AMOS HAREL

Los generales no lo vieron venir, y si Avigdor Liberman es finalmente designado ministro de Defensa pueden esperar un camino difícil a menos de que ponga en práctica sus tendencias más extremas.

El acuerdo Netanyahu-Liberman, que fue como una puñalada para el ministro de Defensa, Moshe Yaalon, tomó por sorpresa a los altos mandos del ejército israelí y los dejó bastante preocupados. Al igual que su ministro, los generales no anticiparon la maniobra política cínica y sofisticada del primer ministro. “Conmoción y pavor”. Así definen los americanos la doctrina militar mediante la cual se aplica una fuerza abrumadora para paralizar al enemigo. Esto es lo que el Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel sintió el miércoles por la noche.

Israel ha tenido ministros de defensa sin una formación militar, como Moshe Arens y Amir Peretz, con diferentes resultados. Pero el líder de Israel Beiteinu, Avigdor Liberman no es cualquier civil. Si realmente es designado a ministro de Defensa, será el primero cuyo nombramiento será percibido como oposición con respecto a los militares. Ni siquiera Ariel Sharon, quien recibió el Ministerio de Defensa en 1981 con un historial de relaciones tensas con los generales de alto rango, tuvo un punto de partida similar.

La última instalación militar que Liberman visitó públicamente fue la aglomerada corte militar en Kastina, donde llegó a expresar su apoyo a Elor Azaria, el soldado que mató a un terrorista herido en Hebrón. Como miembro del gabinete interno en el gobierno anterior, cuando se desempeñaba como ministro de Relaciones Exteriores, Liberman solía oponerse a Yaalon, un ex jefe del Estado Mayor, y otros oficiales de alto rango, en lo relacionado a la Operación Margen Protector de 2014. La mayor parte de sus recientes declaraciones sobre temas de defensa se han centrado en críticas a Yaalon y los miembros del Estado Mayor sobre la manera de combatir el terrorismo palestino.

Probablemente el panorama catastrófico de la izquierda israelí no se presentará, ya que Liberman ha cambiado de parecer más de una vez, y posiblemente adoptaría una postura menos agresiva de acuerdo a las circunstancias y las restricciones políticas. También se puede suponer que al pasar de consejero al responsable de la seguridad y la defensa, cambiará su actitud. Pese a que una vez amenazó con bombardear la presa de Asuán, no esperen que arrastre al primer ministro Benjamín Netanyahu a una guerra con Egipto el próximo mes.

En realidad, los riesgos inherentes son otros. Cuando Liberman atacó a Netanyahu el mes pasado, el Likud respondió con una dura declaración indicando que el único proyectil que alguna vez silbó en su oreja fue una pelota de tenis. Pero el comunicado contenía acusaciones más significativas que más tarde fueron confirmadas por otros miembros del gabinete interno, diciendo que Liberman “nunca se había sentado en una reunión del gabinete de seguridad de principio a fin.” Se le ha notado una falta de atención similar durante las sesiones del Comité de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knesset y sus subcomités clasificados.

Por lo tanto, un hombre que según su historial, tiene un intervalo de atención relativamente corto y nunca ha presentado una doctrina militar coherente y razonada, ahora se hará responsable de una organización muy sensible, cargada de detalles, en la que se toman decisiones de miles de millones de dólares y se aprueban operaciones con consecuencias trascendentales para la vida humana. Se trata de un puesto muy demandante, a diferencia de cualquier función que Liberman haya desempeñado en el pasado.

El segundo motivo de preocupación tiene que ver con la actitud de Liberman hacia los palestinos. En sus declaraciones de los últimos meses, el ministro de Defensa designado ha llamado a imponer la sentencia de muerte a los terroristas, rechazó cualquier tipo de dudas acerca de las normas para abrir fuego durante ataques terroristas, ha llamado a la Autoridad Palestina un “cadáver político” y sugirió amenazar de muerte al líder de Hamas, Ismail Haniyeh, a menos que los cuerpos de los soldados israelíes capturados en la Operación Margen Protector fuesen devueltos en 48 horas.

Esta es una línea totalmente diferente de la adoptada por el ejército israelí en la actualidad. El alto mando del ejército ha sido un factor moderador cuya conducta sensata, en coordinación con la AP, ha ayudado a calmar la última ola de violencia. De lo contrario, existía el riesgo de que el terror se intensificara y como efecto secundario el gobierno de la Autoridad Palestina en Cisjordania se colapsara. Es difícil predecir cómo actuaría Liberman en tales circunstancias.

Un tercer signo de interrogación se cierne sobre las relaciones de Liberman con los generales. Como jefe del Estado Mayor hace una década, Yaalon los ha apoyado y ha sido considerado como “uno de los chicos.” En cambio, en sus diversos puestos en el gabinete, Liberman ha intentado imponerse a los altos oficiales. Como ministro de Defensa ejercería un gran poder y disfrutaría de exposición pública. Además de frecuentes sesiones fotográficas con los soldados – no hay un solo político que no disfrute y se beneficie de estas multitudes. Liberman se colmaría de halagos. El Jefe del Estado Mayor, teniente general Gadi Eisenkot tiene un gran respeto por los símbolos del Estado y una profunda comprensión de la función del ejército en una democracia. Ni él ni sus generales renunciarían por la designación de un ministro de Defensa que no es exactamente de su gusto. Pero Eisenkot no es alguien que se somete ante la agresión o los intereses ajenos. A largo plazo, existe la posibilidad de un choque.

Según los informes, Netanyahu estaba considerando ofrecer a Yaalon la cartera del Ministerio de Exteriores – el primer ministro es actualmente el canciller – como compensación. Sería un poco extraño ver a Yaalon volar por el mundo hablando del proceso de paz luego de haber descartado cualquier posibilidad de avanzar en las negociaciones con el presidente palestino, Mahmoud Abbas. Pero más que eso, parece que este hombre decente y responsable tendrá dificultades para limpiarse la cara después de que Netanyahu le escupe pretendiendo que no ha pasado nada.

Quizás Yaalon declarará un alto el fuego, esperar el momento oportuno y planeará su regreso como una alternativa al régimen sin fin de Netanyahu. Sin embargo, siempre existe el peligro de que nadie recuerde llamarlo de regreso de su desierto político.

Fuente: Haaretz

Traducción y adaptación: Esti Peled

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