El presidente de la Comunidades Judías de Madrid, David Hatchwell, responde a las preguntas sobre libertad religiosa, política o el papel de la ONU.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El genocidio es la peor actividad que ha ejercido nunca el ser humano, y no hay mayor ejemplo de esto que el Holocausto, con seis millones de víctimas judías. Bien lo sabe David Hatchwell Altarás, presidente de la Comunidad Judía de Madrid.

Hatchwell recibe a Actuall en su despacho para hablar sobre política, futuro y sobre todo, de libertad religiosa, especialmente escasa estos días en África y Oriente Medio. Una falta de libertad que bien tiene que ver con la indiferencia de Occidente, reflejada en las decisiones de la ONU.

Esa indiferencia puede pasar factura a Europa, que según Hatchwell se enfrente a unos retos muy serios y tiene que saber imponer sus valores, no dejarse imponer los del resto. Él ya lo avisa, “no viviré en una Europa en la que mis hijas tengan que ir con burka”.

El mundo ha cambiado mucho en los últimos 70 años, y aunque los retos son diferentes, el ser humano ha demostrado ser capaz de lo mejor y de lo peor, como lo demuestra la existencia de los nazis en la II Guerra Mundial y de Estado Islámico ahora.

70 años después del holocausto, en el que fueron asesinados seis millones de judíos, se da otro genocidio, ahora con los cristianos en África y Oriente Medio. ¿Cómo es posible?

La humanidad no aprende, desafortunadamente. El mundo quiso decir nunca más y nunca olvidaremos lo que ocurrió en 1945 pero el mundo no ha aprendido. Durante el Holocausto se demostró hasta qué punto puede llegar el ser humano a ser cruel con otro ser humano por su simple origen o creencia.

¿Cómo se puede luchar contra esto?

Lo primero que hay que hacer es identificar el problema. Y el problema tiene que ver con los locos, los bárbaros. Y luego hay que luchar contra los indiferentes. Y esa indiferencia yo la siento demasiado generalizada en nuestro Occidente.

Parece que los occidentales hemos perdido esa capacidad de luchar, esa capacidad de ver una causa, ver esa realidad y de sentir que hay que luchar contra una injusticia.

Y la segunda es que hay se muy tajante contra los extremistas. Y hay que hacerles ver que no van a ganar ellos nunca, jamás en la vida.

Para luchar contra ese extremismo ¿habría que colaborar más con las comunidades musulmanas?

Con todo el mundo. Por supuesto las comunidades musulmanas tienen también la obligación de decir que un asesinato de una personas por razón de su origen, o de su fe es inaceptable. Eso, musulmanes, cristianos, judíos, budistas,… lo que usted quiera.

Y entiendo que hay mucho temor en las comunidades musulmanas porque lo que estamos viendo hoy es sobre todo violencia musulmana. Hay que recordar que ocho de cada diez asesinatos que hay de islamistas son perpetrados contra musulmanes, lo que hace ver también por qué hay tanto miedo en las comunidades musulmanas contra los propios extremistas musulmanes.

Entonces, ¿por qué no se está ganado la batalla contra el terror?

Yo creo que hay un problema de valentía. La gente está muy ensimismada en su mundo, con su hipoteca, e intenta avanzar en un mundo en el que hay mucha información, mucha desinformación, y poca claridad de objetivos o de ideas. Y eso hace que casi nadie quiera complicarse demasiado la vida.

Lo vemos por cierto en el elemento político en nuestra propia España. Cuesta mucho que gente buena se dedique a la política. ¿Por qué? Porque nadie quiere meterse en un lío. Si yo puedo mejorar mi vida en mi día a día ya tengo suficiente.

Y hace falta que la gente sea valiente y se meta en causas justas a pesar de que son muy complicadas.

Tal vez sirva como ejemplo de esa falta de valentía que durante el congreso WeAreN2016 que se acaba de celebrar se ha pedido a la ONU que reconozca como genocidio el asesinato de cristianos y no lo ha hecho ¿Por qué? ¿Para qué sirve la ONU?

Esa es una buena pregunta. Hay una cosa que es el concepto de los que nos gustaría tener de la ONU y lo que es realmente la ONU. A mis amigos les digo que sólo hay que ver lo que ha hecho la ONU en 2015 en cuanto a resoluciones de la Asamblea General.

Ha habido 20 resoluciones contra el Estado de Israel que el único estado democrático en Oriente Medio en el que uno puede seguir tranquilamente su fe, ser gay, etc. y sólo tres resoluciones para el resto de las naciones del planeta. 20 frente a 3.

Eso demuestra una desproporción, una especie de fobia, una serie de mayorías que van formándose en las votaciones que no representada para nada la ecuanimidad, la moral ni la ética que debiera ser la ONU.

No podemos esperar de la ONU que haga esos comentarios valientes contra los genocidios que están ocurriendo. Tenemos que denunciarlo, pero no podemos esperarlo.

Siguiendo con la política, parece que esta se radicaliza cada día, incluido en EEUU.

Efectivamente, en EEUU hay una radicalización muy populista tanto hacia la izquierda como, no sé si llamarlo derecha porque Trump no es un adalid de la derecha. Y es que hay un voto muy enfadado porque los votantes sienten que no están representando los verdaderos intereses y problemas que hay que solventar. Y eso pasa también aquí, en España.

Aquí ha habido una revolución de juventud, en casi todos los partidos menos en el PP.

¿Qué consecuencias puede tener ese voto enfadado, ese populismo?

En el caso de EEUU, en el voto de la izquierda más joven hay un elemento positivo que es que jóvenes necesitados quieran ser parte del sistema a pesar de que hay gente que está votando a Berny Sanders en estas primarias que lo primero que le gustaría hacer sería eliminar el sistema.

No creo que Sanders termine siendo el candidato demócrata, puede ser que haya algún movimiento que sitúe a Sanders como vicepresidente de Hillary Clinton, cabe esa posibilidad, pero yo creo que lo hace ahora mismo pone un punto de interrogación hacia dónde va EEUU.

¿Que sea bueno para el mundo? Yo francamente diría que lo único bueno que necesita el mundo es que EEUU sea un líder para el mundo. Nos hacen falta unos EEUU fuertes, con un concepto de la mora bien claro, y que no haya un presidente que establezca una línea roja de la que no se puede pasar.

¿Y ese liderazgo será posible con Trump o Hillary en la Casa Blanca?

Yo creo que Hillary Clinton será mucho mejor presidenta potencialmente que Obama, y yo no temo a un Donald Trump como presidente. Trump como candidato es uno y como presidente sería otra cosa. Cualquier analista dirá que lo lógico es que sea Hillary la presidenta, porque hoy en día en EEUU los demócratas son el 55% y los republicanos el 45%, esos son los números.

En todo caso la clave está en que EEUU sea lo que tiene que ser. Una potencia fuerte no sólo económica y militarmente, sino también moralmente.

En el caso de Europa, ¿este auge populista en qué puede derivar?

Yo creo que Europa tiene una serie de retos muy serios y profundos con los que se va a tener que enfrentar sí o sí. Los cambios demográficos en Europa están ahí, están a la vista, vienen siendo anunciados desde hace varias décadas.

Y lo peor es que las generaciones musulmanas jóvenes europeas, nacidas aquí, no se sienten partícipes de un proyecto europeo. Y tampoco es de extrañar, porque muchos europeos no se sienten partícipes de este de este proyecto llamado Europa. Ese el primer punto a tener en cuenta.

Segundo, esa confrontación del populismo frente a esa realidad, yo creo que es necesaria. Aquí no vale que porque yo vengo de no sé qué otro país se tienen que adecuar a mí; yo me tengo que adecuar al país al que llego. Eso es la lógica en cualquier parte del mundo.

Y nuestros valores, donde hay libertad y hay un sistema jurídico garantista, deben ser aceptadas. Aquí no se puede poner ninguna ley divina sobre la ley humana. Eso es el derecho Occidental y nuestros Derechos Humanos están concebidos sobre esa base.

Cuando en Europa se da esa rendición, ¿es por una falta de valores? ¿Ha perdido Europa sus raíces?

Hay escritores que lo llaman la rendición preventiva. ‘Antes de meterme en cualquier cosa me rindo y vamos a hablar de otra cosa, si tampoco es tan importante’. Pues sí, resulta que es muy importante, porque al final decide el modelo de vida que vamos a tener aquí dentro de 10 o 20 años.

Yo no viviré en una Europa en la que mis hijas tengan que ir con burka o sus derechos sean restringidos, o no puedan vestirse de una cierta manera. Yo creo que hay que dejar una serie de principios muy claros, seamos firmes, y al que no le guste lo que tiene que hacer es irse.

En el caso de España, ¿deberían las religiones temer a un gobierno laicista formado por el frente popular?

Yo creo que no. Fíjese que la confluencia de intereses no siempre son lógicos, porque si vemos los partidos de la izquierda radical muchos se posicionan con causas radicales y musulmanas.

Sólo hay que verles manifestándose por ejemplo contra del Estado de Israel. Vemos a alguien con kufiyya (pañuelo palestino) y a otro con el pelo rasurado y una trenza, estos perroflautas. Un musulmán y otro de la radical izquierda ¿qué tienen en común? Muy poco, porque uno querría vivir en un modelo de sharia y el otro en un modelo no religioso del todo. Lo que les une que es el odio por el sistema actual.

Sinceramente, no temo a una ultraizquierda ligada a la izquierda para tomar una serie de derechos que tenemos las personas de una serie de confesiones, eso me preocupa poco.

Israel siempre ha sido un foco común para la extrema izquierda. Pero, ¿qué pasaría si no existiese Israel?

Israel es la garantía de lo que son los valores occidentales en esa parte del mundo. Y yo le aseguro que las personas que están en el resto de la zona saben que Israel es el referente, aunque no lo quieran reconocer.

Los sátrapas y los dictadores de la zona entienden perfectamente que el enemigo es Israel pero no porque Israel quiere invadirles, sino porque Israel quiere vivir su normalidad. Y ellos evidentemente se quedan en el poder oprimiendo a su población. Una población ignorante que han alimentado durante años de odio hasta que se dan cuenta de lo que tienen enfrente.

Por ejemplo, los sirios que han escapado de la guerra y llegan muertos de miedo y heridos a Israel, no entienden que se les atiendan en los hospitales gratis, y dicen cómo es posible que este sea mi enemigo.

Y es que el enemigo es el régimen de estos países árabes que quieren tener una situación de conflicto con este país. Por lo tanto, Israel representa mucho más que una barrera de contención o una serie de valores occidentales; representa una fuerza de cambio en la zona.

Fuente: Actuall