Procuraremos dar una respuesta a la pregunta planteada haciéndolo desde diferentes ángulos.

6a00d8341bfb1653ef019b04bd6168970d

RABINO BOAZ FARIÑAS

Según enseña el Rabino Rafael Cohen Soae Sh”lita:

Voy a mencionar lo que escribe la Guemará:

“La mujer le puede decir al marido: no me alimentes pero tampoco voy a hacer mis deberes de la casa como mujer”.

Esta Guemará nos ensena que existen mujeres de clase alta que heredaron fortunas y no están acostumbradas a lavar ropa, planchar, cocinar, lavar la vajilla, amamantar al bebé, y si tienen dinero para pagar para que otras mujeres lo hagan, ella no está subyugada físicamente a su marido.

Pero el marido tampoco está obligado a alimentarla.

Por lo tanto hoy día que ciertas mujeres ganan más dinero que sus maridos, pueden omitir de la Ketubá que él está obligado a alimentarla. Sin embargo, si dicha mujer pierde su empleo o fortuna, la obligación básica del marido es alimentarla.

Son diferentes los aspectos que han influenciado en el matrimonio, pero resaltaremos dos puntualmente:

-. La modernidad.

-. La “revolución femenina”.

En referencia a la modernidad no podemos ocultar que la sociedad moderna presenta un proceso evolutivo, donde muchas cosas se hacen de manera más fácil y por ello el tiempo rinde mucho más.

En lo que respecta a la “revolución femenina” planteada en la sociedad en la década de los ochenta muchos de sus propuestas están completamente alejadas de lo que dice el judaísmo.

Entendiendo estos dos aspectos, lograremos comprender con otra óptica la pregunta planteada.

Acudiremos a lo que dice la Guemará en Pesajim 50b:

“Cualquiera que espera los ingresos de su esposa no verá bendición en ello”.

Esta Guemará no nos está hablando abiertamente del hombre que es sostenido por la esposa, no siendo este el caso de la pregunta planteada.

Aspectos importantes son los compromisos que adquiere el esposo cuando se casa, sus obligaciones son bastante grandes, procuraremos enumerar algunas que el Rabino Rafael Cohen Soae Sh”lita, en su libro “Leyes Matrimoniales” Pagina 72:

-. Alimento.

-. Vestimenta.

-. Relaciones maritales.

-. El compromiso que pagará el costo de la Ketubá si el matrimonio llega a su fin, ya sea por su muerte o por divorcio.

-. El costo de sus gastos médicos.

-. Su rescate, en caso que sea raptada.

-. El costo de su entierro, si fallece antes que él.

-. El derecho de ser alimentada a costa de los bienes de él, y vivir en su casa desde que él fallece hasta que ella se vuelva a casar.

-. El costo de alimentar a sus hijas desde que él fallece hasta que sus hijas se casen.

-. El derecho de que su hijo herede la Ketubá de la madre en caso de que ella fallezca, aparte de su derecho sobre su herencia con sus otros (nuevos) hermanos, producto de segundas nupcias del padre.

Que la esposa ayude puede herir el ego masculino de su marido.

En lo que se plantea es que queda claro que existe esa posibilidad, la cual de una manera u otra también afecta el ego del hombre.

Sobre ese aspecto en específico podemos citar lo que dice la Rebetzin Faige Twersky:

“Rabí Moshé Ben Maimon, filósofo, médico y notable decodificador de la ley judía del siglo XII, remarca la responsabilidad del marido y la mujer en el compromiso de una vida de Torá. Él destaca que el ego masculino requiere primero y ante todo – ser mirado hacia arriba y admirado. La mujer, por otro lado, necesita primordialmente – a pesar de que no es lo único – ser querida y apreciada”.

La estructura, emocional, física, y psicológica de la mujer está hecha de tal manera, que su mejor función es la de recibir. Cuando ese patrón cambia, de una manera u otra se puede afectar esa estructura femenina. También el hombre tiene su estructura la cual básicamente es la contraria a la de la mujer, él está constituido físicamente para dar. Estos dos aspectos son necesarios tenerlos en cuenta en el momento de que la mujer también colabore en el hogar, con algunas cosas.

La otra realidad

El señor Jaim Yafe director del Centro de Estudios Or GaHanuz dice lo siguiente:

“Dentro de algunos sectores del jasidut es la mujer quien trabaja y el hombre se dedica al estudio de la Torá todo el día, la mujer piensa mi esposo nos trae los recursos espirituales que necesitamos para el Olam Haba y yo los recursos terrenales para el Olam Hazeh. Juntos se compenetra en la unidad del cielo y la tierra por otro lado el hombre que quiere puede estudiar medio tiempo y tener un empleo de medio tiempo para ayudar también en el hogar. Un punto interesante en todo esto es que HaShem bendito desde Rosh HaShaná hasta Rosh HaShaná ya dictaminó nuestra Parnasá la cual llegará en su tiempo estipulado”.

El periódico “El País” de Colombia publicó un estudio sobre el judaísmo ultraortodoxo en Israel, en el que incluían un estudio sobre el tema de la función de la mujer en el hogar:

“En Israel solo trabajan un 47% de los hombres ultraortodoxos, cuando la media nacional es del 80%. En consecuencia, aproximadamente un 60% de las mujeres tienen empleo, más de la mitad como maestras. El hecho de que el padre no estudie implica que los ingresos familiares no son muy elevados en esta comunidad, 6.000 shékels (unos 1.100 euros) mensuales de media. Poco para familias que tienen una media de siete hijos. Su índice de pobreza es del 56%”.

Este es un sistema algo difícil de ser sostenido. Un hombre que vivió una vida ultraortodoxa expreso una crítica a dicha situación “La población jaredí ha crecido notablemente en años recientes y ese modo de vida en que casi todos los hombres no trabajan no se puede mantener”.

Este fenómeno es más real en el Estado de Israel que en los judíos ultraortodoxos que viven fuera, así lo continua explicando el diario “El País” de Colombia:

“En realidad, esa pasión por estudiar la Torá es algo relativamente nuevo y propio de Israel. En otros países con comunidades ultraortodoxas, como Estados Unidos, los varones trabajan. Pero en la infancia del Estado de Israel, su padre fundador, David Ben Gurion, aceptó llegar a una serie de compromisos con la entonces pequeña comunidad ultraortodoxa, muchos de cuyos líderes se oponían por celo religioso a los avances del sionismo, el movimiento que reclama el derecho de Israel a existir como Estado judío en lo que considera su patria en la Palestina histórica. Veían en los recién llegados a Tierra Santa muy poco temor a HaShem. En el Talmud, un compendio de interpretaciones de las leyes y costumbres judías, se dice claramente que los fieles “no ascenderán a la tierra de Israel en grupo y usando la fuerza”. Ben Gurion aceptó concederles a los ultraortodoxos que estudiaran la Torá cuantiosos subsidios y una exención de prestar el servicio militar obligatorio que aún perdura. No a todos les ha satisfecho”.

Como ya es costumbre entre el pueblo de Israel existen diferentes respuestas y posiciones a la pregunta planteada. Evidentemente en este caso dependerá de la óptica con que se mire el asunto.

Tomado del libro “Tokfo Shel Boaz” autor Boaz Fariñaz.

Fuente:hashavuabogota.com