan Löfven, que ya tiene que gestionar la entrada de 250.000 inmigrantes en un país de 10 millones de personas, tuvo que intervenir para condenar la intolerancia. 

Según numerosas encuestas, el 65 por ciento de los suecos quieren ahora que los Verdes, los defensores más ardientes de la apertura de fronteras, sean expulsados de la coalición gobernante. “En nuestro deseo de abrazar una sociedad plural y multicultural, hemos hecho la vista gorda a los puntos de vista no democráticos que defienden”, dijo Gulan Avci, miembro de la oposición de derecha.

Tratando de calmar los ánimos, la líder del Partido Verde Asa Romson, que también es viceprimera ministra, lo ha empeorado y en una entrevista de televisión describió los ataques del 11 de septiembre como “accidentes”. A continuación, el fundador de los Verdes, Per Gahrton, ha dicho que la ex ministra Kaplan fue víctima de una caza de brujas urdida por Israel. Gahrton fue presidente de la Asociación de Solidaridad con Palestina durante diez años.

Pero esto no termina aquí. Nuevas imágenes han aparecido en las que Kaplan y otros miembros de los Verdes elevan sus cuatro dedos, gesto utilizado por los Hermanos Musulmanes en Egipto. Uno de ellos, el joven líder de los Verdes Salahaden Rauf, repite el gesto durante una emisión en la televisión sueca. Los cuatro dedos levantados al cielo es una referencia a la mezquita Rabaa, en El Cairo: Rabaa, que en árabe significa ” Cuatro” es el lugar donde tuvo lugar la mayor sentada, donde los Hermanos Musulmanes se había reunido el día en la capital el día que fue depuesto Mohamed Morsi.

El gesto no es ilegal en Suecia, pero muchos miembros Verdes cuestionan ahora si los representantes de los Hermanos Musulmanes son compatibles con la plataforma simpatizante con las feministas y los gay de los Verdes suecos.

Este “infiltración”, como se la ha llamado, fomentó el antisemitismo en Suecia. Para el Índice Global de Paz, Suecia es un modelo mundial de la igualdad de oportunidades. Estocolmo sobresale sólo en un tipo particular de odio, el odio contra Israel. La comisionada europea de 1999 a 2009, socialdemócrata, feminista y humanitaria ministra de Asuntos Exteriores, Margot Wallström, acusó a Israel de “ejecuciones extrajudiciales” en la Tercera Intifada.

Hace un año, Suecia fue oficialmente el primer país de la UE en reconocer el “Estado de Palestina”. Mientras tanto, el antisemitismo se fomenta y florece en un amplio sector de la sociedad sueca:

  • El embajador de Israel en Estocolmo, Isaac Bachman, ha preguntado en la radio: “¿Los judíos son responsables del crecimiento del antisemitismo?”

  • Omar Mustafa tuvo que renunciar a los socialdemócratas por haber llamado a “bombardear” a Israel.

  • El gobierno ha financiado con €104.000 un manual titulado “El colonialismo y el apartheid”, que acusa a Israel de limpieza étnica.

  • El fondo de pensiones sueco retiró la inversión de la empresa israelí Elbit.

  • La principal cadena de supermercados de Suecia, Coop, ha eliminado algunos productos israelíes de los estantes de sus seiscientos puntos de venta (boicot finalmente cancelado debido a las protestas).

  • Dagens Nyheter, el periódico sueco más sofisticado, publicó un editorial titulado “Se permite odiar a los judíos” en el que el autor, el historiador de las religiones Ene Samuelson, explica que el odio islámico del Estado judío está justificado.

  • El Museo Nacional de Estocolmo ha mostrado una obra “de arte” con una foto de Hanadi Jaradat, un atacante suicida que mató a 21 israelíes en un restaurante en Haifa.

Durante la Guerra Fría, los soviéticos se aprovecharon de la famosa “neutralità” sueca con su rechazo del conflicto entre Estados Unidos y la URSS, el rápido reconocimiento de la China de Mao, la suspensión de relaciones con Estados Unidos después del bombardeo de Vietnam del Norte, el desarme nuclear predicado por el Primer Ministro sueco Olof Palme, el socialismo sueco y su “no alineamiento”, en definitiva, la retirada sueca de Occidente.

Una neutralidad muy ambigua ahora se tiñe de verde: el color del Islam. 


Fuente: Arutz ShevaTraducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico