Muy cerca de la frontera entre Israel y el Líbano, Hezbolá tiene una preocupante colección de más de 130 mil cohetes, misiles y morteros que apuntan a Israel. Se trata de un arsenal más grande que el de todos los países de la OTAN (excepto Estados Unidos) combinados.

Pero, ¿para qué necesita Hezbolá un arsenal ofensivo más grande que el de toda Europa Occidental?

“No acumulas 130.000 misiles si no tienes intención de utilizarlos”, dice Matthew Levitt, un experto en contraterrorismo para el Instituto Washington para la Política de Oriente Próximo.

Hezbolá es una organización terrorista ubicada en Líbano que recibe financiamiento del régimen iraní.

El arsenal de Hezbolá cuenta con alrededor de 700 misiles de largo alcance, cohetes como Fateh-110 y Scud D. Estos misiles podrían derribar edificios enteros en Tel Aviv o Jerusalem, causar estragos en las principales bases militares de Israel, matar a miles de civiles israelíes, y provocar el cierre de aeropuertos y puertos del país, además de inhabilitar la red eléctrica. Y estos daños podrían ser ocurrir apenas en la primer semana de un potencial conflicto.

Yaakov Amidror, quien fuera general de división en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), explica que el misil M-600 es un misil balístico muy preciso que pesa más que un Hummer H2 y lleva una ojiva formidable. El M-600 también puede desplegar armas químicas. Una sola ojiva del M-600 podría acabar con una buena parte de Times Square. Hezbolá tiene una gran cantidad de M-600.

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Amidror, ex asesor de seguridad nacional de Israel, declara “No estamos buscando guerra, pero supongamos que Hezbolá lanza un misil avanzado en la Kirya, (la sede militar de la FDI), o un gran complejo de departamentos en Jerusalem y nuestra tecnología de defensa encuentra rápidamente el punto de lanzamiento. Pero se encuentra justo debajo de un edificio residencial de 22 pisos en Beirut”.

“No acumulas 130.000 misiles si no tienes intención de utilizarlos”, dice Matthew Levitt, un experto en contraterrorismo para el Instituto Washington para la Política de Oriente Próximo.

“Tenemos pocos minutos para actuar”, explica Amidror. “Las FDI tendrán que atacar el punto de lanzamiento porque el siguiente misil podría causar un daño enorme en Israel.

Casi con toda seguridad se atacaría el edificio, y las imágenes de la prensa internacional serán horribles. “Pero”, se pregunta Amidror, “¿qué alternativa tenemos?”

No muchas, ya que el edificio en el escenario descrito sería un objetivo militar legítimo. Así lo afirma un grupo de abogados expertos en leyes internacionales.

“Una vez agotados todos los esfuerzos posibles para reducir el riesgo civil, los comandantes de las FDI deben resolver la cuestión decisiva: ¿Es el potencial de daño a los civiles excesivo en comparación con las ventajas que el ataque proporcionaría?

Cuando se habla de un M-600 en las manos de un enemigo y amenazando a la población civil, incluso si ese edificio se encuentra lleno, atacar a este blanco será necesario para mitigar la amenaza “.

“La comunidad internacional verá las imágenes y verán que la causa inmediata de la destrucción son bombas israelíes. Pero, el tema aquí, tanto legal como moralmente, es que la culpa de estas trágicas consecuencias racaerá exclusivamente en Hezbolá” sentenció.

Fuente: Weekly Standard