“Si Pérez Corradi aporta datos, evidentemente, va a haber mucha vinculación de esos funcionarios que permitieron que en la Argentina entrara el cártel de Sinaloa”, dijo Patricia Bullrich, ministra de Seguridad , en referencia a la peligrosa organización paramilitar que aterroriza al norte de México y es comandada por Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Luego de haber estado cuatro años prófugo, Ibar Esteban Pérez Corradi fue detenido antiyer en la Triple Frontera.

Se trata del hombre que fue señalado por la Justicia argentina como el autor intelectual del triple crimen de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, acribillados en la localidad de General Rodríguez en agosto de 2008. Por este mismo crimen fueron condenados Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci, recapturados en enero último después de fuga del penal de General Alvear.

Luego de la triple fuga, el gobierno bonaerense había resuelto ofrecer una recompensa de 2 millones de pesos para quien colaborara con la captura del prófugo, dado que “en el caso de los prófugos de Santa Fe, (la oferta) provocó muchos llamados y alertas que nos ayudaron”, dijo Ritondo en esa oportunidad.

Pérez Corradi fue encontrado en Paraguay. Una pesquisa confirmó que pagó 200.000 dólares a cambio de un documento falso y un pasaporte a nombre de Walter Miguel Ortega Molinas, un joven muerto en un accidente para poder permanecer prófugo. “Él está en un centro de operaciones está custodiado por varios oficiales elite”, finalizó.

La ministra de Seguridad reveló información sobre Ibar Pérez Corradis y sus vínculos con la campaña de Cristina Kirchner que investiga el juez Ariel Lijo

Para la Justicia argentina, Pérez Corradi asesinó a tres personas para sostener su negocio ilícito, además de facilitar el contacto entre los comercios que proveían precursores químicos – indirectamente – a los narcotraficantes. Los cuerpos de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina aparecieron en General Rodríguez durante 2008. Actualmente, la Justicia investiga el presunto vínculo de estos traficantes con dirigentes kirchneristas.

“Dejaron entrar la efedrina, como si fuera agua. Nos interesa la posibilidad de que Pérez Corradi relate cuáles eran los contactos por los que toda esta efedrina llegaba a las droguerías que aportaban a la campaña electoral. Nos interesa saber quién era el jefe político de este circuito, porque en la provincia de Buenos Aires la causa cerró con Pérez Corradi como último eslabón de la cadena”, dijo.

“Si Pérez Corradi aporta datos, evidentemente, va a haber mucha vinculación de esos funcionarios que permitieron que en la Argentina entrara el cártel de Sinaloa”, dijo, en referencia a la peligrosa organización paramilitar que aterroriza al norte de México y es comandada por Joaquín “El Chapo” Guzmán. Por último, cuestionó “que se financie una campaña política con un precursor que destruye vidas”.

LA INVESTIGACIÓN DE UNIVISIÓN (NOVIEMBRE 2013)

La distancia que separa a Buenos Aires de Sinaloa es muy grande, pero ese afiche ilustra las impresionantes ramificaciones internacionales de la organización de Guzmán.

El juez investigó un caso conocido en Argentina como el Triple Crimen, el asesinato en 2008 del empresario farmacéutico Sebastián Forza junto con dos socios.

El caso, que tuvo consecuencias políticas, estaba relacionado con una red de tráfico de efredina que estaría vinculada con el Cartel de Sinaloa.

El periodista investigador argentino, Daniel Santoro, habló sobre el tema con Gerardo Reyes, director de Univisión Investiga.


Daniel, explícanos, ¿cómo empieza la presencia del Cartel de Sinaloa en Argentina?

El Cartel de Sinaloa se instaló en Argentina para meterse en el negocio de la efedrina. Argentina tiene una gran industria farmacéutica hasta el año 2005, 2006 aproximadamente; Argentina importaba de la India o de China 100 toneladas de efedrina para hacer cafiaspirina, otro tipo de remedios, y de pronto empezó a crecer hasta 700 a 800 toneladas por año de importación de efedrina y nadie se da cuenta qué pasaba, que es lo que sucedía. Como México había prohibido la importación de efedrina para hacer drogas sintéticas, ellos habían trasladado a la Argentina. Compraban la efedrina a través de laboratorios argentinos, la embalaban creo que en paquetes de azúcar y la mandaban así a México.

¿Pero cómo se supo de ese negocio?

Saltó por el crimen de tres jóvenes empresarios en el año 2008. Aparecieron asesinados en una localidad bonaerense y parecía un hecho policial sangriento, impresionante para la historia Argentina, hasta que en Clarín descubrimos que uno de los muertos había aportado $120,000 dólares a la campaña para la elección de Cristina (Fernández de Kirchner) para el año 2007.

¿Y qué hacía el joven asesinado?

Empezamos a tirar de ese hilo y descubrimos que ese joven asesinado estaba peleando con otro que se llama Iván Pérez Corradi por suministrar efedrina a los mexicanos. Ese era el negocio por los cuales estaban siendo afectados. Y al seguir tirando de ese hilo, descubrimos que el 30% de toda la plata que aportaron los empresarios para el financiamiento de la campana de Cristina Kirchner en el año 2007 era del sector farmacéutico, porque el funcionario que tenían que controlar al sector farmacéutico en la Argentina tenía dos sombreros. Era a la vez el recaudador de la campaña de Cristina Kirchner. Con base en nuestra investigación se abrió una causa judicial.
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Háblame un poco del sitio donde se instalaron los mexicanos.

Los mexicanos lo que hicieron cuando llegaron a Buenos Aires fue que alquilaron una casa quinta en la localidad de Ingeniero Maschwitz que está en el cordón de las ciudades que rodean a la capital federal. Y ahí entonces, en un lugar boscoso de un country cerrado, habían instalado un laboratorio para la efedrina que metían en un paquete de azúcar y de ahí empezaban todo el mecanismo de exportación ilegal hacia México. Era un laboratorio de importantes dimensiones que realmente movía mucha plata, porque los mexicanos pagaban en efectivo.

¿Quiénes fueron involucrados?

Uno de los mexicanos involucrados se llamaba Martínez Segovia, que estuvo procesado en la causa por la importación de efedrina. Y hay otros empresarios argentinos que trabajaban con el que lo que hacían era prestar la licencia de sus laboratorios o farmacias para poder traer la efedrina desde la India, es decir acá no hay ninguna duda que hace falta una complicidad de la aduana argentina, una complicidad de los que tienen que controlar al sector farmacéutico argentino para mover esta cantidad descontrolada de efedrina. Y para después volver a exportarla hacia México.