DR. EFRAIM HERRERA
Durante 1.300 años de dominio musulmán en esta región, Jerusalem no fue ni una sola vez capital de un califato. Los gobernantes fatimíes y otomanos incluso eligieron Ramla como su capital local. 

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – En 1845, en vísperas del sionismo, sólo 15.000 personas vivían en Jerusalem, cerca de la mitad de ellos judíos.

Jerusalem Este bajo dominación jordana.
Jerusalem Este bajo dominación jordana.

En contraste con la idea generalizada, Jerusalem no se menciona en el Corán – ni por el nombre árabe de al-Quds, ni por al-Maqdis, como la ciudad es más comúnmente conocida en la literatura árabe. Esto es más sorprendente a la luz del hecho de que docenas de pasajes del Corán se basan en historias de la Biblia hebrea y la literatura rabínica, en los que Jerusalem se menciona en innumerables ocasiones. Relativamente más adelante, algunos eruditos islámicos señalaron que ”Al-Aqsa”, la mezquita “más lejana” – desde donde el Corán dice que el profeta Mahoma ascendió al cielo – se encuentra en Jerusalem.

En la tradición islámica Jerusalem es llamada “primera de las dos direcciones” (de la oración), y “la tercera de los dos santuarios sagrados”. De acuerdo con la interpretación aceptada del primer nombre, Muhammad inicialmente marcó Jerusalem como dirección de la oración, pero más tarde indicó a sus seguidores orar hacia la Meca a la vez que les prohibía orar en dirección a Jerusalem. El significado del segundo nombre es que en el Islam hay dos lugares sagrados, La Meca y Medina. Jerusalem es degradada de este modo casi en su totalidad a lo largo de la historia islámica.

Los judíos de Jerusalem Este forzados a abandonar la ciudad por la Puerta de Sion en la Ciudad Vieja por orden de los jordanos.
Los judíos de Jerusalem Este forzados a abandonar la ciudad por la Puerta de Sion en la Ciudad Vieja por orden de los jordanos.

Durante 1.300 años de dominio musulmán en esta región, ni una vez fue Jerusalem capital de un califato. Los gobernantes fatimíes y otomanos incluso eligieron Ramla como su capital local. En 1845, en vísperas del sionismo, sólo 15.000 personas vivían en Jerusalem, cerca de la mitad de ellos judíos. Desde 1949 hasta la Guerra de los Seis Días en 1967, los reyes jordanos ni la hicieron su capital ni la promovieron. La zona de la explanada del Muro Occidental, donde según varios estudiosos islámicos Muhammad ató su caballo mitológico, Buraq, estaba en tal estado de deterioro, que se utilizaba como vertedero de basura en vez de lugar sagrado para peregrinos musulmanes de todo el mundo.

Aun así, Jerusalem se destacó por su importancia en el Islam en dos ocasiones: En primer lugar, cuando un sultán musulmán necesitó crear un contrapeso al sultán que gobernaba la Meca. La otra ocasión fue cuando la ciudad fue gobernada por no musulmanes. Cuando los cruzados conquistaron Jerusalem por primera vez, comenzó a aparecer la literatura religiosa que exalta la ciudad y su santidad. Ibn Taymiyyah, el preeminente erudito islámico y teólogo del siglo 13 y antepasado del actual Islam radical, prohibió jurar lealtad a la ciudad y la prohibió como destino de peregrinación adicional a la Meca (Haj), decretando que cualquier persona que lo hiciera sería condenado a muerte.

El 7 de junio de 1967 la ciudad fue liberada en plena Guerra de los Seis Días.
El 7 de junio de 1967 la ciudad fue liberada en plena Guerra de los Seis Días.

En nuestros tiempos, con el regreso de Jerusalem al dominio judío después de 2.000 años en el exilio, “Al-Quds” es una vez más de mayor importancia para los musulmanes. Como consecuencia de esta importancia fabricada es imperativo religioso fundamental: el derecho de expulsar a los “infieles” de “Dar al-Islam” (la casa del Islam); o en otras palabras, cualquier extensión de tierra que una vez estuvo bajo dominio musulmán.

UNESCO dictaminó recientemente que el Monte del Templo y el Muro Occidental son sitios palestinos. Esta decisión, que fue vergonzosamente apoyada por muchos países occidentales, apenas anima a los musulmanes en su búsqueda tendenciosa por eliminar la soberanía israelí en Jerusalem, la capital eterna del pueblo judío. No nos engañemos: Para ellos, esto no es más que el primer paso en el camino hacia la destrucción del Estado de Israel.

El Dr. Efraín Herrera es autor de “Jihad – Fundamentos y fundamentalismo”.

Fuente: Israel Hayom – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico