PINHAS INBARI
Luego del acuerdo de reconciliación de Israel con Turquía el 26 de junio del 2016, se prestó atención a la participación de Turquía en Gaza y cómo esta puede influenciar a Hamas. Pero no se prestó atención a la participación que se estaba profundizando de Turquía en Jerusalem oriental y en las mezquitas sobre el Monte del Templo en particular.
La semana pasada estalló la violencia en el Monte del Templo, y entre los alborotadores arrestados hubo tres ciudadanos turcos que llegaron como turistas a Jerusalem. No es nuevo que Turquía levante su perfil sobre el Monte del Templo. Los partidarios de Turquía, principalmente de los manifestantes árabes israelíes del Movimiento Islámico en Israel del Jeque Raed Salah, han llevado banderas turcas en el pasado, y han sido pegadas calcomanías de banderas turcas sobre las paredes de los edificios de la plaza de la mezquita.
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Además, las instituciones religiosas de Turquía están adquiriendo propiedades religiosas en Jerusalem Oriental, especialmente lugares con vínculos con la historia otomana en Jerusalem.
Turquía un día puede exigir algún tipo de estatus oficial en Jerusalem Oriental. No está invirtiendo en Jerusalem para nada.
Esto, por supuesto, es un desafío para Israel, pero no lo es menos para Jordania. Cualquier ganancia para Turquía sobre el Monte del Templo llegará inevitablemente a costa de Jordania. Este no es un caso de especulación. Hace muchos meses, le fue dada una bienvenida de rey en la plaza de la mezquita al ministro de asuntos religiosos de Turquía, mientras que dos días después los líderes religiosos jordanos que llegaron fueron expulsados en forma violenta.
La participación de Turquía en Gaza debe ser preocupante para Israel, pero su participación en Jerusalem no debe serlo menos.
*Pinhas Inbari es un corresponsal veterano en asuntos árabes que anteriormente informó para Radio Israel y el diario Al Hamishmar, y actualmente se desempeña como analista para el Jerusalem Center for Public Affairs.
Fuente: The Jerusalem Center for Public Affairs
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México
