ועתה, אם-שמוע תשמעו בקולי, ושמרתם, את-בריתי – והייתם לי סגולה מכל-העמים, כי-לי כל-הארץ. ואתם תהיו-לי ממלכת כוהנים, וגוי קדוש

Ayer explicamos que la entrega de la Torá puede ser comprendida también como la celebración de un contrato entre HaShem, y Su pueblo elegido, Israel. Los sabios profundizaron esta comparación diciendo que en este sentido la entrega de la Torá fue como la entrega de la Ketubá, el contrato de matrimonio, que el marido entrega a la mujer en el momento del casamiento.

RAB YOSEF BITTÓN

Cuando HaShem presentó al pueblo de Israel los términos de este contrato dijo (Shemot 19: 5-6) “Y ahora, si ustedes aceptan escuchar Mis mandamientos y mantener un pacto conmigo, se convertirán para Mí en un tesoro (segulá) entre todos los pueblos… y ustedes serán para Mí un reino de sacerdotes (mamlejet kohanim) y una nación consagrada (goy qadosh)”.

Comprender estos tres conceptos, segulá, mamlejet kohanim y goy qadosh es esencial no sólo para entender la esencia de Shavu’ot sino también la naturaleza del pueblo de Israel.

Segulá:

La Tora dice que al aceptar el pacto nos convertiremos en la “segulá” de HaShem. ¿Qué significa “segulá”? La palabra segulá aparece muy pocas veces en el Tanaj. En Dibré haYamim (I, 29: 3) “segulá” indica un tesoro. Dirigiéndose al pueblo de Israel, el rey David dice que él ha asignado las reservas de oro y plata de su reino para construir el Bet-haMiqdash, y luego agregó: “Además [de las reservas reales asignadas], en mi deseo [de construir] el Templo para mi Dios, voy a donar también mi tesoro personal (=segulatí) de oro y plata para el Templo…”. El rey David llamó a su tesoro personal “segulá”.

Ser el pueblo “segulá” de HaShem significa literalmente ser el bien más precioso de Dios. Su posesión “privada”. Con esta hermosa y profunda metáfora la Torá nos quiere indicar que HaShem se compromete a cuidarnos y protegernos de la misma manera que un hombre protege su tesoro privado, su posesión más valiosa. Esto nos asegura que el pueblo judío, como nación, nunca desaparecerá. Israel será “atesorado” y protegido directamente por Dios. Contra todo pronóstico, y después de haber sido perseguidos desde tiempos inmemoriales por casi todos los pueblos y civilizaciones de la historia, todavía estamos vivos como nación, gracias a la más poderosa Segulá: la supervisión directa de HaShem sobre Su Pueblo Israel.

Mamlejet Cohanim

El segundo concepto, mamlejet cohanim, significa que el pueblo judío está llamado a ser una nación “de sacerdotes”.

Como sabemos, los judíos estamos divididos en Cohanim (sacerdotes), levem (levitas) e Israel. Los Cohanim / sacerdotes son los Yehudim que solían dedicarse exclusivamente al servicio de Dios. En los tiempos del Bet haMiqdash los Cohanim tenían varias funciones muy específicas.

1. Eran los maestros del pueblo judío. Antes de la destrucción del segundo templo no existía el concepto de “rabino”. Durante siglos, los encargados de preservar y principalmente enseñar la Torá al pueblo de Israel eran los Cohanim. Los Cohanim eran los maestros de Am Israel.

2. Los Cohanim también estaban a cargo de las principales operaciones del Bet haMiqdash. Se dividían en 24 guardias (mishmarot) y se ocupaban de todas las tareas concernientes a los sacrificios diarios (qorban hatamid) y de las festividades. Los Cohanim eran los servidores más cercanos a Dios en los campos de la educación y el servicio religioso.

3. Pero por estar más cerca del servicio a Dios, los Cohanim tenían más responsabilidades y más limitaciones que los judíos comunes. Hay un importante número de restricciones relacionadas con el matrimonio o el duelo que aún hoy se aplican exclusivamente a los Cohanim. El privilegio de servir a Dios implica un mayor nivel de obligaciones (“nobleza obliga”).

Ahora podremos entender mejor qué significa que el pueblo de Israel es designado como una nación de “Cohanim”. En cierto sentido el pueblo judío fue elegido para ser respecto al resto del mundo, lo que los Cohanim son respecto al pueblo de Israel.

Comencemos por el final

1. El pueblo judío tiene más obligaciones y restricciones que los no judíos. Mientras que la Torá indica que un Yehudí debe cumplir 613 preceptos, un gentil sólo tiene que cumplir 7.

2. El pueblo judío fue designado para dedicarse al servicio de HaShem. Tan cerca nos sentimos de Él que en nuestras Tefilot (plegarias) nos dirigimos a Él en la segunda persona del singular: no usamos el “Usted” sino el “Tú” (Bendito eres Tú, HaShem….).

3. Nuestra misión “global” como pueblo elegido es enseñar al resto del mundo sobre la existencia de Dios. No con palabras, discursos ni proselitismo, sino con nuestro ejemplo. Cada Yehudi debe ser un modelo a imitar, la inspiración para el resto del mundo (or lagoyim). Cuando esto ocurre y los gentiles ven que los judíos procedemos con integridad y decencia, y cuidamos con devoción nuestros principios religiosos, entonces estamos cumpliendo nuestra misión global, “Qiddush haShem”, santificación del nombre de Dios. Cuando nuestro justo proceder inspira a reconocer la presencia y la voluntad de HaShem en este mundo.

Fuente:halajá del día