NELLY HUSNY SMEKE PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Después del atentado en Orlando, donde un ciudadano americano de origen afgano con presuntos vínculos y afiliaciones a diversas células terroristas islámicas; le quitó la vida a 49 personas y dejó varios heridos. Ha comenzado la polémica en cuanto a la Segunda Enmienda, el debate político sobre la restricción y la creación de nuevas leyes sobre la venta de armas de asalto ha tensionado el escenario político estadounidense, sobre todo, en estos días donde el clima de las elecciones presidenciales está más presente que nunca.

Según la encuesta CBS news, hoy en día el 57% de los estadounidenses están de acuerdo o a favor de la prohibición de venta de armas de asalto. Más de la mitad de los votantes republicanos se oponen a esta restricción. El día de hoy diversos periódicos publicaron que en el Senado norteamericano, los republicanos se comprometieron para votar medidas sobre control de armas y extender la revisión de antecedentes para así, evitar que las personas que aparecen en las listas como posibles terroristas, tengan acceso a ellas.

Históricamente los republicanos han bloqueado en el senado varias medidas de control de armas respaldadas por los demócratas, fundamentando la violación del derecho constitucional de los ciudadanos de poseer y portar armas.

Tanto Hillary Clinton como Trump han hecho declaraciones presentado sus planes para evitar o disminuir este tipo de atentados durante su mandato, en caso de llegar a la Casa Blanca.

Clinton ha propuesto entre otras cosas, la restricción en la compra-venta de ciertas armas, en específico la AR 15, arma con la cual, el agresor en Orlando asesinó a sus víctimas.

La Segunda Enmienda básicamente trata del derecho incipiente de los americanos a poseer y portar armas para su propia defensa, para armar milicias, para repeler una invasión, para derrocar un gobierno no democrático que atente contra la ciudadanía, para ahogar insurrecciones y facilitar la defensa y seguridad civil.

La NRA o Asociación Nacional del Rifle, ha declarado puntos muy interesantes en contra de la propuesta para limitar la venta de armas de asalto:

* Las políticas anti armas y anti AR15 dañan los derechos civiles norteamericanos.
* Interfieren con la Segunda Enmienda y con el derecho de autoprotección de la sociedad civil, violando gravemente la Constitución.
*Atentan contra los principios fundamentales de la creación del Estado Americano, así como los fundamentos y valores que aportaron los padres fundadores.
* El arma con la que lo políticos son cuidados por sus escoltas es exactamente una AR15.
* Las armas con las que son neutralizados los terroristas o atacantes son AR 15.
* Negar el derecho a un arma AR15 seria negarle a millones de civiles su propia seguridad y convertirlos en seres vulnerables y blancos perfectos para cualquier ataque.
* Las armas de asalto no son armas exclusivas que utilizan los terroristas. Habiendo otras con mucho más alcance, peligrosidad y más fácil su obtención.

El “sacar” las armas de las calles como lo plantean diversos políticos, en especial Clinton, tendría que analizarse si en realidad es una buena técnica para acabar o controlar con mayor efectividad ataques terroristas.

Se debe tomar en consideración que los terroristas pueden conseguir por medio del mercado negro, o a través de los miembros locales, de las células terroristas para las que operan, cualquier tipo de armamento necesario para infligir daños severos a la población.

Los diversos atentados terroristas que se han dado, tanto en Estados Unidos como en el mundo, han incluido todo tipo de armas, también las armas blancas, bombas caseras y chalecos suicidas, entre otros.

Restringir la venta de armas de asalto a la población en general, no es en si una solución total para frenar la violencia y mucho menos el terrorismo. No es ni cerca, la medida para erradicar ataques terroristas.

Los éxitos fundamentales de un gobierno en cuestión de seguridad, radican en la precisión y exactitud con la que operan sus agencias de espionaje e inteligencia.

Dichas agencias se han visto atadas de manos ante decisiones o acciones que se deben o no tomar en un momento determinado. Los factores que pueden entorpecer su trabajo han llegado a ser los mismos derechos humanos, la democracia, la libertad y la “falta contundente de pruebas” para procesar a un presunto sospechoso, que al final de cuentas su inocencia o culpabilidad se determinará mediante sus acciones.

Se ha dado a conocer que el asesino de Orlando, había sido varias veces investigado por el FBI debido a sus lazos y su simpatía con el ISIS y el Hezbolá, así como diversas manifestaciones públicas de odio hacia otros.

Sin embargo, al no tener pruebas contundentes, las agencias de inteligencia nunca descubrieron sus propósitos, nunca tampoco fue blanco de una investigación más exhaustiva para frustrar sus planes. Y como el arresto previo, sería una violación a sus derechos humanos, a su libertad, logró llevar a cabo tan macabro plan.

Si las situaciones se pusieran en una verdadera perspectiva y se hiciera una balanza entre la seguridad nacional (la vida de civiles inocentes), y la violación de los derechos humanos de ciertas personas (terroristas), los gobiernos sabrían bien con que moral actuar y entender que en determinadas ocasiones el fin sí justifica los medios.

La línea que separa la sensatez de la estupidez es muy delgada, y muy fácil de romper.