LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Ante la pérdida de entre 30.0% y 40.0% del territorio que el Estado Islámico (EI) arrebató a Irak (en el Noreste) y parte de Siria, en el que fundó su Califato en junio del 2014, este Ejército terrorista ha desatado recientemente una campaña de atentados suicidas en Bagdad, la capital de Irak.

También ha influido en la ejecución de los atentados el hecho de que el EI ha perdido atractivo para reclutar afiliados; los atentados son un mecanismo para llamar la atención a potenciales miembros del EI, particularmente entre los jóvenes. De acuerdo al órgano de propaganda del EI, Amaq, hasta abril pasado el EI habría perpetuado 337 atentados suicidas, a este total habría que agregar los de mayo en Bagdad, que provocaron más de 200 muertes.

Los actos terroristas han agravado la crisis política que vive Irak por las pugnas entre diferentes partidos y la rapacidad de sus integrantes con los recursos públicos. Decenas de miles de ciudadanos han realizado manifestaciones exigiendo solución a sus carencias. Por lo demás, las finanzas públicas se han visto seriamente afectadas por la caída de 40.0% de los precios del petróleo en el último año. Irak es un importante productor de hidrocarburos y posee la segunda reserva petrolera más grande del mundo.

Históricamente la sociedad iraquí ha estado fracturada entre las diversas comunidades que la integran; del total de la población, alrededor de 35 millones de personas, el 60.0% son chiitas, contrario a lo que sucede en el mundo musulmán en el que los sunnitas constituyen el 90.0%; en Irak estos últimos representan el 35.0%, incluyendo a 6 millones de kurdos. Los conflictos entre chiitas y sunnitas tradicionalmente se han centrado en sus diferencias en la interpretación del Islam, empero, en este momento los enfrentamientos tienen que ver con el petróleo; los sunnitas asentados principalmente en el sur del país, quieren participar de los beneficios petroleros de los chiitas que viven en el Noreste. Por lo demás, los sunnitas fueron apoyados por el dictador Sadam Husein, mientras que los chiitas eran perseguidos por este; ahora estos últimos están en contra de los sunnitas; a su vez los chiitas son objetivo principal de los ataques del EI cuyos integrantes son sunnitas.

La creación del Califato del EI ha alentado las aspiraciones de independencia de los kurdos de Irak que comparten con los chiitas el Norte de ese país y en general, de los que viven en Turquía y Siria, principalmente. Los kurdos constituyen la etnia más grande del Medio Oriente con una población estimada entre 55 y 60 millones de personas, casi la mitad vive en Turquía. La guerra interna que se registra en Irak está llevando a su desintegración y el surgimiento de tres regiones independientes: el Califato del EI, la chiita, controlada por el gobierno y la región autónoma kurda.

Con el apoyo de los bombardeos aéreos realizados por la Coalición Internacional, liderada por EUA, las fuerzas iraquíes han avanzado este año y han liberado el territorio central que tenía el EI; entre otras ciudades han recuperado la de Ramadi, la capital provincial de Ámbar y otras localidades en el Valle del Éufrates.

El primer ministro de Irak, Haider al Abadi (HA), que asumió esta posición en agosto del 2014 y que es destacado dirigente del partido Islamista Chiita Al Dawa para recuperar la ciudad de Faluya a solo 65 km. de Bagdad, que fue tomada por el EI desde enero del 2014, en el presente solo viven en ella una cuarta parte de los 300 mil habitantes que allí radicaban antes de la guerra y que enfrentan una preocupante escases de alimentos, ha iniciado una escalada militar. No obstante, el principal objetivo de la misma es la toma de Mosul, principal enclave del EI. Mosul es la tercera ciudad más importante de Irak, después de Bagdad y Basora. Las milicias chiitas de Irak están apoyadas financieramente por el Irán chiita. La población de Irak muestra recelo de la escalada militar debido a los excesos que se han cometido con anterioridad.

Analistas militares se cuestionan si las fuerzas iraquíes y sus aliados internacionales (la Coalición) serán capaces de acabar con la presencia del EI en Faluya y Mosul. Existe el riesgo de que millones de personas se vean precisadas a desplazarse y busquen refugio en Europa; antes de la aparición del EI existían un millón de desplazados en Irak debido a la violencia sectorial que se registró en ese país entre el 2006 y el 2008. Cuando el EI apareció en el mapa de la guerra, el número de desplazados se elevó a 3.4 millones, la mayoría sunnitas. Se considera que si el gobierno de Irak no tiene suficientes recursos para la ofensiva podrían haber otros tres millones de desplazados.

La escalada iraquí aumenta la inestabilidad del Medio Oriente, afectado por la guerra civil de Siria que iniciada en el 2011 ha causado 300 mil muertos, 6.5 millones de desplazados internamente y más de 4 millones de refugiados en otros países; 13 millones de sirios requieren de ayuda alimentaria inmediata. La guerra en Siria ha registrado un giro importante en las últimas semanas porque los ataques se dirigen a objetivos civiles; media docena de instalaciones médicas han sido destruidas; acciones contrarias al Derecho Internacional que prohíbe los ataques a hospitales e instalaciones médicas; lo que está sucediendo en Siria es ya calificado como crímenes de guerra. Cabe mencionar que los sunitas de Siria que están contra el Presidente Bashar el Assad, apoyan a los sunnitas de Irak.
La situación se complica en Siria. El pasado 14 de mayo el EI en un ataque a la base aérea T4, cerca de la ciudad de Palmira, en el centro de Siria, que ha sido recuperada del EI en fecha reciente, destruyó 4 helicópteros rusos de ataque Mi-24 y 20 camiones cargados de municiones.

Los atentados terroristas también se multiplican en Turquía, su origen el EI y el Partido Kurdo de los Trabajadores. Igualmente el EI, asumió el 23 de mayo pasado la autoría del doble atentado en la ciudad yemení de Aden, al sur de esa nación, en el que murieron 41 aspirantes a ingresar al ejército; el ataque de Aden, se produjo tras una operación militar contra los yihadistas en regiones del sur y del sureste de Yemen.

En este marco, la inclusión del partido ultraderechista, Israel Beiteinu, con su líder Avigdor Lieberman como ministro de Defensa, en la coalición que encabeza Benjamin Netanyahu en el Parlamento israelí, aleja la posibilidad de reanudar las negociaciones de Paz entre Israel y los palestinos, y a la profundización de las medidas antiterroristas contra estos últimos. El Medio Oriente es un polvorín que en cualquier momento puede estallar.