THE WALL STREET JOURNAL

Sanders pone voces hostiles en el comité de la plataforma del partido.

Hace no mucho tiempo los demócratas eran el partido pro-Israel de Estados Unidos. Harry Truman reconoció a Israel instantes después que el estado judío declaró la independencia en 1948. JFK vendió misiles anti-aéreos avanzados a Jerusalem, terminando un embargo estadounidense de facto. Bill Clinton fue célebremente cercano al fallecido primer ministro israelí Yitzhak Rabin.

Si ese partido no está muerto, está cerca. Esta semana Bernie Sanders nombró a James Zogby del Instituto Estadounidense-Árabe y al profesor Cornel West para el comité de redacción de la plataforma del partido. Se espera que el par presione duro por una posición más “imparcial” en el conflicto israelí-palestino, lo que en la práctica significa denunciar a Israel en cada oportunidad.

West ofreció una muestra de su imparcialidad en Facebook en el año 2014 durante la última guerra de Israel con Hamás. “Que no nos engañen,” escribió. “¡La masacre israelí de palestinos inocentes, especialmente los preciados niños, es un crimen contra la humanidad! Los cohetes de Hamas de hecho son moralmente errados y políticamente ineficaces—pero estos crímenes palidecen frente a las matanzas israelíes de civiles inocentes apoyadas por los Estados Unidos.”

Zogby ha respaldado en forma prominente al movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra Israel, llamándolo “una respuesta legítima y moral a la política israelí.” El BDS ha ganado fuerza en los últimos años en los campus universitarios, donde la victimología palestina actúa bien y los estudiantes son engañados fácilmente acerca de las causas del conflicto árabe-israelí.

Estas opiniones van mucho más allá de los límites usuales de la crítica justa de Israel. Ningún otro país—incluido un ocupante genuino como China en Tibet—está siendo señalado para boicots en la forma en que lo está siendo Israel. La sugerencia que Israel “masacra” en forma deliberada a palestinos inocentes es falsa, basada en todo lo que sabemos sobre la restricción militar y prácticas de guerra de Israel. Si los palestinos quisieran terminar la ocupación de Israel, podrían haber tomado el acuerdo que se les ofreció en Camp David en el año 2000, cuando Bill Clinton era Presidente.

Los demócratas pro-Israel podrían contestar que West y Zogby son sólo dos de un panel de 15 personas, Hillary Clinton ha adoptado una línea más convencional. Pero no hay contradicción alguna en la inclinación cada vez más anti-Israel de la política progresista. Una encuesta de Pew de abril encontró que aunque los demócratas moderados todavía simpatizaban con Israel sobre los palestinos por un margen de 53% a 19%, los demócratas que se auto-identificaban como liberales ahora se inclinan por los palestinos, 40% a 33%.

Incluso la Sra. Clinton es sólo moderada con respecto a Israel cuando se la compara con la izquierda demócrata. Su Departamento de Estado fue famoso por sus denuncias de Israel, y algunos de sus más estrechos asesores a menudo son más rápidos en denunciar la defensa propia israelí que el terrorismo palestino.

La vergüenza de todo esto es que el apoyo a una democracia liberal robusta como Israel debe llegar naturalmente al Partido Demócrata. La última vez que controlamos, era mejor ser una mujer, homosexual, ambientalista o disidente político en Tel Aviv que en Gaza. Mientras escriben la plataforma de su partido, los demócratas podrían preguntar por qué Israel, el único país meso-oriental que comparte plenamente sus valores, debe ser al que ellos más buscan condenar.

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México