LIDAR GRAVE LÁZI

52 supervivientes han hecho aliá en los últimos siete años, dice el director de Nefesh BaNefesh

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – A los 88 años Joseph Levkovich, un sobreviviente del Holocausto residente en Montreal, decidió arrancar su vida y hacer aliá con la ayuda de Nefesh BaNefesh. 

Dejando atrás a sus tres hijos, nietos y su cómoda vida en Canadá, Levkovich decidió dar el paso en medio del conflicto Operación Margen Protector de 2014. Quería reunirse con su nieto que ya había hecho aliá y se había alistado en el ejército israelí.”Cuando me preguntaban si no tenía miedo de venir en medio de la guerra, les contesté en yiddish: Lo que vaya a pasar con todo Israel, me va a pasar a mí, así que no tengo miedo y soy creyente“.

“Sacaron a mi nieto de Gaza en medio de la guerra – nos reunimos aquí los dos, los dos solos”, dijo. 

La decisión de hacer aliá es algo que Levkovich quiso durante muchos años, pero estando bien establecido en Canadá, lo fue posponiendo, explicó

Al fallecer mi esposa falleció, estaba un poco indeciso porque en Canadá, estaba bien establecido. Pero me dije que si no voy ahora a los 88 años, ya no lo haré nunca”.

Así, a pesar de todas las dificultades y temores, Levkovich subió a un vuelo de Nefesh BaNefesh y emprendió su viaje a Israel para comenzar un nuevo capítulo en su vida.

Tenemos una historia de desparramarnos por las naciones del mundo, a veces eso era bueno porque cuando los judíos fuimos perseguidos en un lugar, estábamos a salvo en otro”, dijo. “Pero desde que tenemos un estado, en toda mi vida no lo había habido, sólo después del Holocausto porque los supervivientes no tenían a donde ir, el lugar es Israel – un lugar judíopara seguir siendo judíos“.

“La eternidad de Israel no será olvidadala emuná (creencia) también me ayudó a sobrevivir el Holocausto”, dijo. 

Levkovich tenía sólo 13 años y vivía en Polonia cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. Con el estallido de la guerra fue separado de su familia, para no volverlos a ver nunca más, y a lo largo de los años fue trasladado de campo de concentración en campo de concentración incluido Auschwitz.

“Cada día era largo como un año, y cada día era un problema – tortura, sin comida, sin ropa, sin higiene, trabajo duro desde la oscuridad a la oscuridad. Cuando nos íbamos, estaba oscuro y cuando volvíamos estaba oscuro”, recordó. 

“En verano, teníamos que permanecer y trabajar al aire libre. Hacía calor y no teníamos un vaso de agua y vestíamos esa ropa a rayas. En invierno había tormentas de nieve, hielo, y llevábamos una gorra en la cabeza, zapatos de madera, y trabajábamos duro, nos golpeaban los de las SS que nos trasladaban de un lugar a otro – ferrocarriles, canteras, minas de sal … “, dijo. 

“La vida era muy dura y la gente caía y ya no se podía levantar”. Levkovich admite que le resulta muy difícil hablar sobre ese momento en su vida. 

“El peligro de los campos de concentración y la pérdida de toda mi familia – traté de no pensar en ello”, dijo. “Durante muchos años no podía ni siquiera hablar de ello”. “Ahora, creo que, si no cuento mi historia nadie más podrá contarla”.

Levkovich ha vivido una vida increíble. Antes de establecerse en Argentina y ser líder en su vibrante comunidad judía, ayudó a perseguir nazis evadidos de la justicia y a los huérfanos que se mudaron a Israel después de la guerra. 

Hoy, sin embargo, a la edad madura de 90, dijo que le interesa más el futuro, y se mantiene optimista. “Perder mi juventud, mi educación, mis padres, perderlo todo – es vivir con el pasado y yo estoy tratando de vivir para el futuro, por mis hijos, por mi familia, por las generaciones venideras”, dijo. 

Viviendo en Jerusalem, describe la vida como “hermosa“. 

Desde que hizo aliá ha pasado un año estudiando en el ulpán. 

Sin embargo, no todo lo que he aprendido se queda en mi cabeza”, bromeó. 

“La juventud no olvida fácilmente lo que se les enseña, pero en la vejez no se retiene“. Aún así su hebreo es bastante notable. “Cuando trato de hablar hebreo, la gente me responde en inglés – No tengo oportunidad de hablar en hebreo, pero poco a poco, lentamente y poco a poco lo estoy intentando”, dijo en perfecto hebreo. 

¿Cómo reaccionaron sus hijos a la noticia de que hacía aliá? “Sabían que estaba decidido y aceptaron la idea y les hizo feliz y vienen a visitarme muy a menudo. Todos mis hijos estuvieron aquí varias veces”. “Todos mis nietos se criaron con un espíritu sionista. Son judíos observantes, guardan el Shabat, se casan con [cónyuges] judíos y tienen a Israel en sus corazones”, agregó. 

Mirando hacia atrás, hacer aliá fue la decisión correcta. “Tengo 90 años, llevo aquí dos años y estoy muy feliz de haber tomado la decisión. Aun estando solo encontré tantos amigos y tan buenos vecinos”, dijo. 

Levkovich no es ajeno a las dificultades que implica hacer aliá y vivir en Israel. “Hace falta mucho valor para venir aquí”, dijo. 

“Nefesh BaNefesh es una organización maravillosa que realmente trata de ayudar y guiarle en la aliá. Ayudan en todos los sentidos, y dan mucha orientación. Muchos consejos”. 

“No es fácil, lo tengo que admitir, hace falta mucho coraje y algunos son muy valientes“, dijo Marc Rosenberg, director de pre-aliá en Nefesh BaNefesh a The Jerusalem Post, que en los últimos siete años alrededor de 52 sobrevivientes del Holocausto, como Levkovich, han decidido hacer aliá de América del Norte. 

Trabajamos con la gente para asegurar que tienen un plan de adaptación y están listos para la vida en Israel. Reciben atención especial para sobrevivientes del Holocausto para que sean conscientes de sus derechos y beneficios, y un sistema de apoyo para que puedan cumplir su sueño de vivir en Israel”, dijo. 

Fuente: The Jerusalem Post – Traducción: Silvia Schnessel Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico