TONY BADRAN

Luego de la misteriosa muerte del alto comandante militar de Hezbola, Mustafá Badreddine en Siria la semana pasada, continúa girando la especulación sobre la identidad de su posible sucesor. La teoría prevaleciente sostiene que su rol recaerá en Ibrahim Aqil y/o Fuad Shukr, miembros de rango del consejo militar de Hezbolá y veteranos del grupo y su aparato de seguridad. Sin embargo, un informe en el londinense Asharq al-Awsat el martes, citando fuentes libanesas anónimas, afirmó que Hezbolá había decidido nombrar a Mustafá Mughniyeh, el hijo de su ex comandante militar, Imad Mughniyeh, como reemplazo de Badreddine.

Yihad, el hermano de Mustafá fue ejecutado el año pasado en un ataque israelí mientras estaba en una caravana con altos funcionarios iraníes y de Hezbolá en Quneitra. A diferencia de Yihad, quien era visto frecuentemente en público y en fotos, se sabe poco sobre Mustafá.

Según el investigador israelí Ronen Solomon, Mustafá era cercano a su tío recientemente fallecido, Mustafá Badreddine, y puede haber estado involucrado en su equipo de seguridad (Imad Mughniyeh y su hermano en un momento manejaron la seguridad del fallecido Ayatola Muhammad Hussein Fadlallah). En otras partes en la prensa árabe, se alegó que Mustafá Mughniyeh había sido asignado al frente en las Alturas del Golán luego de la desaparición de su hermano. Esta decisión fue tomada presuntamente por el jefe de Hezbolá, Hassan Nasrallah y Qassem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica.

Es curiosa la mención de Soleimani en este contexto. El famoso general iraní aparentemente había tomado bajo su ala al fallecido Yihad Mughniyeh. Yihad, quien había sido enviado a Irán, fue visto junto a Soleimani en el funeral de la madre del general en el 2013. Un informe en la agencia estatal de Noticias Fars en la época describió las exhibiciones de afecto de Soleimani hacia el joven, y destacó que Yihad estuvo de pie “como un hijo” al lado de Soleimani. Luego de la ejecución de Yihad, la oficina del Líder Supremo, Ali Khamenei, publicó fotos de Yihad reunido y abrazando a Khamenei.

La historia de la familia Mughniyeh con los iraníes se remonta a los primeros días, aún antes de la victoria de la revolución islámica. Cuando Imad Mughniyeh era un adolescente en Líbano, fue reclutado por los revolucionarios que más tarde capturarían el poder en Irán y formarían el CGRI. Los iraníes han levantado una lápida para Mughniyeh en el cementerio Behesht-e Zahra de Teherán y emitieron una estampilla conmemorándolo. Por lo tanto es fácil comprender por qué el liderazgo iraní jugó con la imagen del joven Yihad.

Aunque Yihad obtuvo toda la publicidad, no fue el único hijo de los comandantes fundadores de Hezbolá en recibir la atención de Soleimani. Cuando Hassan Laqqis, otro alto comandante de la primera generación de cuadros de Hezbolá, fue eliminado fuera de su departamento de Beirut en el año 2013, surgió que su hijo, Hussein, fue también un tema de posible interés iraní. Él también, fue a Irán, donde fue celebrada una ceremonia para su padre caído (quien solía ser un ayudante del Ministro de Defensa de Irán, Hossein Dehghan, cuando él lideró al CGRI en Líbano), y él también posó en fotos con Soleimani.

Por último, la organización de medios pro-Hezbolá Al Akhbar afirmó, en un informe más bien hagiográfico el lunes, que cuando Soleimani rindió sus respetos a la familia Badreddine en su casa de Beirut, dijo supuestamente a Ali, el hijo de Badreddine, “seguirás el camino de tu padre y te convertirás, como él, en un modelo para tu generación y para todos los hombres jóvenes.”

Ahora, Ali es todavía un niño, y esta historia podría simplemente ser un agregado a la tradición de martirio de Hezbolá. Sin embargo, dejando a un lado que estos son los hijos de la primera generación de comandantes de Hezbolá que se han vuelto leyendas para los fieles del partido, la idea de los iraníes cultivando directamente a los cuadros jóvenes es  nueva. Después de todo, Yihad Mughniyeh tenía 16 años de edad cuando fue eliminado su padre y fue puesto bajo el foco. Y de hecho su propio padre, Imad, estaba en su adolescencia cuando estuvo trabajando con los iraníes a fines de la década de 1970. Los iraníes lo cultivaron como el activo más cercano y leal.

El caso de Hassan Nasrallah también es ejemplo de cómo los iraníes han moldeado en forma directa al liderazgo de Hezbolá. En 1989, Nasrallah partió de Líbano hacia Irán, adonde Ali Akbar Mohtashami, el ex embajador iraní ante Siria y una figura crucial en establecer a Hezbolá, llevó a Nasrallah de 29 años ante Khamenei, quien lo tomó como protegido. Más tarde ese mismo año, Khamenei sucedió a Ruhollah Khomeini como Líder Supremo. Y tres años más tarde, cuando fue eliminado el entonces secretario general de Hezbolá, Abbas Musawi, Nasrallah fue nombrado como el nuevo jefe, pasando por encima de miembros más antiguos.

Lo cual nos trae de regreso a Mustafá Mughniyeh. Aún no está claro si él asumirá un rol principal, por no hablar como reemplazo de Badreddine. Pero, hay muy buenas razones para creer que está siendo promovido por los iraníes.

“Con los grandes líderes de primer nivel como Mughniyeh y Badreddine ahora muertos, sólo queda un número limitado de comandantes de la generación fundadora”, destaca Shimon Shapira, el experto israelí en Hezbolá. “Ahora estos veteranos restantes como Aqil y Shukr y Talal Hamiyeh formarán la nueva cadena de mando.” La nueva generación de Mustafá Mughniyeh, agrega Shapira, “todavía carece de experiencia y capacidades operativas.”

Sin embargo, vincular a los vástagos de la primera generación con Soleimani, y publicitar su ascenso en la estructura de mando del partido, ofrece una sensación de continuidad a lo largo de su genealogía y apellidos legendarios. Como escribí en “La Historia Secreta de Hezbolá”, Irán siempre determinó la estructura y jerarquía de Hezbolá, “la Revolución Islámica en Líbano.” Y a medida que desaparece la primera generación de comandantes veteranos, los iraníes están cultivando a sus hijos para que continúen en el camino de sus padres.

Fuente: The Weekly Standard
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México