NELLY HUSNY SMEKE PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

El uso desalmado de menores de edad para la guerra, los conflictos bélicos, guerrillas y grupos terroristas no ha desaparecido, sigue siendo una práctica ampliamente utilizada en nuestra actualidad.

A pesar de los grandes cambios y adelantos en el mundo, la utilización de niños soldados es una industria que, inclusive, diversos actores estatales siguen llevando a cabo.

Según estudios de la ONG Humanium, encargada de velar por los derechos de los infantes en el mundo, señalan que hoy en día hay entre 250,000 a 300,000 niños soldados en el mundo.

Los niños soldados son menores de edad, alistados a partir de los 10 años de edad, en promedio. Muchos de ellos son reclutados voluntariamente pero muchos más forzosamente. De ambas maneras, estos menores siguen siendo víctimas de prácticas arcaicas, desalmadas e irracionales, de una cultura que no respeta los derechos innatos del ser humano, pero sobre todo, víctimas de la ceguera internacional.

A pesar de los grandes esfuerzos de diversas OG’s y ONG’s por detener estos delitos  continúan estas prácticas que violan la ley internacional que atacan y vulneran los derechos de los niños, así como su integridad física, intelectual y psicológica; arriesgando y comprometiendo no solo su vida, sino el futuro a construir. Urge la ayuda y el compromiso real de los principales actores internacionales, de esos “estados líderes”, que luchan por un mundo mejor. Esta problemática internacional, es un tópico ignorado por muchos, y desconocido por otros más.

Los niños soldados son principalmente reclutados en escuelas, orfanatos, iglesias, estadios o campamentos de refugiados; son evaluados según sus capacidades físicas, así como aptitudes y pruebas de lealtad. La lealtad, en la mayoría de los casos, se prueba cuando el menor aniquila a sus propios familiares o amigos en presencia de su reclutador. Los menores son maltratados, torturados, golpeados y abusados sexualmente.

Las funciones de los niños soldados son diversas. Esclavos sexuales, guardias, espías, verdugos, detectores de minas en los campos, mensajeros, cargadores y demás.

Los niños son mucho más manipulables que los adultos, por eso se buscan a los menores, pues son más obedientes y al parecer más fuertes y resistentes ante ciertas dolencias. Al ser menos conscientes de los peligros, de la vida y la muerte, se vuelven los soldados perfectos, Máquinas asesinas.

Diversas organizaciones internacionales han dictaminado, tras sus estudios, que la mayoría de los reclutamientos de niños se da de forma voluntaria. Las causas son varias: la pobreza, la falta de educación, el temor, la falta de protección y seguridad hacia la población vulnerable, el entorno familiar, la evasión de su realidad y condición de vida, lealtad e identidad hacia su comunidad y la voluntad y el apoyo de sus padres por la causa.

Como Human Right Watch lo declaró, el reclutamiento de menores de edad, en las fuerzas de combate estatales o de insurgencia, es en muchos casos una practica aprobada por los mismos padres de familia que, a cambio de mandar a sus hijos a la guerra, reciben módicas sumas de dinero. Véase el actual conflicto en Yemen y las fuerzas progubernamentales y hutíes.

La variante en la utilización de niños soldados, que más circula en las noticias y redes sociales, debido a la gran propaganda que se le produce, es el caso de los grupos terroristas musulmanes.

En el caso concreto de las células terroristas, se puede ejemplificar esto, en el reclutamiento tanto voluntario como forzoso de menores, por parte de Hamas, del Estado Islámico, Boko Haram, entre otros.

Se han hecho virales diversos videos y fotografías donde los niños son adiestrados en campamentos especializados por estos terroristas. Se ha evidenciado la utilización de menores de edad para fungir como verdugos, asesinos y máquinas sanguinarias.

Utilizados para desmantelar campos minados, con consecuencias irreparables, mutilaciones e incluso la muerte. Se les administra drogas para lograr un alto rendimiento. Los niños no tienen la opción de salirse de esto y de huir.

Hace tan solo unos días fue capturado el yihadista más temible del EI, el llamado “bulldozer” un verdugo siniestro encargado de decapitar y mutilar sobre todo a los niños para evitar el abandono de las filas del EI.

Estos niños, el “futuro del mañana”. Separados de sus hogares, con su infancia e inocencia truncada; sufriendo física y emocionalmente. Aprendiendo a vivir en un mundo de odio, oscuridad y muerte. Adquiriendo lesiones, traumas y daños irreparables, si es que llegan a sobrevivir.